El presidente de La Caixa también se alinea con Guindos: España crecerá un 2% el año que viene

En calidad de presidente de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), ha lanzado esta previsión en la clausura de la asamblea anual de esta organización, inaugurada con otro pronóstico: el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha asegurado desde el mismo escenario que “España llegará a 2015 con una velocidad de crucero del 2%”.

A media mañana, sin embargo, la Comisión Europea (CE) rebajaba las estimaciones para España en 2015 hasta el 1,7% desde el anterior 2,1%.

Sólo media hora después, y también desde el escenario de la asamblea anual que CEDE celebra en Sevilla, el presidente del Instituto de Estudios Económicos y también presidente de la Comisión de Economía y Política Financiera de la patronal CEOE, José Luis Feito, se confesaba “más optimistas que el ministro”.

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El ejecutivo catalán, que ayer daba el pistoletazo de salida a esta jornada en el Alcázar de Sevilla, junto a Juan Ignacio Zoido, alcalde de la capital andaluza, asegura que “hoy disponemos de más elementos que nos confirman que la recuperación cobra mayor fuerza, y que nos estamos alejando de los momentos más sombríos de la crisis. Podemos afirmar que este año creceremos por encima del 1%, y el año que viene nos acercaremos al 2%”.

Si el mundo crece, algo nos va a tocar

Pero Fainé ha advertido que es necesario “un largo periodo de crecimiento para absorber el exceso de deuda acumulada y corregir el nivel de paro alcanzado”. Para ello insta a mantener el pulso reformista como una de las claves para que España vuelva a ser un país atractivo para estimular nuevas inversiones extranjeras. Se muestra optimista porque "si el mundo crece, algo nos va a tocar".

Para el presidente de La Caixa, en medio del debate sobre si los recién pasados tests de estrés y la puesta en marca del Mecanismo de Supervisión Única en la figura del Banco Central Europeo (BCE), supondrán el regreso de la financiación bancaria, no hay alternativa: “No cabe otro camino que normalizar la práctica de la concesión de créditos que ayuden a financiar el capital circulante que precisan las empresas, así como todos aquellos proyectos más a largo plazo que sean realistas y viables”. En esencia, Fainé reitera aquello de que la banca debe prestar pero si la demanda de crédito es solvente.

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