Malas inversiones, caprichos o simplemente... despilfarro
Malas inversiones, compras innecesarias o divorcios multimillonarios son algunas de las causas de que bastante más de la mitad de los jugadores de la NBA entren en bancarrota después de retirarse.
Cinco años es el plazo en el que estas estrellas del baloncesto, algunos de los deportistas mejor pagados del planeta, pasan de ser multimillonarios a no poder hacer frente a sus pagos. Ese porcentaje se dispara hasta el 79% de la NFL, el fútbol americano, según un estudio de Sport Ilustrated.
Inversiones arriesgadas o equivocadas, administradores fraudulentos y grandes sumas jugadas o prestadas devastan a estrellas como Allen Iverson, Antoine Walker, Dennis Rodman, Shawn Kemp (padre de siete hijos reconocidos y abandonados...), Kenny Anderson, Derrick Coleman, Scottie Pippen, Latrell Sprewell: toda una Generación X.
En 2006, Charles Barkley aseguró que sus pérdidas por juego iban ya por diez millones de dólares. En 2009, Barkley ingresó en la prisión de Maricopa County (Arizona), tras conducir bajo influencia del alcohol. Allí sólo duró 72 horas. Otro caso es el de Sprewell, apodado Mad Dog, (Perro Loco), que fue suspendido por 68 partidos después de agredir a su entrenador en los Warriors. Hoy, Mad Dog está sin fondos... tras tirar los 96 millones de dólares que ganó en 13 temporadas.
Sólo 13 Estados ofrecen asesoramiento financiero a escolares. Según Forbes, el 34% de afroamericanos de la NBA crecen en hogares con ingresos inferiores en un 150% a la línea de la pobreza en Estados Unidos, Universidades como Chicago o Georgetown, alentadas por la Casa Blanca, lanzan programas para concienciar a las zonas deprimidas. La idea es evitar o reducir al mínimo historias como estas.
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