El West Texas se desploma más de un 7% y el Brent, más de un 5%
Las caídas en el crudo parecen no tener fin. Con Arabia Saudí dispuesta a recortar la producción, con Donald Trump intentando convencerla para que no lo haga y con todas las dudas sobre la fortaleza de la oferta y la debilidad de la demanda sobre la mesa, el petróleo no levanta cabeza.
La referencia Brent ha marcado esta jornada nuevos mínimos anuales, por debajo de los 60 dólares. A estas horas cede un 5,4%, mientras que el West Texas se deja un 7,7% (50,39 dólares).
En medio de las caídas, la volatilidad de los precios del Bent y el West Texas ha aumentado en noviembre hasta acercarse a niveles no vistos desde la caída del mercado de 2014-2016 y, antes de eso, la crisis financiera de 2008-2009.
Cabe destacar a estas horas las divergencias entre el crudo estadounidense y el Brent, que se producen a medida que la creciente oferta norteamericana está obstruyendo el sistema y deprimiendo los precios, mientras que los mercados mundiales están algo más ajustados, en parte debido a la reducción de las exportaciones de Irán debido a las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos.
En general, sin embargo, la oferta mundial de petróleo ha aumentado este año, con los tres principales productores -Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudita- bombeando más de un tercio del consumo mundial, que se sitúa en torno a los 100 millones de barriles por día (bpd).
La alta producción se produce a medida que las perspectivas de la demanda se debilitan debido a la desaceleración de la economía mundial.
Los precios del petróleo han caído alrededor de un 30% desde sus últimos picos a principios de octubre, ya que la producción mundial comenzó a superar el consumo en el cuarto trimestre de este año, poniendo fin a un periodo de escasez de oferta que comenzó en el primer trimestre de 2017, según los datos de Refinitiv Eikon.