Los autores del estudio reivindican adoptar una estrategia denominada 'cero COVID'
Este viernes se ha publicado en la prestigiosa revista científica 'The Lancet' un estudio en el que se compara la estrategia de nueve países a la hora de levantar las medidas de confinamiento por la pandemia de coronavirus. Según el artículo España y Reino Unido no han conseguido "un sistema eficaz de búsqueda, prueba, rastreo, aislamiento y apoyo antes de suavizar las restricciones del confinamiento".
La investigación, liderada por la profesora Helena Legido-Quigley, de la Universidad de Singapur, menciona "cuatro principios de salud pública" que deberían tener en cuenta todos los países en su estrategia de desescalada. Estos son: estado epidemiológico, aceptación de la comunidad, capacidad del sistema de salud pública y capacidad del sistema sanitario.
En el informe se analizan las estrategias de nueve países y regiones para aminorar las restricciones del Covid-19 ante una primera oleada de infecciones: cinco en la región de Asia y el Pacífico (Corea del Sur, Hong Kong, Japón, Nueva Zelanda y Singapur) y cuatro en Europa (Alemania, Noruega, España y Reino Unido).
Los autores de este trabajo consideran, en primer lugar, "esencial" un plan "claro" con un proceso "transparente" de adopción de decisiones, estableciendo explícitamente los niveles o fases de la flexibilización de las restricciones, los criterios para pasar al siguiente nivel o fase y las medidas de contención que conlleva cada nivel o fase.
En este aspecto, los autores critican que "España ha publicado un panel de indicadores, que incluye parámetros epidemiológicos, de movilidad, sociales y económicos, aunque sin una ponderación explícita en el proceso de toma de decisiones".
El informe, denominado 'Lecciones aprendidas de la desescalada: un análisis de países y regiones de Asia-Pacífico y Europa', considera que para que las comunidades puedan reabrir en condiciones de seguridad, se necesitarán durante algún tiempo medidas de control para reducir la transmisión, incluidas mascarillas y distanciamiento social.
"Para que las medidas de control funcionen, los gobiernos deben educar y comprometerse con el público, creando confianza y seleccionando medidas apropiadas que el público esté dispuesto a cumplir", sostienen.
Según los autores, la experiencia con epidemias anteriores como el SARS y el MERS significó que muchos países asiáticos tenían ya una sólida infraestructura sanitaria y de salud pública.
"Históricamente ha habido un alto nivel de aceptación pública de normas estrictas en tiempos de crisis, y la mayoría aceptó un compromiso entre sus derechos personales y la salud pública", detallan.
Por último, reivindican adoptar una estrategia denominada 'cero COVID', como en Nueva Zelanda, cuyo objetivo es eliminar la transmisión doméstica, en particular teniendo en cuenta las nuevas pruebas sobre los efectos del COVID-19 de forma prolongada.