El BCE tiene complicado contentar a un mercado que considera agotadas sus políticas
Volatilidad. Eso es lo único seguro que anticipa el mercado tras el paquete de medidas que anunciará el Banco Central Europeo (BCE) este jueves. "Aunque hasta hace un par de semanas el mercado descontaba ampliamente el relanzamiento del Programa QE, parece que su puesta en marcha ahora es menos segura", señala François Rimeau, gestor de La Française AM.
En su opinión, Mario Draghi tendrá "que responder a muchas preguntas en la reunión, que promete ser uno de los eventos más entretenidos del año". Será la penúltima del banquero central italiano al frente del organismo monetario y los analistas esperan un importante paquete de estímulos que puede consistir en las siguientes medidas:
1. Recorte de 10 - 20 puntos básicos en el tipo de facilidad de depósito, hasta el -0,5%/-0,6%, acompañado por una segmentación (tiering) de dicha tasa para mitigar el efecto negativo en el sector bancario. Esta tasa es el interés que las entidades de crédito reciben por sus depósitos a un día en el banco central, aunque el tipo de interés es negativo desde junio de 2014.
2. Anuncio de un nuevo Programa de Expansión Cuantitativa (Programa QE). Las previsiones oscilan entre los 15.000 y los 40.000 millones de euros mensuales durante nueve o doce meses. "Habrá un anuncio de QE, pero puede que no tengamos todos los detalles y puede que se retrase (para empezar el 1 de diciembre, por ejemplo)", señala François Rimeau.
3. Orientación a futuro. Refuerzo del BCE de su orientación política de cara a futuro. Puede vincular la orientación hacia el logro de su objetivo de inflación (sin mencionar un nivel); o vincularlo con el programa de compra de activos (como en el caso de los programas anteriores de expansión cuantitativa QE)
4. Previsiones económicas. Recorte de sus previsiones de PIB de la zona euro en 10 puntos básicos, tanto en 2019 como en 2020. Recorte de sus previsiones de inflación de la zona euro en 10 puntos básicos, tanto en 2019 como en 2020.
"La incertidumbre es elevada actualmente, por lo que podríamos ser testigos de una volatilidad significativa tras la reunión del BCE y, en consecuencia, hemos reducido nuestra exposición al riesgo", concluye Rimeau.
¿UN GRAN BIG BANG FLEXIBILIZADOR?
Paul Diggle, economista de Aberdeen Standard Investments, señala que en su penúltima reunión, Draghi podría ser capaz de arrasar con una nueva gran sorpresa dovish que podría incluir un recorte de los tipos de 20 puntos básicos, la promesa de que los tipos se mantedrán bajos por más tiempo y el reinicio del programa de compra de activos (QE). "Esta es la clase de big bang flexibilizador que el mercado acogería en medio de una baja inflación crónica, una recesión de manufacturas y una guerra comercial en aumento", señala este experto.
Sin embargo, los gobernadores de los bancos centrales de Alemania, Austria, Países Bajos y Estonia, así como Sabine Lautenschläger, del Comité Ejecutivo del BCE, han defendido que una medida de ese tipo solo se puede implementar cuando existe un riesgo real de deflación.
Esto "ha aumentado las posibilidades de que Draghi se vea frustrado en su intento de poner en marcha una mayor flexibilización", señala Diggle. "Podría limitarse a un recorte de tipos de 10 puntos básicos, o ver cómo se le impide poner en marcha un QE completo. En ese escenario, es posible que el mercado se decepcione y que asistamos a caídas tanto en la renta variable, como en los bonos", concluye este experto.
¿QUÉ ESPERAN OTROS ANALISTAS?
NATIXIS IM apuesta por un recorte de la tasa de facilidad de depósito “entre 10 y 20 puntos básicos”, más probablemente en el rango de los 10 puntos “para preservar alguna munición si la economía se debilita más”. Respecto a las compras de activos por parte del BCE, la gestora anticipa que el anuncio “también será decepcionante” para los mercados y lo ve más cerca del rango de los 25.000 millones de euros al mes. Por último, NATIXIS IM cree que la llegada de Lagarde al BCE dará paso a una “nueva fase” en el BCE en la que habrá más presión para los países de la eurozona en el aspecto fiscal.
Bank of America señala que las medidas que tomará el BCE son "difíciles de predecir y pueden decepcionar las altas expectativas del mercado". Su previsión es que la tasa de facilidad de depósitos se recorte en 20 puntos básicos, acompañada por un sistema de segmentación y una "pequeña" QE de 30.000 millones de euros durante 9 a 12 meses. Sobre la segmentación de la tasa, Rabobank espera que sea similar a la diseñada "por el Banco Nacional de Suiza".
"Vemos riesgos de una QE más pequeña o de que no haya QE. Venderíamos un rally del euro si el BCE decepciona, ya que la divisa permanece bajo presión debido a los débiles datos", añaden desde Bank of America.
POLÍTICA MONETARIA AGOTADA
Por último, Andrew Bosomworth, gestor de carteras de PIMCO, espera un recorte de 10 puntos básicos en la tasa de facilidad de depósitos hasta el -0,5%, tiering, que la tasa principal de refinanciación se mantenga sin cambios al 0% y compras netas de activos por 30.000 millones de euros durante 6-9 meses.
Bosomworth advierte de que “es probable que el BCE actúe más lentamente de lo esperado por el mercado en cuanto a realizar más recortes” de tipos, a la espera de la evolución general de la economía y de comprobar la eficacia y las consecuencias de sus medidas.
Aunque en su opinión, el principal problema es que "la política monetaria está agotada y está perdiendo su efectividad; el entorno de bajos tipos de interés y rendimientos negativos continuará, a no ser que la política fiscal se vuelva más expansiva. Por otro lado, nuevos recortes por debajo del nivel del 0% podrían poner en peligro la estabilidad del sistema financiero”.
De manera similar opina Paul Diggle. "La visión general es que la política monetaria no puede hacer mucho para contrarrestar la ralentización del crecimiento en Europa y en el resto del mundo. Es necesaria una relajación concertada de la política fiscal. Parece que todavía no hay consenso en Europa para seguir por ese camino, pero al menos los alemanes han estado hablando más abiertamente sobre esta posibilidad en las últimas semanas, afirma este analista.
Tal vez este sea el principal problema actual para los bancos centrales. Después de una década de estímulos monetarios, el mercado considera que su efectividad es muy limitada y que solo estímulos fiscales impulsarán el crecimiento económico. Por ello, el papel de Christine Lagarde al frente del BCE puede ser vital si la futura banquera central logra que los grandes países de la zona euro como Alemania pongan en marcha medidas fiscales para reactivar la economía europea.
Draghi pasará a la historia por aquel célebre 'whatever it takes' de 2012, cuando dijo que "el BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente”. Sin embargo, los tiempos cambian y ahora será Lagarde quien tenga que recoger su testigo y convencer a los inversores en los próximos años.