MADRID, 04 JUN. (Bolsamania.com/BMS) .- No son pocas las
voces críticas que se están haciendo oír estos días por lo que parece una abdicación hecha a la carrera y sin demasiada coordinación. El portal
Vozpopuli recoge hoy
ocho aspectos que hacen “chirriar” la puesta en escena de un hecho crucial e histórico marcado por la improvisación.
Por un lado, Don Juan Carlos aseguró en su mensaje de Navidad su “determinación de continuar estimulando la convivencia cívica en función de un mandato que me atribuye el orden constitucional”. Sin embargo,
según la Zarzuela, el Rey tomó la decisión de abdicar el 5 de enero, al cumplir los 76 años, apenas 12 días después.
Se ha dicho también que el monarca comunicó su decisión a Rajoy el 30 de marzo y a Rubalcaba, el 3 de abril. Resulta curioso que justo al día siguiente, el 4 de abril, el Consejo de Ministros aprobara incluir en la Ley Orgánica del Poder Judicial el
aforamiento del Príncipe, de Doña Letizia y de la Reina Sofía, si al convertirse en Felipe VI la Constitución le garantizará la inmunidad.
Tampoco parece que tenga mucho sentido la
agenda tan apretada que ha llevado Don Juan Carlos en estos últimos meses si ya había tomado la decisión de poner fin a su reinado de 39 años, por más que el objetivo fuera fortalecer la imagen de la Corona.
Vozpópuli califica la nueva
ley de abdicación “del tamaño de un tuit”, y es cierto que no deja de ser llamativa la corta extensión de dicha ley, que además sólo va a servir para esta abdicación, sin dejar preparado el terreno para el futuro del nuevo monarca o de sus sucesores. Se pasa por alto también el futuro inmediato de Don Juan Carlos (qué tratamiento va a recibir, dónde va a residir) y
no se alude a su inviolabilidad jurídica.
El
baile de fechas para la proclamación de Felipe VI entre el Gobierno, el Congreso y la Zarzuela pone también en duda que la decisión del Rey Juan Carlos haya sido muy meditada o trabajada por parte de su equipo y del Gobierno en los últimos meses.
No menos extraño resulta que este lunes pasado, día en que se hizo pública la abdicación del Rey, tanto el propio monarca, como Rajoy y Rubalcaba tuvieran
actos programados en sus agendas como si de una jornada normal se tratara, cuando teóricamente el jueves previo ya se había decidido que el 2 de junio se daría a conocer la decisión del Rey. Además, ese día estaba
toda la familia real fuera de España. El Príncipe regresó apresuradamente de El Salvador, doña Sofía viajaba por la tarde a Nueva York y tampoco las infantas se encontraban en terreno nacional.
Vózpopuli apunta, por último, a la mala calidad del vídeo del mensaje grabado del Rey, cuya emisión se pospuso hasta dos veces.
Sea como fuere, son muchos los que opinan que la decisión del monarca fue precipitada, y que
tal vez el resultado de las europeas hizo temer que, en un futuro no muy lejano, tras las próximas elecciones generales,
la izquierda republicana pudiera tener más voces en el Parlamento que hicieran tambalear una sucesión que ahora se prevé sencilla y sin sobresaltos.
M.M.