El gas se convierte en el segundo frente en la guerra de Rusia en Ucrania

Los precios del gas natural se han disparado un 700% desde el año pasado

Álvaro Estévez
Bolsamania | 07 jul, 2022 06:00 - Actualizado: 10:15
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GazpromSharecast graphic / Josh White

Próximamente se cumplirán cinco meses desde el comienzo de la invasión de Rusia en Ucrania, un conflicto que se está luchando en dos frentes: el bélico y el económico. En este segundo, los países aliados de Ucrania han utilizado todas sus armas para tratar de doblegar el poder económico de Moscú, imponiendo extensos paquetes de sanciones contra dirigentes y empresas rusas. Sin embargo, el Kremlin ha tomado diferentes decisiones, especialmente en materia energética, que le están llevando a asfixiar a estos países a través de una inflación descontrolada, unos precios de la energía que parecen no tocar techo y el aumento del temor a una recesión global en la que el gas se encuentra en el centro de todo.

Según datos de ‘Bloomberg’, los precios del gas natural se han disparado un 700% desde el año pasado, impulsados por diversos factores que han sido acentuados por las consecuencias derivadas de la guerra. Sin embargo, el primer golpe lo dio Occidente, anunciando planes para cortar los lazos energéticos con el que es uno de los mayores exportadores de hidrocarburos del planeta, como el caso del plan REPowerEU de la Unión Europea: una hoja de ruta para dejar de depender de los combustibles fósiles procedentes de Rusia, marcándose un objetivo de reducir en dos tercios las importaciones de gas ruso a finales de 2022.

Asimismo, Alemania bloqueó la certificación del gasoducto Nord Stream 2, diseñado para llevar gas desde Rusia hasta el país teutón, como respuesta a la iniciativa de Putin de reconocer a los territorios separatistas prorrusos de Ucrania. “La situación ha cambiado”, explicó entonces el canciller alemán Olaf Scholz, al tiempo que denunciaba una “ruptura” de los acuerdos internacionales por parte de Rusia y se mostraba “confiado de que tendremos éxito”.

Lo cierto es que, cinco meses después, la situación en Alemania dista mucho de ser la deseada. En las últimas semanas, Rusia ha ido reduciendo progresivamente el volumen de gas que fluye hacia Europa y las gasistas germanas, uno de los países más dependientes energéticamente de Rusia, han sufrido las consecuencias. El caso más paradigmático es el de Uniper, el mayor importador teutón de gas ruso, que negocia un rescate de más de 9.000 millones de euros con el Ejecutivo de Scholz y que estaría perdiendo más de 20 millones al día por el déficit de gas ruso, de acuerdo con los datos que maneja el banco de inversión estadounidense JP Morgan.

Si bien el caso de Uniper es el más notorio, el resto de las compañías no se encuentran en una posición mucho mejor. Ello ha llevado al gobierno federal a preparar una ley que le habilite para rescatar a las diferentes energéticas teutonas, además de permitir a dichas empresas repercutir el aumento de los precios en sus clientes. El ministro de Asuntos Económicos y vicecanciller germano, Robert Habeck, ha advertido que el “mercado está en peligro de colapsar en algún momento” y de que el sistema energético sufrirá su propio “efecto Lehman Brothers”. “Estamos en una guerra gasística, aunque no lo noten todavía”.

Por si fuera poco, Alemania se prepara para una gran “prueba de fuego” que tendrá lugar en las próximas semanas. Gazprom, mayor gasista rusa y cuyo mayor accionista es la propia Federación de Rusia, ha anunciado que el gasoducto Nord Stream sufrirá un parón de diez días entre el 11 y el 21 de julio por razones de mantenimiento. Berlín teme que, pese a las promesas de Rusia, el suministro no se restituya. “No podemos descartar la posibilidad de que el gas deje de ser enviado a Europa por razones políticas”, ha señalado Klaus Mueller, presidente del Bundesnetzagentur, el regulador energético alemán.

EL ALMACENAMIENTO, CLAVE

Con el objetivo de garantizar la seguridad energética de los Veintisiete, la UE ha impuesto una reserva mínima de gas del 80% de la capacidad de almacenaje de cada país de la Unión para el próximo otoño y un umbral del 90% para las siguientes temporadas de invierno.

Según los datos de Gas Infrastructure Europe, a través de Aggregated Gas Storage Inventory (AGSI), en estos momentos la capacidad comunitaria está al 60%, con solo Dinamarca (80,48%), Polonia (97,47%) y Portugal (100%) por encima de los niveles recomendados; por su parte, el almacenamiento de España se encuentra en el 72,52%, mientras que Francia y Alemania no alcanzan el 65% e Italia supera por poco el 60%.

Si Alemania puede seguir llenando los tanques de gas a la misma velocidad media que en los últimos días, explican los expertos de Deutsche Bank, los niveles de almacenamiento alcanzarán el objetivo del 90% en los próximos 100 días. Sin embargo, si los volúmenes de gas ruso siguen cayendo, será mucho más difícil llenar las instalaciones de almacenamiento antes de que llegue el otoño y, con él, la época de encender la calefacción en el país centroeuropeo; también aumentaría el riesgo, claro está, de que las reservas de gas se agoten más rápidamente durante los meses de invierno en caso de que Rusia continúe en esta línea.

El banco germano cree que es posible que Alemania consiga alcanzar el 90% en los próximos 100 días… siempre que no se produzcan los temidos cortes de suministro. Por su parte, Francia se prepara para un escenario sin gas ruso y está ultimando su ley de “poder adquisitivo”, un texto que contará con un apartado de “soberanía energética” que otorgará al país galo el poder de explotar sus infraestructuras gasísticas y en el que hay diversas disposiciones relativas al suministro de gas y electricidad. Con todo, el país presidido por Macron solo importa el 17% de sus necesidades gasistas de Gazprom, mientras que el volumen importado por Alemania asciende hasta casi el 40% e Italia recurre a la gasista rusa para casi un tercio de sus necesidades.

En cuanto al país transalpino, los expertos de Pantheon Macroeconomics creen que las perspectivas son poco halagüeñas debido a esta dependencia. "La economía de Italia entrará en recesión en el segundo semestre, a pesar de una inflación relativamente más baja (que la de España)", señalan. Según sus proyecciones, el PIB de Italia subirá un 0,4% en el segundo trimestre, pero "se contraerá" durante el tercer y cuarto trimestre y hablan de que hay riesgo de racionamiento de gas entre el sector industrial italiano.

Por el contrario, estos analistas creen que la economía de España crecerá más que el resto gracias a “su sector turístico de tamaño desproporcionado” y han elevado su previsión de crecimiento del PIB desde el 4,5% al 4,7%. Junto a Portugal, España consiguió acordar con la Unión Europea un sistema para topar los precios del gas, una medida que entró en vigor el pasado 15 de junio y que, pese a las críticas recibidas, el Gobierno defiende que ha permitido bajar los precios del mercado eléctrico un 15%. “El primer recibo que llegará a nuestras casas desde el incremento de la rebaja fiscal y desde la creación del tope del gas será en julio”, ha señalado la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, quien ha añadido que la bajada de la factura se situará en torno al 30% si se suma la reducción del 80% de la fiscalidad y de los costes fijos.

AUMENTA EL RIESGO DE RECESIÓN EN LA EUROZONA

En este contexto, los riesgos de recesión son cada vez más reales y la Eurozona no podría escapar de ellos. Fitch Ratings, por ejemplo, ha recortado en los últimos días su previsión de crecimiento para el PIB mundial en un 0,6%, una rebaja que también aplica a los países que han adoptado el euro, los cuales calcula que crecerán un 2,6% desde el 3% calculado anteriormente. Además, la firma neoyorquina estima que la inflación terminará el año en el 5,3%, un nivel muy alejado del 2% objetivo… pero también de la cifra récord de junio.

“El impacto en la inflación de la Eurozona ha sido más rápido de lo previsto, ya que los componentes de los alimentos y la energía se han disparado recientemente y, en conjunto, han representado más del 60% de la inflación general del IPC en los últimos meses”, explican desde Fitch.

Una estimación a la que se suman los expertos de ‘Bloomberg’, quienes creen que la exposición europea a los precios de la energía provocará que entre en recesión antes que la de los EEUU. “Dado que un cierto alivio de las restricciones de la oferta y un cierto descenso de los precios de la energía a lo largo de 2023 pueden suponer una mayor diferencia para la Eurozona, la recesión puede terminar a mediados de 2023", agregan.

Por otra parte, los analistas de Oxford Economics ven "muy probable" un racionamiento de gas este invierno en las economías europeas más dependientes de Rusia. "Nuestro modelo concluye que la reducción de la demanda final de gas en el cuarto trimestre en un 10% mediante el racionamiento, con los gobiernos protegiendo a los hogares, supondría graves contracciones en la industria y una pérdida directa del valor añadido bruto anual del 1,5% al 4%", apuntan y añaden que, de producirse esta situación, la inflación en la Eurozona alcanzaría un pico más alto. "No esperamos una respuesta fiscal común al estilo de una pandemia a nivel de la UE. Sin embargo, es probable que la crisis reabra el debate sobre los mercados energéticos europeos, con un mayor énfasis en la seguridad del suministro y la intervención estatal para suavizar los ciclos, por ejemplo en forma de topes de precios", sentencian.

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