El principal bache para el avance de las negociaciones: la reforma laboral y las pensiones, el FMI pide más
El Gobierno de Alexis Tsipras y sus acreedores siguen inmersos en su largo proceso de negociaciones para evitar una quiebra de Grecia. Tanto de un lado como del otro llegan mensajes que indican que hay avances, pero un nuevo escollo en el camino podría hacerlo saltar todo los por aires: las amplias diferencias sobre la reforma laboral y del sistema de pensiones.
El ejecutivo heleno necesita financiación y pronto. Recoge Reuters el testimonio del portavoz del Gobierno, Gabriel Sakellaridis, que reclamó nuevos fondos antes de finales de mayo, al mismo tiempo que garantizó que Atenas tiene la intención de cumplir con todas sus obligaciones de pago, “incluidos cerca de 1.000 millones de euros para el Fondo Monetario Internacional (FMI)”.
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"El Gobierno griego no está esperando hasta fines de mayo para una inyección de liquidez. Espera que esa liquidez sea ofrecida a la economía griega lo más pronto posible”, expresó Sakellaridis. Pero los acreedores internacionales siguen tirando de la cuerda y dejan claro que no habrá nuevas ayudas financieras hasta que no se implementen todas las reformas requeridas, por mucha buena actitud y talante negociador que Grecia quiera mostrar.
LOS PRINCIPALES OBSTÁCULOS PARA EL ACUERDO
Según informaciones recogidas por Financial Times, uno de los acreedores, el FMI estaría además, amenazando con plantarse y no mantener su parte en la asistencia financiera a no ser que los otros os integrantes de la troika, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, “admitan la dificultad del pago de la deuda y acepten una reestructuración”. Recuerda José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España que “no es la primera vez que escuchamos un mensaje de este tipo”, pero en estos momentos “la situación es suficientemente inquietante como para valorarlo en su justa medida”, puntualiza.
El FMI quiere que el BCE y Europa admitan la dificultad del pago de la deuda y acepten una reestructuración
El experto indica también que la mitad de los más de 7 billones de euros restantes del “segundo rescate” debe aportarlos la Institución Supranacional. Por otro lado, “la admisión del incumplimiento de los ajustes fiscales previstos (desde el objetivo del 3.0% de superávit primario a la realidad actual de un déficit probablemente superior al 1%) hace muy complicado que el FMI tenga argumentos para mantener la asistencia”, explica Martínez Campuzano. Por último, “niveles de deuda del 178% del PIB condicionan cualquier escenario a medio plazo de crecimiento. Especialmente si no se ponen encima de la mesa medidas estrictas de flexibilidad económica en todos los ámbitos, laboral, público y pensiones especialmente”, concluye el analista.
Y ahí es donde se llega al principal motivo de desacuerdo entre Atenas y sus acreedores, más concretamente el FMI. Señala Reuters que según el ministro del Trabajo griego, Panos Skourletis, los requisitos del prestamista global sobre el mercado laboral del país son tan duros que rozan la inflexibilidad. Concretamente, la entidad supranacional demanda recortes en las pensiones, nuevas medias que permitan el despido masivo de los trabajadores del sector privado y se opone a las subidas del salario mínimo que propone Atenas.
Esto ha llevado al titular de Trabajo del país a afirmar que “el FMI es el más inflexible (...) las voces más extremas del Grupo de Bruselas, pero también hay voces más moderadas”. “Nos están pidiendo que no toquemos nada (de las medidas de austeridad) que arruinaron las vidas de los griegos en los cinco últimos años", agregó el ministro.
EUROPA Y EL BCE
Grecia espera obtener más fondos del BCE
Así las cosas, Grecia sigue en el mismo atolladero en el que lleva atascada los últimos meses, con unos pagos pendientes que sólo en lo correspondiente al FMI ascienden a los cerca de 1.000 millones de euros ya citados, que debe saldar el 12 de mayo. Y esperan obtener más fondos del BCE, en un intento desesperado que llevará al viceprimer ministro Yannis Dragasakis a reunirse el martes con el presidente del BCE Mario Draghi. Asimismo, también mantendrán reuniones con el ministro de finanzas francés.
De hecho, Grecia está tratando de quemar todos sus cartuchos y obtener más liquidez, al tiempo que demora la implementación de las medidas que le reclaman sus acreedores. El mismo primer ministro griego, Alexis Tsipras, habló por teléfono con la directora del FMI, Christine Lagarde, para valorar el avance de las negociaciones: lo que se dijeron no ha trascendido.
El tiempo se agota para Grecia y Europa, por su parte, sigue también enrocada en no ofrecer nuevas ayudas hasta que no se pongan en marcha las reformas. De hecho, en recientes declaraciones del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker de nuevo repitió que las autoridades griegas deben aumentar sus compromisos con las instituciones, pero sí quiso mandar un aviso tranquilizador al rechazar de forma contundente cualquier escenario que pase por la salida del país del Euro.
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