No ha cuantificado el programa de compras ABS ni ha dado pistas sobre más medidas no convencionales
Se daba por hecho que el Banco Central Europeo (BCE) no iba a “mover ficha” en su reunión de este jueves, no se esperaban nuevas acciones, sin embargo, su presidente, Mario Draghi, ha decepcionado a los inversores que han optado por vender de forma casi masiva en bolsa y han llevado a la renta variable del Viejo Continente a caer un 2,30% de media.
Explica Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG, que la atención “se centraba principalmente en dos puntos”: el primero, era “la posible concreción del importe del programa de compra ABS (valores respaldados por activos) anunciado en septiembre; el consenso previo de Reuters apuntaba hacia los 200.000 millones”.
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El segundo, “más subjetivo y cualitativo, tenía que ver con la valoración que Draghi hiciera de la situación económica en términos de crecimiento e inflación, y que permitiese calibrar las posibilidades de que nuevas medidas fuesen a ser anunciadas en el futuro”.
Destaca Pingarrón que esta era la “cuestión principal, pues los inversores ansían un proceso de relajación cuantitativa en la zona euro, dada la desaceleración económica de la región y la poca visibilidad que están teniendo las medidas ya tomadas”.
Sin embargo, Mario Draghi “no ha cuantificado el importe del programa de compras de ABS, y se ha limitado a lanzar un mensaje de unanimidad en la postura de tomar más medidas no convencionales si fuese necesario, careciendo este mensaje de novedad alguna”.
LA REACCIÓN DEL MERCADO HA SIDO UNÁNIME, DESATANDO UNA OLEADA DE VENTAS
Bolsas, especialmente de la periferia, bancos, euro y deuda han reaccionado de forma unánime “desatando una oleada de venta de activos”, que Pingarrón explica de la siguiente manera: “Al contrario de lo sucedido en otras ocasiones, esta vez las cotizaciones no descontaban algo que finalmente no ha ocurrido (durante toda la mañana las bolsas europeas han estado en números rojos). Más bien, dentro de la tendencia claramente bajista de las bolsas a corto plazo, se veía en la comparecencia de Draghi una de las oportunidades más claras para detener los descensos”.
Con todo, este experto reconoce que la decepción sufrida este jueves “no cierra ninguna puerta. La historia reciente del BCE contiene varios ejemplos de gran volatilidad en la percepción de sus futuros movimientos. Aunque hoy los mercados se hayan sentido decepcionados con Draghi, las posibilidades de que aumente sensiblemente la liquidez en el sistema fruto de las políticas monetarias son exactamente las mismas que había diez días atrás, cuando las bolsas tocaban máximos anuales el 19 de septiembre”.
Así, concluye: “El compromiso del BCE es llevar su balance a los niveles del año 2012, lo que supone que tendrá que ampliarlo en más de 600.000 millones de euros. Pero las caídas se aceleran, y una gran oportunidad para revertirlas se ha perdido”.
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