Según estimaciones del Instituto de Empresa Familiar, el 85% de las empresas españolas son negocios familiares. Pero las estadísticas, también demuestran su fragilidad: el 70% de las empresas familiares no sobrevive al primer cambio generacional, por la complejidad de articular las relaciones entre los miembros de la familia que coinciden con los componentes del equipo gestor.
Según la clasificación realizada por la Family Business Magazine, España aparece representada por Banco Santander, en el lugar número 14, como una de las principales empresas familiares del mundo. En Estados Unidos es donde se encuentra el origen de las firmas familiares que han llegado más lejos en el ámbito empresarial mundial pero, en España, hasta el 85% de las empresas españolas son negocios familiares, según estimaciones del Instituto de Empresa Familiar.
El 85% de las empresas españolas son negocios familiares
Pero las estadísticas, también demuestran su fragilidad: el 70% de las empresas familiares no sobrevive al primer cambio generacional, por la complejidad de articular las relaciones entre los miembros de la familia que coinciden con los componentes del equipo gestor. En MediaSi, especialistas en Mediación Laboral, creen que el éxito de empresas familiares como Banco Santander, u otras muy carismáticas en España como El Corte Inglés, Alsa, Codorniu, FCC, Freixenet, Inditex o Mercadona, pasa por saber gestionar que en este tipo de corporaciones la realidad funciona como engranajes de tres subsistemas: el familiar, el empresarial y el patrimonial.
"El espacio público y el íntimo se mezclan, lo que genera una escasa diferenciación entre sus miembros y formas de interacción complejas, esto puede provocar que haya una confusión de valores, roles y funciones". Reconocen que cuantas más generaciones tenga una empresa familiar, más complejas serán sus interacciones. "Sin embargo, está demostrado que empresas de hasta una cuarta generación se mantienen estables en el entramado financiero nacional e internacional", como las antes citadas.
El componente emocional impregna las relaciones personales y empresariales
Una manera de asegurar las buenas relaciones dentro y fuera de casa, y dentro y fuera de la oficina, es crear un espacio de comunicación neutral e imparcial, en el que se dote de protagonismo a cada uno de los miembros y favoreciendo un papel activo en la transformación de los conflictos, sin que estos se enquisten en los dos ámbitos, el empresarial y el doméstico. Y es que el componente emocional impregna las relaciones en ambos aspectos: "Una evidencia es que los aspectos relativos a la empresa y al trabajo (funciones, jerarquía, dedicación, liderazgo, sucesiones, economía, etc.) están estrechamente vinculados a la relación que los diferentes miembros mantienen entre sí". La solución, en términos de mediación, es que en ese espacio neutral se le otorgue un rol activo a los participantes en la generación de alternativas y creación de pactos, para que los acuerdos finales satisfagan en mayor medida a todos.
Lee además:
La crisis termina con casi la mitad del empleo en nuevas empresas.