MADRID, 19 JUN. (Bolsamania.com/BMS) .-
España progresa adecuadamente, pero debe esforzarse más. Esta sería la “nota” que el Fondo Monetario Internacional (FMI) escribiría a “nuestros padres” si la última evaluación que ha realizado al país fuera un “examen escolar”. El organismo presidido por
Christine Lagarde, por boca de sus representantes en Europa (
Ranjit Teja) y en España (
James Daniel), reconoce los avances de la economía española, pero hace hincapié, una vez más, en la necesidad de
atajar los “niveles de desempleo inaceptables” que padece. Al mismo tiempo, avisa: las condiciones son “adversas” y las perspectivas “siguen siendo difíciles”.
Afirma el Fondo que “España necesita cumplir con su programa anunciado, y de hecho ir más allá en algunas áreas”. En concreto, "debería centrarse en una
estrategia favorable al empleo que permita a la economía crecer" y generar puestos de trabajo. Pero,
¿qué significa esto para el FMI? “Apoyarse en los progresos realizados para que la mayor parte del
ajuste se realice en términos de precios y no de cantidades”. En opinión de sus expertos, el país ha primado los despidos sobre el ajuste salarial y es ahí donde debe poner el ojo ahora, en la
modificación de las condiciones laborales. Hablando "en plata", la receta del organismo para el paro es
una retribución inferior para los trabajadores, medida que se debe combinar con la lucha
contra la “perniciosa brecha entre contratos permanentes y temporales”: para que la probabilidad de encontrar un trabajo fijo se incremente deben
alinearse los costes de despido para los indefinidos a la media de la Unión Europea (UE). Traducción:
hay que abaratar también el despido. Asimismo, España debe
“reducir el número de contratos, ampliar el uso del nuevo contrato permanente y reducir el margen de interpretación judicial de los despidos”.
Pero España no sólo tiene pendiente la asignatura del empleo, sino también otras: “Unos
avances más rápidos en el impulso de la competencia y en el clima de negocios complementarían la reforma laboral”. Para el FMI debemos llevar a la práctica las reformas en este sentido y esto incluye “aplicar una ley de Unidad de Mercado ambiciosa, reducir las barreras regulatorias que impiden el crecimiento de las empresas, eliminar la indexación de los precios públicos y encontrar una solución duradera para el déficit de tarifa eléctrica”. Y añade:
“Para identificar prioridades futuras y generar consenso podría ser útil crear una 'comisión de crecimiento' independiente”.
Por otra parte, el organismo reconoce que
“el desapalancamiento del sector privado se está produciendo, pero hay margen para suavizar el proceso de ajuste”. En este sentido, recomienda, sin poner en peligro la estabilidad financiera, “eliminar las trabas para la pronta refinanciación/reestructuración de empresas viables”, así como agilizar la liquidación de las que no lo son. En el caso de las insolvencias “personales”, el FMI afirma que las autoridades deberían complementar “las medidas para abordar las dificultades financieras vinculadas a las hipotecas de primera vivienda” con la introducción de un
“regimen de insolvencia personal, con condiciones estrictas, que preserve la cultura de pago”.
Sobre la
banca, el Fondo afirma que “las pérdidas deben ser reconocidas con prontitud y los activos problemáticos vendidos para evitar comprometer recursos que podrían ser canalizados hacia usos más productivos”. De hecho, el organismo considera que, “aunque es lógico esperar que el crédito agregado se contraiga en una recesión fruto de una burbuja crediticia,
un ajuste más gradual beneficiaría a la economía en su conjunto”. Con todo, reconoce que
“el sistema bancario es ahora significativamente más sólido pero persisten riesgos”, como las debilidades macroeconómicas. Y finaliza: todo esto “exige una
vigilancia proactiva para salvaguardar la solvencia del sector y apoyar al crédito”.
Finalmente, el
FMI explica que “la consolidación fiscal requerida ha de ser gradual y favorable al crecimiento todo lo que sea posible”. Los nuevos objetivos logran un equilibrio razonable entre ambos conceptos, pero “será crucial detallar cómo se lograrán y garantizar que las medidas sean permanentes”. Así, señala que, “dada la necesidad de estabilizar la economía y suponiendo que se logra la consolidación estructural en marcha para 2013,
no resultan deseables medidas adicionales para 2013”. No obstante, se hace necesario crear un “panel de expertos que provea recomendaciones sobre la reforma fiscal y la financiación de las Comunidades Autónomas (…) una revisión del gasto que abarque todos los niveles de la Administración y localice sinergias (…) y una presupuestación más centrada en el medio plazo”.
Por último, “pero sin duda no menos importante: se debería hacer más a nivel europeo para facilitar el ajuste de España”, concluye el organismo. En concreto, sería de particular importancia
avanzar más rápido en la unión bancaria (…) y que el Banco Central Europeo (BCE) adoptara medidas adicionales”. Asimismo, debería mantenerse abierta “la posibilidad de solicitar el programa OMT”.
S.C.