El Brent rozó la semana pasada los 140 dólares y el WTI superó los 130
El petróleo está cayendo este lunes un 6%, lo que lleva al barril Brent a situarse en 105,06 dólares y al West Texas a cotizar en niveles de 101,31 dólares. El crudo sigue corrigiendo tras marcar a principios de la semana pasada máximos desde 2008, con el Brent rozando los 140 dólares y el WTI por encima de los 130 dólares, tras el anuncio de la prohibición a las importaciones de crudo rusas por parte de Estados Unidos y Reino Unido.
Algunos analistas ya anticipaban la semana pasada que el tensionamiento de los precios iría seguido de caídas en los mismos que no tardarían en verse. De momento, lo que sigue dominando es la volatilidad y los movimientos bruscos en el marco de una guerra que no cesa y de la próxima decisión de la Reserva Federal, que se conocerá este miércoles.
"El sentimiento de riesgo que está elevando el apetito por la renta variable europea también está reduciendo al hambre de los operadores por el petróleo, ya que la tendencia a la baja parece que va a continuar tras el repunte de la semana pasada", indica Victoria Scholar, jefa de inversión de Interactive Investor.
"Existe una sensación de optimismo ante la posibilidad de que las negociaciones entre Rusia y Ucrania se encaminen hacia el progreso, lo que aliviaría algunas de las preocupaciones de suministro en el mercado. Además, el giro hacia el endurecimiento monetario de la Fed podría aliviar la demanda, ayudando a restablecer algo más de equilibrio en el mercado", añade.
Ipek Ozkardeskaya, analista senior de Swissquote, añade por su parte que es posible que se vea una nueva relajación de los precios del crudo, y recomienda vigilar la zona de los 95-100 dólares para el West Texas.
Aun así, sigue creyendo que los riesgos continúan inclinándose al alza en medio de las sanciones al petróleo ruso, la limitación de la oferta de los países de la OPEP o las noticias que apuntan que las negociaciones para un acuerdo nuclear con Irán se han suspendido debido a "factores externos", como tuiteó el jefe de política exterior de la UE, Josep Borell.