Los estudiantes que quieren demandar a Harvard

Siete alumnos han llevado a cabo protestas contra la prestigiosa universidad

Bolsamanía
Bolsamania | 27 feb, 2015 19:20 - Actualizado: 20:27
harvard

Un grupo de estudiantes quiere querellarse contra una de las universidades más prestigiosas del mundo, la estadounidense Harvard.

Este centro de estudios es uno de los más prestigiosos del mundo y alberga a más de 20.000 estudiantes. La mayoría, contentos con pertenecer a la universidad más conocida a nivel mundial. Sin embargo, algunos de esos alumnos no están contentos.

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El problema es que el centro, como entidad, invierte cada año grandes sumas de dinero en industrias como compañías de gas, petróleo o carbón. De este modo, la universidad usa su endowment, o capital donado por exalumnos, para sacarle rendimiento y así auto financiarse.

En el caso de Harvard, ese capital asciende a 36.400 millones, lo que supone la posibilidad de realizar muchas e importantes inversiones. Sin embargo, para los estudiantes estas operaciones sólo sirven para "financiar el cambio climático".

DESOBEDIENCIA CIVIL CONTRA HARVARD

Pero la historia no termina ahí. A través de las redes sociales, este grupo de alumnos son capaces de organizarse e incluso incitan a la "desobediencia civil" en el campus, para llamar la atención. De momento han logrado el apoyo de más de 200 profesores, que han accedido a firmar un documento en el que se exige que las inversiones de la universidad tengan una "responsabilidad ética".

Por su parte, Talia Rothstein, una de las estudiantes que lideran las protestas, asegura que su alma máter debe ser un ejemplo a seguir en el mundo entero. "La universidad de Harvard está respaldando este modelo de industria, que está extrayendo y quemando combustibles fósiles a niveles que descuidan de manera extrema el futuro del planeta y quienes viven en este planeta ahora", explica.

NEGATIVA DE HARVARD

Por el momento, la universidad se ha negado totalmente a aceptar estas peticiones, si bien respeta la opinión de los manifestantes. Pero cree que su inversión es imprescindible para apoyar su misión educativa, por lo que dejar la "industria de los combustibles fósiles quizá no sea la respuesta apropiada".

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