Germanwings: el copiloto Andreas Lubitz padecía ansiedad y desprendimiento de retina

La ex pareja de Lubitz podría estar embarazada, según la prensa sensacionalista alemana

  • Recuperan 78 restos mortales identificados por el ADN
Bolsamanía
Bolsamania | 30 mar, 2015 07:50 - Actualizado: 08:43
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Se suceden las nuevas informaciones sobre la condición mental y los problemas de salud que podría padecer el copiloto de Germanwings, Andreas Lubitz. Todos los datos acerca de la investigación del siniestro del vuelo GWI9525 en los Alpes franceses, a bordo del cual viajaban 150 personas, apuntan a Lubitz como el único culpable, mientras las autoridades alemanas y galas tratan de desentrañar las causas que habrían llevado al copiloto a estrellar la aeronave de manera voluntaria.

Al parecer, según el tabloide alemán Bild, Lubitz podía tener problemas graves de visión que amenazaran su carrera como piloto, el sueño de toda su vida. Explica el rotativo que estaba siendo tratado por un posible desprendimiento de retina. Además, el medio sensacionalista apunta que la ex pareja del copiloto de Germanwings podría estar embarazada.

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Por otra parte, podría estar bajo fuerte medicación, ya que según han explicado varios medios internacionales, como Le Parisien, el copiloto había sido diagnosticado por un Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) y sufría trastornos del sueño. los médicos le habían recetado Olanzapina y Agomelatina, dos fuertes medicamentos antipsicóticos y antidepresivos con un notable efecto sedante.

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Este medicamento se suele recetar sólo en casos graves de trastornos de ansiedad ya que entre sus efectos secundarios se encuentra el de producir una fuerte sedación en los pacientes tratados con este compuesto, así como discinesia, es decir, movimientos involuntarios en todo el organismo, habituales en las enfermedades nerviosas.

Por otro lado, para el trastorno del sueño, los especialistas estimaron que lo más recomendable era recetarle Agomelatina. Este medicamento es un antidepresivo que también puede provocar efectos sedantes así como somnolencia.

78 RESTOS DE ADN HALLADOS

Por otra parte, también llegan novedades desde la zona de la catástrofe. De los 150 ocupantes que viajaban en el avión A320 de Germanwings siniestrado el pasado martes en Los Alpes, 78 restos mortales ya han sido identificados. Aun así, aún no hay pasajeros identificados, ya que esto se hará en una fase posterior en París.

Para ello, se cotejarán las muestras halladas en el lugar del accidente con las facilitadas por los familiares de las víctimas, según publica El Confidencial. De este modo se pasarán a identificar todos los fallecidos que se han encontrado después de seis días de labores de búsqueda.

En el lugar del siniestro continúan trabajado una gran cantidad de helicópteros de rescate que realizan hasta 50 vuelos diarios para seguir buscando rastros del vuelo accidentado.

LOS INTENTOS DEL COMANDANTE DE LA NAVE POR ABRIR LA PUERTA

"Abre la maldita puerta". Estas fueron las últimas palabras que gritó el piloto del vuelo de Germanwings siniestrado antes de que el avión se estrellara el pasado martes. Palabras que reflejan la angustia por no poder acceder a la cabina de mandos.

"Por el amor de Dios, abre la puerta. ¡Abre la maldita puerta!", gritó el capitán Patrick Sondheimer durante los últimos instantes del vuelo, según revelan las grabaciones a las que la Fiscalía francesa ha tenido acceso y que contienen los once minutos desde que el capitán salió de la cabina hasta que el avión se estrella.

Tras comprobar el protocolo de aterrizaje, Lubitz indica al capitán Sondheimer que ya puede abandonar la cabina para ir al lavabo. "Ya puedes salir", le dice. Sólo dos minutos después, el avión empieza a precipitarse en el vacío hasta estrellarse en tierra.

Después de que los controladores aéreos intentaran ponerse en contacto con la aeronave, sin éxito, el capitán comienza a golpear la puerta, una vez que el avión ha comenzado a descender. Es entonces cuando se producen las últimas palabras del capitán: "Por el amor de Dios, abre la puerta". Tras esto, sólo se escucha un fuerte ruido metálico, que se supone es del impacto del hacha de emergencia que se lleva a bordo.

Los siguientes pasos de la investigación se centrarán en determinar si Lubitz manipuló los controles de vuelo para el descenso de la aeronave. La segunda caja negra podría ofrecer datos relevantes en este sentido.

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