La empresa de eventos de la trama de la ‘operación Púnica’ inflaba los contratos más de un 50%
Obtenían contratos a dedo a través de negociar la cesión de los derechos de los artistas
- Inflaron 9.000 euros un contrato con el grupo ‘Siempre Así’
Waiter Music, la empresa de eventos de la trama de Granados y Marjaliza alardeaba de sus contactos políticos y no se escondía ni un ápice. Desde su página web alardeaba de tratar con “compañeros de ayuntamientos” para lograr la organización de conciertos.
Con José Luis Huerta Valbuena a la cabeza, encarcelado ya por delitos de organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y fraude, el modus operandi se repetía en todos los consistorios, según El Mundo: cuando el municipio contrataba un concierto con la empresa de la "operación Púnica", había un sobrecoste a cargo del erario público de decenas de miles de euros. De esta manera conseguía esquivar la legislación.| Consulte toda la información sobre la operación Púnica
Explica también el medio que el sistema de concesión de contratos fueron mediante concurso en algunos casos, pero sin necesidad de mediar convocatoria oficial, en muchos otros.
Cómo lo conseguían se explica por el artículo 170 d. de la Ley de Contratos del Sector Público, que permite que en este tipo de eventos se pudo dar una adjudicación directa, siempre y cuando el acuerdo se suscriba con el representante del artista. Waiter Music forzaba a que se le cedieran los derechos en exclusiva durante el día programado para el concierto.
Waiter Music forzaba a los artistas a ceder sus derechos en exclusiva para los conciertos
Da el rotativo como ejemplo de que los precios se hincharan más del 50% una actuación del grupo "Siempre Así", un conjunto de ocho miembros de la hermandad del "Rocío de Triana" cobró 16.000 euros en un concierto que pactaron directamente con el Ayuntamiento de Algete el pasado 16 de septiembre. El pasado 5 de octubre, a través de Waiter Music, el precio ascendió a 25.000 euros, un sobrecoste de un 56%.
La empresa de la mano derecha de Francisco Granados cobraba “antes del inicio de las pruebas de sonido” con un cheque “a nombre del adjudicatario”, según explica El Mundo que consta en las cláusulas de los expedientes de contratación.
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