Arranca la cuenta atrás hasta el 9-N
A poco más de dos meses de la fecha elegida para la celebración de de la consulta sobre la independencia de Cataluña, el president de la Generalitat, Artur Mas, afronta el último tramo de 2014 con demasiadas dudas sobre el proceso soberanista que ponen en tela de juicio hasta la misma votación del 9 de noviembre.
Mas se despidió antes del descanso vacacional en Menorca dejando claro que su objetivo seguía siendo celebrar la consulta. "No hay planes B", declaró el president, "simplemente fases de una misma hoja de ruta". No obstante, a pesar de que el objetivo del Govern sigue siendo el de llamar a los catalanes a las urnas, muchas voces, incluso desde la misma coalición que preside Mas, Convergència i Unió (CiU), se han alzado dejando claro que la votación tiene que ampararse en la ley.
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Por ahora la legislación catalana sigue su curso, pero por la mínima. El Consejo de Garantías Estatutarias (CGE) dio luz verde a la ley catalana de consultas, no obstante cuatro de sus nueve miembros, del PSC, PPC e ICV, mostraron sus reservas ante el texto de esta ley al considerar que “regula un instrumento de participación que, bajo la denominación de consultas populares no refrendarais, presenta las características sustanciales del referéndum”; asímismo, estimaron que "la vulneración de la Constitución y del Estatuto se produce por la regulación que el texto legislativo hace a través de un explícito llamamiento al electorado, para que a través del derecho de sufragio, los ciudadanos expresen su opinión sobre un tema de interés general”.
Aún así, los cinco miembros del CGE de CiU y ERC garantizaron que la normativa pase por el último trámite ante el Parlament de Catalunya, donde será aprobada con toda seguridad a mediados de septiembre, que dará paso a que el president Mas firme el decreto de convocatoria.
EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y LAS ALTERNATIVAS
Después, todo apunta a que el Gobierno central llevará la ley de consultas al Tribunal Constitucional (TC) que con toda seguridad tumbará el texto, dando un golpe fatal a las aspiraciones soberanistas catalanas.
A partir de entonces, el president tiene dos alternativas: seguir con el proceso hasta las últimas consecuencias y continuar tensando la cuerda con el único límite de la suspensión del autogobierno. O no sacar las urnas a la calle el 9-N, con la consecuente ruptura de su pacto de gobierno con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
En cualquier caso, Artur Mas estaría preparando su respuesta política ante este escenario, una alternativa que desembocara en la convocatoria de unas elecciones plebiscitarias que se celebrarían, como muy tarde, en el primer trimestre de 2015, según el diario Ara.
Se ha hablado en numerosas ocasiones de esta opción que necesita el apoyo de Oriol Junqueras para que ERC y CiU presenten una coalición independentista. Y el líder de los republicanos sólo daría el sí a los convergentes si hubiera el compromiso de lanzar una declaración unilateral de independencia en el Parlament.
Fuentes nacionalistas consultadas por Ara explican que Mas ya se habría hecho a la idea de adelantar las elecciones y no agotar su mandato hasta 2016, como pretendía hace un año. Explica el diario que también habría consenso en CiU de no plantar las urnas en la calle si hay un veto del TC a la consulta. Sólo quedaría entonces el pacto con Junqueras para poder jugar la baza de las plebiscitarias entre diciembre de 2014 y febrero de 2015.
¿MAS AGOTADO? EL CASO PUJOL Y LA SUPUESTA PERSECUCIÓN
Desde la oposición, el PSC ya se ha pronunciado ante la convocatoria de unas elecciones plebiscitarias, anticipdas o no, y su portavoz, Esther Niubó lo ha valorado como la señal inequívoca del fracaso de Mas. Además, consideran los socialistas que el president no debería presentarse a la reelección ya que, tras no ser capaz de agotar dos mandatos, habría quedado demostrada su incapacidad para seguir en el cargo.
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En general, el caso Pujol y la duda lanzada por algunos medios como ABC o El Mundo ante la impunidad de Artur Mas en los tejemanejes del clan Pujol, han contribuido al desgaste de CiU y del proyecto del president Mas. Este hecho, sumado a la determinación del jefe del Ejecutivo catalán de celebrar la consulta, se habrían llevado al político por delante, que ha acabado consumido por lo que muchos han llamado la “deriva soberanista”.
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De hecho, la imposibilidad de llamar a los catalanes a votar señalaría el fin del dirigente catalán, que se habría inmolado para llevar el proceso soberanista hasta el final.
LA CUENTA ATRÁS HASTA EL 9-N
Sin embargo, tal y como destaca La Vanguardia, un aire de resiliencia se ha instalado en Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y todo está listo para arrancar la cuenta atrás hasta el 9-N, al margen de lo que ocurra en el TC.
El Consell Executiu del Govern se reúne el 26 de agosto y tan sólo un día después lo hará la nueva dirección colegiada de CDC. El sábado 30, CiU reunirá al consejo nacional conjunto de la federación para ratificar el nombramiento de Ramon Espadaler como secretario general en sustitución de Josep Antoni Duran Lleida y Lluís Corominas como secretario general adjunto.
El 1 de septiembre, consellers y altos cargos de la Generalitat se reunirán con Mas en un encuentro privado para fijar la agenda política de otoño y el día 2, el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, comparecerá ante el Parlament para dar explicaciones sobre las cuentas que mantuvo durante 34 años en el extranjero.
El 6 de septiembre, CDC celebrará su consejo nacional con el objetivo de refundar el partido.
El 11 de septiembre, el día de la diada, se han convocado diversos actos. El acontecimiento central será el organizado por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Omnium Cultural: la formación de una gran V -pidiendo que se deje votar- en Barcelona, en el que se han volcado CiU, ERC, e ICV-EUiA. Alternativamente, Sociedad Civil Catalana reunirá a dirigentes del PP y Ciutadans en otro acto, al que también asistirá la socialista Carme Chacón.
Después, llegarán las sesiones del parlamento que deberían culminarse el 19 de septiembre con la publicación de la ley de consultas en en una edición extraordinaria del Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya y la firma del president del decreto de convocatoria de la consulta del 9 de noviembre.
Entre el 20 de septiembre y el 9-N el panorama se presenta incierto, pero seguramente el Govern tratará de combinar la apuesta por la consulta con negociaciones con los ministerios para desbloquear alguna de las demandas incluidas en el documento que Artur Mas entregó a Mariano Rajoy en su última reunión en la Moncloa.
Así las cosas, tenemos por delante 11 semanas de vértigo para los catalanes y el futuro de Cataluña y España.
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