Las valoraciones de las propiedades comerciales y de oficinas se han deprimido desde la pandemia
El estallido de la crisis bancaria de Estados Unidos tras la caída de Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank ha encendido las alarmas sobre su posible contagio a otros sectores de la economía, y en ese sentido, uno de los que más preocupa es el inmobiliario comercial, que en el país norteamericano guarda una estrecha relación con los préstamos de la banca regional, la más castigada en las últimas semanas.
Richard Ramsden, analista de de Goldman Sachs Research, asegura que en EEUU, el sector en el que la tensión bancaria puede afectar primero a la economía es el inmobiliario comercial, ya que las valoraciones de las propiedades comerciales y de oficinas se han deprimido desde la pandemia, en medio de tasas de ocupación más bajas y preocupaciones sobre los cambios en la forma en que las personas trabajan y compran en el entorno posterior al Covid.
Además, el crédito al sector estadounidense se concentra principalmente en los bancos pequeños y medianos, donde la presión sobre los depósitos y la liquidez ha sido más aguda, y donde se centra la mayoría de las preocupaciones tras el colapso de SVB.
"Creo que se verá a los bancos retirarse de los compromisos de bienes inmobiliarios comerciales más rápidamente en un mundo donde están más enfocados en la liquidez. Y creo que será algo importante a vigilar en los próximos meses y trimestres", destaca Ramsden.
La interconexión entre las entidades bancarias y el mercado inmobiliario quedó más que claro con el estallido de la gran crisis de 2008, y la caída de las entidades estadounidenses, a lo que se suma la preocupación por el estado de grandes firmas europeas como Credit Suisse o Deutsche Bank, ha hecho que vuelvan a aparecer viejos fantasmas. Sin embargo, los analistas de Goldman Sachs observan diferencias entre ambos periodos.
Ramsden apunta que el rápido cambio en los depósitos bancarios también ilustra cómo la tecnología ha cambiado el sector bancario desde la crisis financiera de 2008, ya que Silicon Valley Bank y First Republic perdieron cada uno alrededor del 30 al 40% de sus depósitos en un "corto período de tiempo".
"Hoy se puede mover efectivo sin problemas y casi instantáneamente entre instituciones, y realmente no hay mucha fricción. Las preocupaciones sobre algunos de estos bancos se están amplificando de maneras que no habíamos visto en el pasado, a través de las redes sociales, y eso obviamente está dando como resultado estas fugas de depósitos mucho más pronunciadas de lo que vimos incluso en la crisis financiera mundial de 2008", asegura.
Por su parte, Chris Hallam, otro de los analistas de la firma, señala que "debido a que el punto de partida en términos de capital y liquidez es tan fuerte, realmente no esperamos ver un ajuste brusco y repentino en el comportamiento bancario como se observó en la crisis financiera mundial o la crisis soberana de la zona del euro".
Además, Hallam observa particularidades en alguna de las entidades más dañadas que pueden hacer pensar que no se producirá un efecto contagio mayor, como Credit Suisse, que, a diferencia de la mayoría de los bancos de Europa, estaba bajo una presión sostenida en los mercados financieros por preocupaciones de capital y liquidez.
En EEUU, la entidad que atrajo la mayor parte de las miradas en las últimas semanas es First Republic Bank, a pesar de la inyección de 30.000 millones de dólares efectuada por otros once bancos estadounidenses, que pareció aplacar momentáneamente el pesimismo que se había adueñado de los mercados. Ramsden asegura que este movimiento permite a la firma "comprar tiempo" mientras explora otras opciones para mejorar su situación.
"Creo que mejoró significativamente la posición de liquidez del banco para cumplir con las salidas de depósitos", destaca el analista, y agrega que la inyección de capital "debería ayudar a estabilizar la situación sin necesidad de recurrir al Gobierno".
Sin embargo, este movimiento no ha sido suficiente para terminar con las especulaciones sobre la entidad, y las últimas informaciones apuntan a la posibilidad de un segundo rescate, y es que First Republic presenta algún rasgo distintivo que lo diferencia del resto de entidades del país.
"Creo que el problema con First Republic es que es un banco que en promedio se dirige a clientes con una posición alta, por lo que tiene mayores depósitos y un porcentaje más grande de depósitos que no están garantizados por el Gobierno en comparación con la media de bancos", concluye Ramsden.