Los errores más frecuentes a la hora de emprender
El 50% de las pequeñas empresas fracasan en sus cinco primeros años de vida y el 30% sólo sobrevive dos años. Estos datos no deben significar un aviso para dejar de emprender si se tiene una buena idea o un buen plan de negocios, pero siempre viene bien recordar los errores más comunes cuando se empieza en el mercado empresarial. Aquí te traemos una lista con las cinco situaciones a evitar para no formar parte de estas (agoreras) estadísticas.
1- La idea no lo es todo
Es el error más común. Pensar que si se tiene una buena idea no se necesita nada más. Esto es totalmente falso. Para que un negocio funcione se necesita un buen plan de negocio, trabajar duro, pensar en los posibles contratiempos... En definitiva, trabajar para construir una sólida base sobre la que edificar nuestro negocio.
2- No subestimes la importancia de un buen abogado y de un buen contable
Además de la parcela de trabajo a la que se dedique la empresa, para que el negocio sea viable se necesita llevar al día las cuentas, estar enterados de los impuestos a pagar o de cómo formalizar un contrato laboral.
La parte legal también es importante, por lo que siempre es una buena idea contar con un abogado experimentado y un gestor de cuentas que nos asesore en materia de impuestos y tributación.
3- Gastar demasiado dinero demasiado pronto
Otro de los principales problemas tiene que ver con la administración del presupuesto inicial. Aunque se tenga un gran capital para invertir, lo más inteligente es no apostarlo todo desde el primer momento hasta ver hacia dónde se dirige la empresa y si realmente puede funcionar. La clave está en el equilibrio: invertir suficiente para que el negocio despegue pero no tanto como para no arruinarnos si surge algún contratiempo grave.
4- Tratar de poner en marcha un negocio a tiempo parcial
La realidad es que es casi imposible dedicar la cantidad de trabajo y esfuerzo necesarios para llevar a cabo una aventura empresarial mientras se trabaja en otro lugar. Sobre todo al principio, un negocio necesita toda la atención para despegar. No está mal pensar en la idea y en los planes en el tiempo libre, pero una vez que se lance el negocio, hay que estar dispuesto a dedicar el cien por cien del tiempo disponible.
5- Dejar las decisiones importantes a otras personas
Cuando una persona crea un negocio es importante que tenga dotes de mando. Esta es una actividad que requiere tomar decisiones, coordinar agendas, calendarios, proveedores, y generar una estructura organizativa. Si se cuenta con la ayuda de un socio, es necesario crear una división clara de responsabilidades desde el primer día.
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