Los diferentes cristales con los que miramos los datos económicos nos pueden dar algunas sorpresas
El PIB, es decir el conjunto de bienes y servicios que produce una economía, es la vara de medir más usada cuando hablamos del crecimiento de un país. Pero si nos guiamos por otros criterios descubriremos aspectos muy interesantes sobre qué países son más eficientes y por qué.
Andrew Smithers, economista del diario Financial Times ha hecho un ejercicio de comparación de las cinco economías más desarrolladas del planeta durante los últimos 15 años (Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania y Reino Unido).
Japón nos puede sorprender si tomamos los datos de su población activa
Fue un ministro de economía chino, quién aseguró que había mirar muchas más cosas en un país para saber si la economía era eficiente o no, de hecho, declaró que se fijaba más en la tasa de desempleo que en cualquier otro factor. Con la misma filosofía, Smithers ha descubierto algunos aspectos curiosos, añadiendo la distribución del PIB y la demografía como factores clave.
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En cuanto al tamaño del PIB parece indiscutible que el líder es Estados Unidos pero si añadimos más criterios no resulta el más eficiente: “si la vara que mide es el PIB entonces Estados Unidos encabeza la tabla. Si es el PIB per cápita Alemania sale primera. Pero si se usa el PIB en relación con la población económicamente activa, Japón es el que mejor ha andado”.
Así pues, los alemanes quedarían por delante del resto de países si tenemos en cuenta el tamaño de su población, pero... ¿y si ahora pensamos en la población económicamente activa? Nos encontramos, con que, a pesar de la extendida idea de que los nipones sufren una economía estancada, la realidad es que con menos personas activas producen más. En Japón, la pirámide población está marcada por la escasez de nacimiento y una amplia población jubilada.
Y ahora, tomemos la productividad. Considerando que el año pasado Francia creció sólo un 0,3% y Reino Unido un 3%, muchos asegurarían que el modelo británico es superior. Sin embargo, la productividad francesa es más alta “"Entendida como el valor añadido por trabajador por hora, la productividad francesa es superior a la británica e incluso mayor que la estadounidense. Con menos horas de trabajo por año que los estadounidenses y muchas más vacaciones los franceses resultan más productivos.
"Las diferencias demográficas son esenciales para juzgar si una economía funciona bien"
Pero, si acudimos al empleo, Gran Bretaña supera a Francia, ya que su tasa de desempleo es menor, por lo que se podría decir que su economía incluye a más trabajadores en la producción total.
Para Smithers:“un grave error en los análisis económicos es que generalizan sin tomar en cuenta las peculiaridades de cada país. Las fuertes diferencias demográficas de los países son fundamentales para entender qué pasa con sus economías. La productividad y el empleo son otros dos factores esenciales para juzgar si una economía funciona bien".
Así, que, a la hora de medir y comparar, tenemos ya varios argumentos para no sujetarnos solamente a la cifra del PIB.
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