MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
Un enfoque multidisciplinar, así como la colaboración con AP podría mejorar el diagnóstico de los tumores neuroendocrinos, según explica la presidenta de la Asociación de Pacientes con Tumores Neuroendocrinos (NET), Blanca Guarás, por lo que, para concienciar sobre ello, junto con Ipsen y el Grupo Español de Tumores Neuroendocrinos y Endocrinos (GETNE), han puesto en marcha la campaña 'Change the color of Nets'.
De esta forma, inciden en la importancia de informar porque "cuando hay tumores, los síntomas son imprecisos, por eso el retraso diagnóstico tiene una media de 5 años, porque si no lo sospechas, no puedes detectarlo".
Así, "para un diagnóstico más temprano es fundamental que las especialidades implicadas en la enfermedad adquieran conocimiento trabajando desde equipos multidisciplinares", afirma la presidenta de NET España. En este sentido, expresa que "la labor educacional a profesionales que realiza el grupo GETNE es muy importante, pero es necesario ampliar esta formación a más especialidades médicas, sin olvidar la colaboración con AP", explica Guarás.
El presidente del Grupo Español de Tumores Neuroendocrinos y Endocrinos (GETNE), Jaume Capdevila, explica que "no existe un programa de detección precoz del TNE porque no hay un síntoma o signo claro, específico para su diagnóstico.
El principal problema es que, al no poder diagnosticar la enfermedad en estadios iniciales, el objetivo de la curación es muy complicado, ya que en la mayoría de los casos los pacientes se diagnostican con metástasis. Además, los síntomas que produce la enfermedad en estadios avanzados están "frecuentemente relacionados con el volumen tumoral, por lo que mejorar estas situaciones resulta más complicado", afirma el doctor.
Este tipo de cáncer poco frecuente tiene una incidencia de unos siete casos nuevos por cada 100.000 habitantes, con lo que cada año se diagnostican 4.000 nuevos casos aproximadamente. En España, se estima que puede haber unos 17.000 pacientes afectados.
Su baja incidencia, comparada con la de otras patologías oncológicas más frecuentes, también contribuye a dificultar el diagnóstico, puesto que los profesionales sanitarios que atienden inicialmente a este tipo de pacientes no suelen disponer de una formación específica en este tipo de tumores. De ahí la necesidad de que el abordaje de la enfermedad se haga desde un enfoque multidisciplinar y que los profesionales reciban una formación continuada especializada.
La formación debe también ampliarse al paciente y a sus familiares. Un mayor conocimiento de la enfermedad facilita su gestión y contribuye a mejorar la calidad de vida del paciente. "Afortunadamente, la información en las consultas médicas es cada vez mejor, sobre todo en los centros más preparados y con mayor experiencia en el manejo de este tipo de tumores. Sin Sin embargo, es una asignatura pendiente que no solo depende de la implicación de los profesionales sanitarios, sino también de la educación en salud de pacientes y familiares", añade Guarás.