Lufthansa admite que el copiloto informó de sus episodios depresivos en 2009
Un nuevo giro a la investigación. Andreas Lubitz, el copiloto del avión de Germanwings siniestrado en Los Alpes franceses y a quien se responsabiliza de haberlo estrellado voluntariamente, había informado a su compañía aérea, Lufthansa, de que había sufrido un episodio depresivo grave en 2009, según ha confirmado la propia línea aérea.
Lufthansa admite que el copiloto informó de sus episodios depresivos en 2009, tras reconocer que tuvo conocimiento de la situación mientras el copiloto se formaba en su escuela, según recogen distintos medios.
Lufthansa admite que el copiloto informó de sus episodios depresivos en 2009, es decir, tuvo conocimiento de la situación mientras el copiloto se formaba en su escuela
Un día antes, la Fiscalía de Alemania informaba de que el copiloto del avión de Germanwings, recibió tratamiento en el pasado por tendencias suicidas. Los investigadores alemanes comunicaban que Lubitz, de 28 años, recibió psicoterapia por haber sufrido tendencias suicidas en el pasado. Sin embargo, los agentes no encontraron ninguna nota de suicidio o de despedida al registrar sus dos viviendas, la de la localidad de Montabaur y la de la ciudad de Düsseldorf. Lo que sí encontraron fueron varias bajas médicas hechas pedazos y documentos que reflejaban que estaba tomando antipsicóticos y antidepresivos para sus problemas psicológicos.
Hay que destacar que, según estas informaciones, Lubitz asistió a estas terapias antes de obtener su licencia de vuelo. Después, siguió acudiendo a especialistas que no constataron ningún tipo de tendencia suicida o agresiva. Además, la Fiscalía ha añadido que la información recopilada sugiere que Lubitz no sufría ningún tipo de enfermedad física. No obstante, conforme avanzan las investigaciones se conocen nuevos detalles sobre la condición mental y los problemas de salud que padecía Lubitz. Entre ellos por ejemplo se apunta a un problema grave de visión lo que sería también parte de su problema de depresión ya que podía suponer una amenaza a su carrera de piloto. "Andreas Lubitz, se encontraba en tratamiento por un desprendimiento de retina, lo que podría haber significado un grave problema e incluso el final de su carrera como piloto", informaba Bild.
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¿EL ÚNICO RESPONSABLE?
Lo cierto es que hasta el momento todos los datos acerca de la investigación del siniestro del vuelo GWI9525 en los Alpes franceses, a bordo del cual viajaban 150 personas, apuntan al copiloto alemán como el único culpable, mientras las autoridades alemanas y galas tratan de desentrañar las causas que habrían llevado al copiloto a estrellar la aeronave de manera voluntaria.
Los investigadores alemanes comunicaron que Lubitz, de 28 años, recibió psicoterapia por haber sufrido tendencias suicidas en el pasado.
El audio de la Caja Negra -no se ha encontrado la segunda Caja todavía- revela los detalles de lo que ocurrió minutos antes de que se estrellara el avión y que confirman que Lubitz era consciente de lo que estaba haciendo, es más hay quienes apuntan a que Lubitz podía haber planeado cuidadosamente su decisión de dejar al piloto aislado fuera de la cabina y estrellar la aeronave". Filtraciones de este audio ponen de manifiesto que Lubitz insistió instó varias veces a Sondheimer a que abandonara la cabina, para dejarlo solo a los mandos del avión.
Tras comprobar el protocolo de aterrizaje, Lubitz indica al capitán Patrick Sondheimer que ya puede abandonar la cabina para ir al lavabo. "Ya puedes salir", le dice. En ese momento, cuando el comandante sale de la cabina, Lubitz activa el botón de aterrizaje. Sondemheimer no podía haber imaginado que la persona a la que dejaba al mando activaría también el mecanismo de seguridad de la puerta de la cabina e impidiera que ningún miembro de la tripulación accediera a ella. "Abre la maldita puerta". Estas fueron las últimas palabras que gritó el piloto del vuelo de Germanwings siniestrado antes de que el avión se estrellara. Palabras que reflejan la angustia por no poder acceder a la cabina.
En las grabaciones se escucha al comandante golpear insistentemente la puerta bloqueada mientras pedía a gritos al copiloto que la abriera: por el amor de Dios, ¡abre la puerta! ¡Abre la maldita puerta!", gritó el capitán durante los últimos instantes del vuelo, según revelan las grabaciones a las que la Fiscalía francesa y que revelan los once minutos desde que el capitán salió de la cabina hasta que el avión se estrella.
Antes del triste final, la grabación muestra unos segundos de la respiración silenciosa del copiloto mientras se dirige hacia Los Alpes. En los últimos momentos, el avión comienza a rozar una de las alas con las montañas. Entonces, los pasajeros se dan cuenta de lo que ocurre y comienzan a gritar desesperadamente antes del impacto final.
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