Es el brote más mortífero de la historia y multiplica por cuatro los efectos del último
El ébola ya se ha cobrado la vida de más de 900 personas en el África Occidental y va camino de convertirse en el brote más mortífero de la historia. El foco del virus se centraliza en Guinea, Nigeria, Sierra Leona y Liberia y aunque los expertos señalan que es muy difícil que la enfermedad salte al Viejo Continente, los primeros casos de europeos infectados, como el religioso español Miguel Pajares, han encendido las alarmas en Occidente.
España no tiene conexión directa por avión con ninguno de estos países, pero otros socios como Reino Unido tiene lazos cercanos con estos países por ser antiguas colonias. Pero a que los datos de mortandad ya multiplican por cuatro a los del último brote registrado en 1976, los expertos señalan que no hay que crear alarmas aunque marcan algunas pautas para saber actuar ante la epidemia.
En una entrevista a El Confidencial, Miriam Alía, miembro de Médicos Sin Fronteras, asegura que “para poder infectarte de ébola has debido estar en contacto con un paciente al que le hayan confirmado que ha sufrido la enfermedad”. Esta afección está provocada por un virus y es muy contagiosa, pero su transmisión no es por vía aérea. Además del contagio por el contacto con animales, entre las personas se transmite a través de fluidos corporales, como sangre, sudor, saliva o vómitos.
“El virus también sobrevive en superficies de objetos por lo que el contagio es posible si se come del mismo plato o con los mismos cubiertos o si se duerme entre las mismas sábanas”, agrega Alía.
LOS SÍNTOMAS
Los síntomas iniciales del ébola pueden confundirse con otras dolencias. Los primeros signos son fiebre, dolor de cabeza y muscular, malestar general, vómitos y diarreas. Además, también suelen aparecer hemorragias tanto internas como externas.
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Por el momento, no hay tratamiento ni vacuna que erradique el ébola, pero sí que pueden paliarse sus efectos con los medicamentos adecuados, hidratación, higiene y aislando a los enfermos. La responsable de Médicos sin Fronteras señala que la mayor diferencia que existe entre los países africanos y Europa o Estados Unidos es que allí es más complicado seguir los protocolos de aislamiento, algo que reduciría los efectos de una manera importante.
Las personas que hayan tenido contacto estrecho con un enfermo, es decir, quien haya tocado la ropa de esa persona o haya entrado en contacto con su sangre, orina o secreciones deberán permanecer bajo vigilancia durante 21 días.
¿UNA EPIDEMIA MUNDIAL?
“Existe un riesgo a nivel regional porque las fronteras son muy permeables, pero llegar a Europa o Estados Unidos es bastante más difícil, ya que solo las personas con síntomas pueden contagiar y en un país desarrollado el aislamiento evitaría su expansión”, subraya Alía.
El Ministerio de Sanidad español ha asegurado que los riesgos de un posible contagio en España son "muy bajos". En cuanto a los protocolos que deben seguirse, son una copia de los procedimientos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU, e incluirían ambulancias y equipamientos especializados para el personal que atendiera a los enfermos.
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