Los problemas relacionados con la energía y el crecimiento pesan sobre la moneda única
El euro se hunde a su nivel más bajo en dos décadas frente al dólar este martes a medida que la divisa única se ve presionada por los problemas energéticos en Europa y por el riesgo creciente de recesión.
El euro se cambia a 0,994 dólares (-0,03%). Los precios del gas de referencia en la Unión Europea se han disparado un 13% durante la noche tras interrumpirse el suministro de un sistema de oleoductos clave que transporta petróleo desde Kazajistán a través de Rusia hasta Europa. Esto se produce después de que Rusia haya dicho que interrumpirá el suministro de gas a Europa tres días a finales de mes debido a una orden de mantenimiento no programada en su principal gasoducto Nord Stream 1. Este cierre vuelve a suscitar la preocupación de que esto pueda ocurrir de forma más regular a medida que el tiempo se vuelve más frío.
Frente a los factores que presionan al euro, están los que animan al dólar. El mercado descuenta que Jerome Powell, presidente de la Fed, reafirmará su postura 'hawkish' (dura) en el Simposio Económico de Jackson Hole de esta semana e insistirá en la idea de que el banco central estadounidense seguirá subiendo tipos hasta que logre contener la inflación. Esta posibilidad, que contrasta con las expectativas de que la Fed empiece a bajar tipos tan pronto como el año que viene, mantiene al dólar firme.
Asimismo, los futuros están descontando otra vez, con una probabilidad superior al 50%, que la Fed opte por subir sus tipos en 75 puntos básicos en septiembre cuando hace una semana esta probabilidad no alcanzaba el 40%.
"El euro/dólar podría hundirse más por debajo de la paridad, pero hasta dónde podría llegar dependerá sobre todo de cuánto pueda subir el dólar a partir de aquí", afirma Ipek Ozkardeskaya, analista senior de Swissquote Bank.
Según este experto, cada vez es más probable que veamos al índice del dólar alcanzar la marca de 110, pero la pregunta del millón es si podría extender las ganancias de manera significativa por encima de ese nivel.
"Si lo hiciera, todos tendríamos problemas. No sólo que las expectativas de los bancos centrales no están a la altura de las expectativas de la Fed, sino que la fortaleza del dólar se sumará a las presiones inflacionistas en otras partes del mundo, dejando a otros países en una espiral de inflación acelerada debido al aumento de los precios de las importaciones, y con políticas monetarias restrictivas que ni siquiera ayudan a acertar con las valoraciones de sus divisas", advierte Ozkardeskaya.