En algún momento las duras reformas estructurales y la austeridad pueden tener un coste social y político demasiado alto
La situación de Grecia es de alarma. Algunos analistas ya piensan en el Grexit, la hipótesis de la salida del país heleno de la zona euro. Éste sería el escenario más probable para Anna Stupnytska, Fidelity, pero no a corto plazo, sino en el plazo de tres a cinco años.
Este viernes los ministros de finanzas de la eurozona se reúnen en Riga para discutir las ayudas a Grecia. El país está contra las cuerdas en el tira y afloja que mantiene con sus acreedores. La última medida de Tsipras ha sido obligar a las corporaciones locales a transferir liquidez al Banco Central para así poder pagar este mes pensiones y salarios del sector público. La posibilidad de un Grexit, contra la que tanto se ha trabajado en los últimos años, cobra cada vez más probabilidades. Tanto es así que, como curiosidad, conviene recordar que la casa de apuestas William Hill no acepta más apuestas para esta opción.
Sin embargo, este escenario es improbable a corto plazo, según Anna Stupnytska, economista global de Fidelity. “Pienso que la probabilidad del Grexit se ha incrementado en las últimas semanas. No creo que ocurra este año pero sí que posiblemente ocurra entre los próximos 3 a 5 años, pues en algún momento las duras reformas estructurales y la austeridad pueden tener un coste social y político demasiado alto”, resume.
No creo que el Grexit ocurra este año pero sí que posiblemente ocurra entre los próximos 3 a 5 años
Stupnytska explica que para lograr un ajuste competitivo importante en la economía griega, podría resultar más fácil hacerlo mediante una depreciación de la divisa. “Esto es lo que probablemente ocurra en los próximos años”. Actualmente, “hay mucha voluntad política para mantener dentro a Grecia, sobre todo por parte de Alemania”. No obstante, a la vez, “el muro de contención griego ha sido creado en los últimos años, motivo por el cual los mercados no están reaccionando realmente a las continuas tensiones. Pienso que las instituciones tienen un gran poder de negociación y no serán las primeros en parpadear… será el gobierno griego quien lo haga”, añade.
Lo que pase ahora y en los próximos años dependerá mucho de las decisiones políticas de Grecia y de los países clave en la zona euro, por lo que la economista global de Fidelity cita las elecciones en Francia en 2017 y después en Alemania. “Ya hemos visto el alza en la popularidad de los partidos extremistas y euroescépticos, y si éstos alcanzan el poder en algún momento, no creo que Grecia pueda aguantar en el euro mucho tiempo”.
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CONTAGIO DEL GREXIT
“Una salida de Grecia sería relativamente contagiosa, pero no tan mala como habría sido por ejemplo en 2012, cuando ocurrió la última gran crisis”, señala Anna Stupnytska. En este sentido, la política de estímulo monetario (la QE del euro) del Banco Central Europeo (BCE) juega un papel importante. “Los mercados recibirán un golpe y habrá algunas interrupciones pero, en última instancia, será mucho más costoso para Grecia que para el resto. Para los países periféricos, el dolor de Grecia ayudará a diluir el riesgo moral. En otras palabras, tendrán más incentivos para permanecer dentro. A largo plazo, y pese al shock inicial, creo que todo esto puede ser bueno para el crecimiento económico de Grecia y la eurozona. Pero esa no es una historia para este año”, concluye la economista global de Fidelity.
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