MADRID, 28 DIC. (Bolsamania.com/BMS) .- A lo largo de este
convulso 2011, hemos abogado en varias ocasiones por
adoptar como estrategia el “no hacer nada”. Sin embargo, parece que el mensaje ha tenido más repercusión de la esperada y, además de los inversores a quienes iba dirigido y que van a propiciar un cierre plano en Wall Street,
ha calado en quienes no tenía que hacerlo: en los políticos. El departamento de
Análisis de Mercados de Bankinter, con su
director Ramón Forcada a la cabeza, parafrasea a
Theodore Roosevelt en su informe sobre Bolsa presentado ayer: “
En cualquier momento de decisión lo mejor es hacer lo correcto, luego lo incorrecto, y lo peor es no hacer nada”.
Para Bankinter, “la
capacidad de los políticos para tensar al límite las circunstancias, ha sido, otro trimestre más, el factor determinante para unas Bolsas vapuleadas o impulsadas, depende del momento, por las decisiones y acontecimientos políticos”. Aunque la intención sea olvidar este turbulento año, resulta difícil porque “
la batalla entre la presión del mercado y la reacción potencial de los políticos no ha terminado”, dicen los analistas del banco español.
Y así encaran las Bolsas la recta final del año, descontando que
2012 será un nuevo año de ajustes en el que persistirán las dudas sobre la salud de los países periféricos de la Zona Euro. Hoy mismo, en la antepenúltima sesión del ejercicio, esta realidad ha sido la protagonista. A media mañana,
Italia colocaba deuda a corto plazo con un coste de financiación que se ha reducido a la mitad respecto al mes pasado y, además, con una demanda saludable. Una buena noticia cuyo impacto positivo apenas se ha prologando unas horas. Después, han vuelto los temores, alentados por las
especulaciones sobre la
siempre recurrente e “inminente” rebaja de rating a Francia o a cualquier otra economía o varias de la Zona Euro; o por las
cantidades récord que los bancos europeos han depositado en el Banco Central Europeo (BCE) y que demuestran que la
macro inyección de liquidez de la semana pasada no servirá para que se presten entre ellos y, menos, a los ciudadanos. Entre tanto, Irán ha “comentado” que les sería “muy fácil” cerrar el estrecho de Ormuz, por donde circula el 40% del tráfico marítimo de petróleo mundial.
Este escenario, junto con un
volumen mínimo que magnifica cualquier movimiento, ha propiciado que las
Bolsas europeas hayan pasado del verde al rojo, y
hayan cerrado con caídas del 1% de media. El
Ibex35, en concreto,
se ha dejado un 2,10%, hasta los 8.358,40 puntos, y ha sido sin duda el mayor perjudicado por la falta de dinero propia de las vacaciones. Además, los bancos del Ibex han caído hoy con fuerza.
El primero en vaticinar este giro a la baja en Europa ha sido el
Euro. Su
correlación con las Bolsas sigue siendo un patrón y, atención, porque “la
pérdida del soporte de los 1,2943 (en precios de cierre) abriría las puertas a un rápido movimiento a la baja con objetivo en los 1,2870 euros (mínimos del mes de enero de este año). Más vale que este nivel aguante en las próximas sesiones/semanas porque, de lo contrario, tendríamos un claro deterioro desde el punto de vista técnico, que podría llevar a la divisa europea a los mínimos de junio de 2010: 1,1874 euros”, explica el
analista técnico de Web Financial Group, José María Rodríguez. El Euro se mueve al cierre justo en los 1,2949.
María Gómez