Entrevistamos al reputado economista y autor de 'Cómo acabar de una vez por todas con los mercados'
MADRID, 27 MAY. (Bolsamania.com/BMS) .-
Bolsamanía ha entrevistado hoy a
Juan Ignacio Crespo, reputado economista y autor del libro
"Cómo acabar de una vez por todas con los mercados". Con él hemos hablado del resultado de las
elecciones europeas pero, sobre todo, de muchos e interesantes aspectos que se incluyen en un libro plagado de anécdotas y de conocimiento.
Según Crespo, el avance de los extremismos en estas elecciones europeas
no va a tener un impacto real sobre las políticas europeas. En cuanto a las previsiones que da en su libro,
espera una recesión global entre 2016 y 2017 que afectará moderadamente (con caídas de en torno al 20%) a las bolsas.
Pregunta. Antes de entrar a hablar de su libro, no quisiera perder la oportunidad de preguntarle por el resultado de las elecciones europeas, especialmente por ese ascenso de los euroescépticos. ¿En qué situación deja este hecho al proyecto europeo?
Respuesta. Yo creo que
es mucho más el susto por el avance de los euroescépticos que la realidad del impacto que eso pueda tener sobre las políticas en Europa. Cuando las cosas van mal, el descontento crece y el voto es siempre un voto en contra de lo establecido, y éstas son unas elecciones especialmente aptas para este tipo de voto de protesta.
P. ¿Y qué le parece el “fenómeno Podemos” en España? ¿Cree que es algo puntual que se irá desdibujando con el tiempo?
R. Yo creo que la explicación del fenómeno de Podemos es muy sencilla. Hace 10 años Zapatero ganó las elecciones generales con la movilización de un voto que normalmente no se movilizaba o se iba hacia Izquierda Unida. Ese 1.800.000 votos que le dio la victoria a Zapatero eran 600.000 que normalmente hubieran ido a Izquierda Unida y 1.200.000 que normalmente no se movilizan para votar.
Ese 1.200.000, el equivalente al de hace 10 años, es lo que le ha proporcionado a Podemos cinco diputados.
P. ¿Y cree que irá a más?
R.
Veo muy complicado que este tipo de fenómenos se consoliden. Con la misma facilidad con la que en cuatro meses ha sacado cinco eurodiputados, en año y medio, que es lo que queda para las generales,
muy probablemente se va a disolver. No completamente, porque siempre va a haber ese tipo de voto, pero es muy difícil movilizar una y otra vez a ese tipo de voto desencantado y que normalmente no se moviliza.
P. ¿Qué le parece su programa económico, le resulta viable?
R. Hay un montón de medidas que pueden resultar simpáticas. Por ejemplo, cuando hablan de que sus diputados van a cobrar tres veces el salario mínimo y que van a viajar en turista. Uno no puede por menos que simpatizar con ese tipo de planteamientos. Hay otras que son expresión de deseos que todos suscribiríamos pero que son
económicamente inviables.
P. ¿Cómo por ejemplo?
R. Bueno, eso de un salario mínimo decente y que todo el mundo tenga una vivienda, quién no suscribe eso, todo el mundo. Otra cosa es que las realidades económicas se impongan y lo permitan.
P. Hablando ahora de su libro, partimos de un título un poco radical...
R. Quien lea el libro verá que el título es muy llamativo pero que tiene mucho de irónico. A la vez lleva entre líneas la idea de que
hay que acabar con la omnipotencia de los mercados, hay que saber tratarles de tú a tú. Los operadores les tratan de tú a tú y
los Gobiernos les tienen pánico y no saben tratarlos de tú a tú.
P. Al principio del libro habla de que los economistas dan explicaciones de lo que ocurre en el mercado y los periodistas las replican o copian, y viceversa. Es usted crítico con este círculo vicioso. ¿Hay demasiado ruido en el mercado, demasiadas “distracciones” para el que quiere invertir?
R. Sí,
hay un exceso de ruido brutal tanto en los medios como entre los propios operadores. Como no encontramos la causa para lo que está ocurriendo, nos la inventamos y atribuimos explicaciones fantasiosas a los fenómenos.
P. Deberíamos ser todos más cautos...
R. Sí, pero entonces con qué se escribirían tantos periódicos al día, tantas web...
P. Usted dice que los mercados son más risibles que todopoderosos. ¿Risibles en el sentido de chapuceros, por ejemplo?
R. Sí. Todos sabemos que la vida esta llena de
elementos cómicos y en los mercados eso ocurre de manera continuada. Me gusta contar una anécdota en la que operadores de la sociedad de valores que dirigía vinieron muy asustados diciendo: “Se hunden los mercados porque ha salido una información de
Reuters que dice que los misiles rusos están apuntando a las ciudades europeas”. Yo me eché a reír y les pregunté: “¿Y dónde creíais vosotros que apuntaban los misiles rusos antes de que saliera esa información?”. Y les di instrucciones de comprar corriendo todo lo que vieran que caída porque eso iba a durar dos minutos, como fue lo que ocurrió. Hay tendencia a asustarse y a no reflexionar sobre lo que está ocurriendo y todo eso tiene elementos cómicos.
P. La tercera parte del libro habla de unos mercados que son predecibles. Pero claro, hasta qué punto lo son, porque por mucho que tengamos herramientas a nuestro alcance, desde luego sorpresas nos llevamos...
R. Yo no diría que son predecibles de ahora para dentro de un minuto, o de hoy para mañana o para dentro de un año, pero
sí en las grandes tendencias. Es decir, era muy fácil adivinar que habría, no precisamente en 2008, pero sí dos años antes o dos después, una gran caída del 50%, porque se había producido otra con el pinchazo de la burbuja. Siempre que hay una caída del índice Dow Jones del 50%, pocos años después hay otra. Es decir, van de dos en dos. A lo mejor no sabe uno el día en que se va a iniciar la caída o la recuperación, pero sí tiene una hoja de ruta con los accidentes más importantes que le permiten no tropezar.
P. Basándose en esta hoja de ruta, usted en el libro habla de una fecha, 2018, a partir de la cual las cosas podrían ir a mejor. Mientras tanto, recesión en Estados Unidos y en España. ¿En qué momento cree que entraremos en recesión y, sobre todo, cómo podría afectar a la bolsa?
R. Yo sitúo esta
eventual recesión a caballo entre 2016 y 2017 a nivel global. En el año 2016, Estados Unidos tendrá 84 meses de expansión. Rara es la expansión americana que pasa de 80-90 meses y, por lo tanto, es razonable pensar que entren en recesión. Y muy probablemente también ese malestar que existe en los países emergentes desde que comenzó a caer el precio de las materias primas en 2011 pues va a seguir muy inestable y terminará también con una gran inestabilidad en los mercados emergentes.
P. ¿Cómo afectaría esto a las bolsas?
R. Les afectaría, pero
no en la medida de las dos grandes caídas que hemos visto en los últimos 15 años: el pinchazo de la burbuja tecnológica y de la burbuja inmobiliaria. No serían caídas de un 50-60%. Serían caídas mucho más moderadas, de entre el
20 y 30%.
P. Respecto al Ibex, habla de su paralelismo con el Nikkei, que se rompería a partir de ese 2018, con la banca ya saneada. ¿Esto cómo repercutiría en el Ibex?
R. Si, como yo espero, a partir de 2018 la banca está totalmente capitalizada y en disposición de volver a prestar,
el Ibex podrá arrancar y tener un comportamiento mucho mejor. Habrá pasado diez años (entre 2008 y 2018) con un comportamiento muy similar al Nikkei. Por lo tanto, el Ibex, es de confiar en que tenga una reacción alcista igual que la que tuvo a partir de 1984.
Nieves Amigo