El dólar, inmune a Yellen, fija como objetivo el cambio en los 1,09 en su cruce con el euro
Sabíamos que cabía esperar un movimiento violento en el Euro/Dólar, en cuanto consiguiera romper el estrecho rango en el que se hallaba atrapado desde las últimas semanas. Y aunque las condiciones geopolíticas y macroeconómicas alrededor del cruce, tanto a este como al otro lado del Atlántico, hacían prever un rally alcista, el quiebro se dio por la franja de los soportes y asistimos a una caída de casi 200 pips, desde los máximos del día en los 1,1380, hasta un mínimo a las puertas de los 1,1180, en la sesión del 26 de febrero.
Los recientes comentarios de las autoridades monetarias estimulaban la presión bajista sobre la divisa EEUU y a todas luces se daban las condiciones para que el euro protagonizara un ascenso en busca de los 1,16, primero, y después de los 1,20. Pero de momento, parece que la interpretación del mercado de la paciencia que pedía Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal (Fed), ha sido otra. Tampoco se ha tenido en cuenta el renovado optimismo de su homólogo en el Banco Central Europeo, Mario Draghi, quien afirmó que el estímulo ya se estaba dejando notar en el crecimiento de la economía de la Zona Euro.
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Analicemos cuatro elementos que han tenido que ver en el comportamiento del Euro/Dólar:
1. Grecia. A pesar del acuerdo alcanzado entre el Gobierno de Alexis Tsipras y las autoridades de la Unión Europea (UE), que extiende el plan de rescate al país por cuatro meses, el mercado no se fía y aunque, tal y como señala Kathy Lien, fundadora de BK Asset Management, "la preocupación de Grecia se ha eliminado, por el momento y ya no supone un riesgo inmediato”, hay desconfianza entre los operadores.
Siguen llegando rumores desde el Ejecutivo griego sobre una crisis de Gobierno en ciernes que podría provocar la aprobación por el Parlamento del país -prevista para el mes de abril- de algunas de las difíciles reformas acordadas con Bruselas. Tal y como señalan los expertos de Barclays: se dibuja una oposición de los diputados dentro de la propia coalición de Gobierno griego. Destacan también que "aunque el Gobierno sigue recibiendo una fuerte aprobación en las encuestas de opinión, creemos que la situación entre el Ejecutivo y el Parlamento griego podría ponerse cada vez más difícil". Estos analistas prevén posibles divisiones dentro de Syriza y una oposición más activa (principalmente Nueva Democracia), que vigilará a Alexis Tsipras de cerca.
2. Mejores datos macroeconómicos. Fueron los datos conocidos ayer de EEUU, especialmente la mayor subida de lo esperado de la inflación subyacente -a pesar de la entrada en territorio negativo del IPC- y el mayor aumento frente a lo previsto en los pedidos de bienes duraderos el detonante de la apreciación de la moneda norteamericana. O de la caída del resto, tal y como señala José Luis Martínez Campuzano, analista de Citi en España. Siguiendo el impulso del dólar, el yuan tocó también mínimos de dos años, y el momentum del que estaba disfrutando la libra contra el dólar se vio limitada y el cruce falló por encima de los 1,55.
Analistas de Lloyds Bank alertan ante la ingente cantidad de datos de la próxima semana en los EEUU y, aunque para ellos “es pronto para afirmar que este sea el inicio de una nueva tendencia, también es cierto que sólo unos datos realmente malos podrían revertir la situación actual de mercado boyante”.
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3. Yellen y la Fed. Para los analistas de Danske Bank, el catalizador del movimiento del dólar fueron los comentarios del miembro del comité de política monetaria de la Fed (el FOMC), James Bullard, quien sugirió que la palabra “paciencia” debía ser borrada del comunicado del banco central en marzo. Para los expertos de la entidad danesa, la normalización monetaria de la Fed está cercana, probablemente en junio, y los datos macro apoyaron esta visión, a pesar de los esfuerzos de Yellen por rebajar la presión alcista en la moneda y las insinuaciones de que las subidas de tipos no empiecen hasta, por lo menos, septiembre.
Sin embargo, tal y como apunta Jameel Ahmad, analista jefe de FXTM, a pesar de que el mensaje de la presidenta de la Fed pretendía un efecto tranquilizador, los mercados “escucharon lo que querían oír: que la Fed todavía piensa subir tipos este año, y sólo el hecho de saber que va a haber un cambio de política del banco central este año es suficiente para aguantar un dólar boyante”.
El Euro/Dólar, en 0,99 hacia finales de 2015, según Citi
4. El inminente inicio de las compras de bonos del BCE. Aunque para muchos analistas el Euro/Dólar ya había descontado en su precio el inicio del QE a la europea, otros como José Luis Martínez Campuzano, analista de Citi en España, piensa que “el mercado subestima el impacto del QE. Estamos hablando de 60.000 millones en compras mensuales de papel, forzando precios de los activos cada vez más ajustados a valor (o por encima)”.
Por este motivo, pero especialmente porque esperan que haya un “cambio el sesgo de la Fed hacia una normalización monetaria”, desde Citi vaticinan que el dólar se apreciará “un 15% promedio frente a las monedas del G10 y un 5 % frente a las monedas emergentes. Con el euro liderando las caídas”. Y alerta: “Sí vemos el riesgo de que finalmente tengamos un Euro/Dólar por debajo de la paridad”, con una previsión de 0,99 a más de seis meses vista y a 0,95 en el largo plazo.
Son los expertos de Citi los más pesimistas en cuanto a previsiones para el cruce. Desde Goldman Sachs opinan que el euro se cambiará a 1,08 dólares a 12 meses vista, pero en el medio plazo, la mayoría de los expertos consultados coinciden en que los 1,09 son un objetivo más que alcanzable.
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