MADRID, 26 JUN. (Bolsamania.com/BMS) .- Gonzalo Escribano, director del
Programa de Energía del Real Instituto Elcano, analiza de manera muy interesante las implicaciones que tiene para
España la crisis de
Ucrania en el ámbito energético.
“
España es el hub óptimo para conectar Europa con una cartera bien diversificada de suministradores, tradicionales y emergentes, todos ellos alejados de Rusia, al menos geográficamente”, afirma este experto.
“Sin embargo, la ausencia de interconexiones con el resto de Estados miembros impide a Europa y a España beneficiarse de ese potencial ahora desperdiciado ¿Acaso no debería ser más fácil desarrollar las interconexiones entre España y Francia que jugar a estrategas de salón en el Cáucaso o el Caspio?”, se pregunta Escribano.
“Habrá que preguntárselo al próximo comisario de Energía de la nueva Comisión”, añade, “pero parece urgente empezar a reflexionar desde España porque no se puede permanecer agazapado tras las reformas internas y abandonar la política energética exterior cuando se abren ventanas de oportunidad semejantes”, opina.
“La crisis de Ucrania urge a reconfigurar el mapa energético europeo. Los proyectos gasistas de interés común seleccionados hace apenas unos meses por la Comisión evidencian ahora la cortedad de miras de su visión a largo plazo. El proyecto extra-comunitario estrella, el gaseoducto Transcaspiano hasta Turkmenistán, extiende la vulnerabilidad frente a Rusia del Cáucaso al Caspio, y del gas azerí al de Asia Central, añadiendo a China a la ecuación”, destaca este experto.
“Ni siquiera se contemplan vectores tan prometedores como la revolución no convencional norteamericana y su potencial en el norte de África, América Latina y algunos Estados miembros, o los nuevos recursos en aguas profundas de África occidental y Brasil.
Los corredores intra-europeos de interconexión reciben una atención limitada, dificultando una mayor integración de las energías renovables para reducir la vulnerabilidad frente a Rusia. Para el gas, la mayor decepción es la incapacidad de acometer el corredor Norte-Sur Occidental (NSI West Gas), integrando la Europa atlántica y mediterránea, y abriendo la vía para mejorar la diversificación europea y su capacidad de abastecimiento de corto plazo ante cortes de suministro mediante los gaseoductos con Argelia y las plantas de regasificación atlánticas y mediterráneas”, considera.
“Por situación geográfica, plantas de GNL (gas natural licuado) y gaseoductos,
el ramal ibérico de dicho corredor optimizaría el acceso a los corredores mediterráneos hacia el golfo Pérsico y el Norte de África, y a los atlánticos hacia el golfo de Guinea, América Latina y Norteamérica. La crisis en Ucrania ha impulsado a Estados Unidos a considerar la exportación a Europa de su gas de esquisto para presionar a Rusia, y la UE debería aprovecharlo", afirma.
“Ya en clave española, la insuficiente interconexión gasista con Francia impide conectar a la UE con esa cartera de suministradores alejados de Rusia. Habría que preguntarse por qué es más problemático para la Comisión interconectar España y Francia que disputar a Rusia su influencia en Asia Central.
España debería esforzarse por aportar argumentos para reconfigurar la política energética europea y ejercer la voluntad de solidaridad que permiten sus infraestructuras y posición geográfica”, sentencia Escribano.
“
España sería uno de los pocos Estados miembros con capacidad para recibir cantidades importantes de Gas Natural Licuado estadounidense, beneficiándose de la presión a la baja de los precios, el aprovechamiento de las infraestructuras y, siempre importante, del hecho de convertirse en socio estratégico para Estados Unidos en el campo energético”, concluye este experto.
C.P.O.