Tres ayuntamientos italianos ofrecen viviendas por un euro para frenar la despoblación
Como si de un bazar se tratara, tres ayuntamientos italianos han lanzado sus rebajas de verano: casas por un euro. Con esta impactante medida, los consistorios pretenden frenar la despoblación y acabar con la degradación del casco urbano ya que el único requisito exigido es que los compradores se comprometan a rehabilitar las viviendas.
A este particular todo a 100 de la construcción se han sumado los pueblos de Carrega Ligure, en la región del Piamonte en el norte de Italia, y Salemi y Gangi, ambos en Sicilia. Los ayuntamientos de estas tres pequeñas localidades son los encargados de hacer las veces de intermediario entre propietarios que quieren deshacerse de viviendas que no utilizan y personas que estarían dispuestas a rehabilitarlas para vivir los placeres del mundo rural italiano.
Aunque el coste de la rehabilitación corre a cargo del eurocomprador, los nuevos propietarios pueden beneficiarse de importantes incentivos estatales, sobre todo los destinados a jóvenes.
EL PROBLEMA DE LA DESPOBLACIÓN
Carrega Ligure, de 85 habitantes, es la población más pequeña que se ha sumado a esta inciativa. Ha creado su propia página web en la que pretende informar a los usuarios de la iniciativa. En ella, la institución asegura que quieren terminar con la despoblación que vive la zona desde hace décadas y por ello apuesta por las casas por un euro.
Según el instituto italiano de estadística, Istat, 6.000 poblaciones han sido abandonadas o padecen problemas de despoblación en Italia. Además de la iniciativa de una casa por un euro, hay otros pueblos que se han puesto en venta en Ebay, como Calsazio, que alcanzó una puja de 195.000 euros. Por 550.000 euros también se vendía Valle Piola, un pueblo deshabitado desde los setenta y que se ubica en el parque nacional del Gran Sasso, en la región de Pescara.
Hace unos meses, también se puso un venta una isla donde se cree que había fantasmas por episodios ocurridos en el pasado.
ÉXITO DE LA REHABILITACIÓN
Italia es uno de los países en el que más iniciativas de este tipo se han sucedido por el envejecimiento de la población que padece el sur de Europa. El pequeño municipio de Coletta de Castelbianco, en la provincia de Savona, es uno de los ejemplos vivos más representativos.
Este antiguo pueblo medieval, abandonado a mitad del siglo pasado, ha resurgido de las ruinas y ahora se ha convertido en un enclave turístico en el cual se ha respetado la estructura original pero aunando las últimas mejoras tecnológicas.
Lea también:
El ladrillo vuelve a hacerse un hueco en la economía española