Organizaciones piden al Gobierno establecer una distancia social de 10 metros para fumar o vapear

"El coronavirus ha venido para quedarse y cerrar los ojos a la realidad no sirve de nada. La desescalada de la hostelería debe de ser libre de humos desde ya. Aunque aún no está clara la dinámica del virus en el humo de los cigarrillos y en el vapor de los cigarrillos electrónicos, hay razones para pensar que igual que navega en las gotas de saliva también cabalga de persona a persona durante el acto de fumar o vapear", ha dicho el médico de salud pública y portavoz de XQNS, Joseba Zabala Galán.

Y es que, tal y como ha comentado la presidenta de Nofumadores.org, Raquel Fernández Megina, fumar en los espacios hostelería es un factor de relajación de la distancia social de seguridad promovida como medida clave en el control de la pandemia. "Si a eso le sumamos que el acto de fumar obliga a prescindir de la mascarilla de quien fuma y que el humo de segunda mano aumenta la vulnerabilidad frente al virus de quien respira el humo y el vapor de segunda mano, el contagio está servido", ha avisado.

Las personas fumadoras muestran una mayor vulnerabilidad al Covid-19 y mayor riesgo de que se complique a neumonía bilateral y muerte. En este sentido, el doctor Zabala ha señalado que los ceniceros de las terrazas de bares y restaurantes pueden ser considerados puntos críticos de contagio ya que acumulan restos de saliva "con más que probable carga vírica" de personas fumadoras portadoras del virus.

Además, prosigue, la manipulación, limpieza y almacenamiento de estos ceniceros, se puede considerar como una tarea de riesgo laboral para el personal del sector hostelero, que van a tener que gestionar objetos de alto riesgo de contagio, "No solo el humo, la falta de conciencia cívica y sanitaria que motiva el abandono de colillas en vía pública puede ser otro vector de transmisión del virus", ha apostillado.

Por su parte, la miembro del de FAECAP, Adelaida Lozano Polo, ha destacado la necesidad de "desnormalizar" el tabaco durante la desescalada del Covid-19 como una estrategia de salud pública y ciudadana que tiene que concretarse en una "apuesta clara" por los espacios libres de humo y, a la vez, ofrecer todas las facilidades a las personas que se quieran dejarlo a través de los servicios sanitarios. "Es el momento de que el Gobierno implante un plan con el objetivo de bajar la población fumadora por debajo del 15 por ciento en los próximos cinco años", ha añadido.

Por tanto, a juicio de los expertos, el no permitir fumar ni usar cigarrillos electrónicos, vapeadores o cachimbas u otros productos relacionados con tabaco en espacios públicos abiertos y concurridos al aire libre, cómo son los espacios hoteleros y las terrazas y veladores, sería una medida de salud pública de alto contenido sensibilizador no solo de la importancia de las medidas de control para evitar la transmisión del virus Covid-19, sino además para alertar a la población de los perjuicio del humo de segunda mano en las personas fumadoras involuntarias.

Finalmente, las organizaciones han pedido a las personas fumadoras y vapeadoras que, cuando consuman tabaco o cigarrillos electrónicos en los espacios públicos, en las sucesivas fases de superación de la pandemia, lo hagan a distancia superior a 10 metros de cualquier otra persona que pueda alcanzar a recibir su humo o su "aerosol" de forma pasiva e involuntaria.

Finalmente, han instado al Ministerio de Sanidad, a las consejerías y departamentos de salud de las comunidades autónomas, a las organizaciones empresariales y a los sindicatos del sector hostelero, que establezcan "no solo un exhaustivo control" del consumo y vapeo en las terrazas de acuerdo con la legislación vigente, sino que vayan un paso adelante y apuesten por una hostelería cien por cien libre de humo de tabaco, de cannabis y de vapeo.