JP Morgan ingresa menos de lo esperado y suspende la recompra de acciones
Dimon afirma que el banco "tuvo un buen comportamiento en el segundo trimestre"
JP Morgan Chase ha publicado los resultados correspondientes al segundo trimestre de 2022, un ejercicio que se ha saldado con unos ingresos menores de lo esperado por el consenso. Las ventas netas del mayor banco estadounidense por número de activos han ascendido hasta los 30.700 millones de dólares, más de mil millones de dólares menos de los 31.820 que estimaban los analistas.
Tras conocerse estas cifras, los títulos del banco presidido por Jamie Dimon han caído un 3,92% en Wall Street.
El beneficio neto de JP Morgan también ha caído significativamente (-28%) respecto al segundo trimestre del año pasado, pasando de los 11.948 millones de dólares de 2021 a los 8.649 millones de estos últimos tres meses. Según el banco, esto se debe “predominantemente por una acumulación neta de reservas de crédito de 428 millones de dólares, frente a una liberación neta de 3.000 millones de dólares en el año anterior”.
Asimismo, el beneficio por acción también cae por debajo de lo estimado por el mercado. El consenso calculaba unas ganancias por derecho de 2,88 dólares, 12 centavos por encima del beneficio por título correspondiente a este último trimestre (2,76 dólares por acción).
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El banco también señala que los costes de los créditos, de 1.100 millones de dólares, incluyen una acumulación de reservas netas de 428 millones de dólares y 657 millones de pérdidas netas. También han indicado que cuentan con 1,6 billones de dólares de fuentes de liquidez, incluidos los activos líquidos de alta calidad (HQLA, por sus siglas en inglés) y los valores negociables libres de cargas.
En el segmento de banca de consumo, el mayor del banco, los préstamos medios aumentaron un 7%, mientras que los depósitos medios repuntaron un 9%. Los ingresos netos fueron un 1% inferiores a los del mismo período del año anterior, retrocediendo hasta los 12.614 millones, desde los 12.760 de hace un año, aunque la mayor caída es en el beneficio neto: un recorte del 45% desde los 5.645 millones de dólares de hace un año a los 3.100 millones de este trimestre.
En el segmento de banca corporativa y de inversión, los ingresos ascendieron a 7.800 millones de dólares, con un aumento del 15% en los mercados de renta fija y en los de renta variable. Los ingresos netos (11.947 millones de dólares) cayeron un 12% respecto al pasado trimestre y un 10% inferiores respecto a los del mismo período de 2021. El beneficio neto, de 3.725 millones de dólares, también se recortó un 15% respecto a los tres primeros meses del año y un 26% respecto a 2021. “La disminución también refleja 257 millones de dólares de rebajas en posiciones mantenidas para la venta en la cartera puente”, señala desde JP Morgan.
Por otro lado, en el segmento de banca comercial los préstamos medios aumentaron un 7% interanual y un 4% en tasa trimestral, mientras que los depósitos medios aumentaron un 4%. Este segmento registró un beneficio de 994 millones de dólares, un 17% más que en el trimestre pasado, pero un 30% menos que las ganancias netas del año pasado (1.422 millones de dólares).
Por último, el segmento de gestión de activos registró un aumento de los préstamos medios de un 11% en tasa interanual y un 1% en tasa trimestral y los depósitos medios aumentaron un 22%. El beneficio neto de esta área de negocio cayó un 13% respecto al mismo trimestre del año pasado y se situó en los 1.004 millones de dólares.
Jamie Dimon, presidente y consejero delegado del banco, cree que la compañía “tuvo un buen comportamiento en el segundo trimestre, ya que obtuvimos 8.600 millones de dólares de beneficios netos sobre unos ingresos de 30.700 millones de dólares y un rendimiento del patrimonio tangible (ROTCE) del 17%, al tiempo que mantuvimos la disciplina crediticia y un balance sólido”. Sin embargo, el banco ha suspendido “temporalmente” el programa de recompra de acciones, algo que asegura “nos permitirá la máxima flexibilidad para servir mejor a nuestros clientes y a la comunidad en una amplia gama de entornos económicos”.
Asimismo, Dimon ha señalado que la economía estadounidense sigue creciendo y que “tanto el mercado laboral como el gasto de los consumidores, y su capacidad de gasto, siguen siendo saludables”. Con todo, advierte que “las tensiones geopolíticas, la elevada inflación, la disminución de la confianza de los consumidores, la incertidumbre sobre hasta dónde tienen que llegar los tipos de interés y el inédito endurecimiento cuantitativo y sus efectos sobre la liquidez mundial”, entre otros factores, “es muy probable que tengan consecuencias negativas sobre la economía mundial en algún momento”.
