Habrá bastantes desajustes y problemas en el sistema financiero de la zona euro
Problemas, problemas y más problemas. Eso es lo que puede provocar para la economía española un Brexit duro el próximo 31 de octubre. Si Reino Unido sale de la Unión Europa de manera desordenada, algo que nadie quiere pero que todo el mundo teme, el impacto para las empresas españolas será considerable.
Así lo ha reconocido la propia ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño. "No podemos pensar que una salida abrupta de Reino Unido no tendría un impacto en la economía. Estamos siguiendo el tema con toda la atención y seguimos contribuyendo a que haya una salida ordenada, pero tenemos que anticiparnos a lo peor”. Aunque poner la venda antes que la herida es muy complicado, por no decir imposible.
En el caso del sistema financiero, las consecuencias pueden ser graves. "Un Brexit sin acuerdo implica que no van a participar en el mercado de cotizaciones europeo. El problema es que Reino Unido es la principal plaza de negociación de contratos de futuros, derivados y productos financieros complejos que afectan al euro y a la financiación bancaria", explica Emilio González, profesor de Economía de la Universidad Comillas ICADE.
"Todas estas circunstancias, al no haber acuerdo, pueden provocar distorsiones en la financiación del sistema bancario europeo de la zona euro", añade este experto. Y en este escenario, los bancos españoles "están en una situación todavía delicada porque no han terminado de superar la crisis inmobiliaria. Y en estas circunstancias, van a encontrar más difícil la financiación", añade González.
En su opinión, "va a ser más complicado que a su vez puedan aportar más financiación a la economía española, tanto a las empresas como a los consumidores". Según su valoración, "nos puede afectar más porque el sistema financiero español está en una situación más delicada que el de otros competidores como Francia o Alemania".
González explica que en la encuesta de condiciones financieras que publica el BCE, para la banca española, desde mediados del año pasado, se han empezado a endurecer los requisitos para la condición de financiación de los mercados europeos. "Si hay un Brexit sin acuerdo, las concesiones se volverán más duras durante algún tiempo y eso va a frenar la concesión de créditos hipotecarios, el crédito al consumo y el crédito empresarial", señala.
Para este experto, "la negociación de derivados, de productos estructurados en euros, las cámaras de compensación … si se produce un Brexit sin acuerdo, habrá bastantes desajustes y problemas porque no se ha negociado nada sobre qué pasará con el sistema financiero".
En su opinión, "habrá unos meses complicados en un momento especialmente difícil en la escena internacional, en un contexto de guerra comercial de EEUU contra China, de falta de demanda interna en Alemania y de incapacidad de la política monetaria para estimular la economía".
PRINCIPAL DESTINO DE EXPORTACIONES
En cuanto a los efectos en el conjunto de la economía española, un reciente estudio de la Universidad Católica de Leuven ha calculado que un Brexit duro provocaría la destrucción de 70.000 empleos en España, mientras que el impacto de un Brexit blando sería mucho menor, de unos 15.000 empleos.
En el caso de la Unión Europea, el impacto en el empleo sería de 1,7 millones de puestos de trabajo en el caso de una salida sin acuerdo, mientras se reduciría a unos 350.000 con una salida acordada. En lo que respecta a Reino Unido, el impacto de un Brexit desordenado implicaría la destrucción de 526.000 empleos.
En cifras, según cálculos del Banco de España, un brexit con acuerdo comercial reduciría el nivel del PIB español en tan solo 0,02 puntos porcentuales al cabo de cinco años, "un efecto muy reducido (200 millones de euros) porque la apreciación de la libra mitigaría, en parte, los efectos de la reducción de la demanda británica, en términos reales", según la autoridad monetaria.
Por su parte, un brexit sin acuerdo reduciría el nivel del PIB español en un 0,5%, también en cinco años, si sucede de forma ordenada, y algo más del 0,8% si lo hace de forma desordenada. Esto implicaría un impacto económico que oscilaría entre 6.000 y 9.000 millones de euros en los próximos cinco años.