La Administración Obama dependerá de ellos para gobernar los dos próximos años
El resultado se ha situado en línea con las previsiones
Los republicanos han ganado el control del Senado en las elecciones de Estados Unidos que se han celebrado para renovar un tercio de la Cámara Alta y también la Cámara de Representantes. El resultado se ha situado en línea con lo esperado.
En la práctica, esto significa que la Administración Obama dependerá de los republicanos para gobernar durante los dos próximos años, hasta las próximas elecciones presidenciales.
RESULTADOS
Según los últimos datos publicados, los republicanos pasan a controlar 52 (+7) asientos en el Senado, mientras los demócratas reducen su representación hasta 44 (-7).
Los republicanos controlan el Senado por primera vez en ocho años
En la Cámara de Representantes, los republicanos han obtenido 235 escaños (+10) y los demócratas 158 (-10). Se trata de la primera vez en ocho años que los republicanos obtienen el control del Senado.
En 2010, los republicanos ya se hicieron con el control de la Cámara de Representantes. La derrota de los demócratas está siendo considerada como un revés para Barack Obama, que ha afrontado estos comicios con su popularidad en niveles extremadamente bajos.
MITCH McCONNELL
El senador republicano por Kentucky, Mitch McConnell será el próximo líder de la mayoría republicana en el Senado. Su intención es "dar media vuelta al país entero. Este experimento del 'gran Gobierno' ha durado demasiado. Es hora de ir en una nueva dirección", ha comentado tras la victoria.
VALORACIÓN
Los republicanos deben demostrar ahora su capacidad para gobernar
“Esto no es una victoria, es un primer paso”, ha comentado a CNBC Michael Strain, del American Enterprise Institute. “Los republicanos tienen que demostrar que son capaces de aprobar políticas que reflejen sus principios conservadores y ayuden a la vida de la gente. Esto es complicado y es todo un desafío”.
Por su parte, Richard Hastings, de Global Hunter Securities, prevé que la victoria republicana impulse la industria de los combustibles fósiles y que estimule la producción de gas de esquisto y las perforaciones no convencionales, en detrimento de las energías alternativas. Además, podría producirse un gran acuerdo entre republicanos y demócratas sobre el impuesto de sociedades y la reforma del salario mínimo.
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