Rusia desata la guerra energética y lastra la moneda europea
El euro amplía su tremenda racha perdedora este jueves, con nuevos mínimos de cinco años en su cambio contra el dólar y claros riesgos a la baja, que abren las puertas a una prolongación de su declive. La noticia de que Rusia ha entrado de lleno en la esfera de la guerra energética al cortar el suministro de gas a Polonia, a través del gasoducto de Yamal ha contribuido a la depreciación de la moneda comunitaria, que encadena cinco sesiones a la baja. Y ni siquiera la insinuación de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) de que los tipos podrían subir en verano ha animado al cotización. Se deja más de un 3% desde el 21 de abril, cuando tocó 1,0940 dólares, y casi un 7% en lo que va de año.
El euro/dólar ha tocado un mínimo desde el 3 de marzo de 2017 en 1,0584 dólares, este 28 de abril, y su panorama técnico apunta a que se dirige a los mínimos de 2017 en 1,0340 dólares, según Michael Hewson, analista de CMC Markets. "La zona de 1,0750 dólares se convierte ahora en resistencia junto con la zona de 1,0820 dólares", indica.
Las ventas en la moneda comunitaria se han disparado pese a que varios miembros del Consejo de Gobierno del BCE abrieron las puertas a una subida de tipos en julio, ante lo que Lagarde ha ido matizando su postura y dejando entrever que es una opción. La divergencia en materia de política monetaria con la Reserva Federal de EEUU (Fed) es manifiesta ya que el banco central dirigido por Jerome Powell se plantea incrementos de tasas del 0,5% en sus próximas reuniones.
“El reciente cambio de orientación política del BCE no ha logrado impulsar el euro frente al dólar, ya que el BCE es relativamente menos agresivo, y se espera que la política monetaria del Banco Central Europeo se endurezca a un ritmo inferior al de la Fed. Otro de los factores que juega en contra del euro es el mayor riesgo de estanflación en la eurozona frente a EEUU como resultado de la guerra en Ucrania”, valora el equipo de análisis de Ebury.
Por su parte, Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro, señala que "el euro no es el único que se está debilitando frente a la aplastante cotización del dólar, y ha resistido mejor que el yen japonés y la libra esterlina". "Un euro más débil encarece los productos importados, lo que aumenta las presiones inflacionistas del 7% en la zona euro, y dificulta aún más la labor del BCE a la hora de gestionar la presión de los precios y el crecimiento", apunta.
Este mar de fondo mantiene a la divisa de la eurozona tremendamente presionada. Además, la decisión de Rusia de cortar el grifo del gas a sus países vecinos y cómo reaccionará la Unión Europea (UE) aumentan el panorama bajista del euro en su cruce contra el dólar.
La decisión se debe a la negativa de Polonia a pagar en rublos rusos y al anuncio del país el martes de imponer sanciones a 50 entidades rusas. Un portavoz del presidente Ucraniano Volodímir Zelenski ha declarado que Rusia ha iniciado "el chantaje del gas a Europa". Las autoridades polacas han dado una rueda de prensa para tranquilizar a los hogares y afirmar que Polonia está bien abastecida y que no habrá interrupciones con amplias importaciones de gas natural para compensar el corte de gas de Rusia.
Sin embargo, "Polonia está expuesta", declaran los expertos de MUFG. Rusia suministra alrededor del 55% de la demanda anual de Polonia, que es de 21.000 millones de metros cúbicos de gas. "Bulgaria es aún más dependiente, ya que el 90% de sus necesidades de gas proceden de Rusia. Gazprom acaba de confirmar que tanto Polonia como Bulgaria no pagaron su gas de abril en rublos rusos, por lo que se ha cortado el suministro. Los flujos se detendrán hasta que se efectúe el pago", explican los expertos.
"Lo más importante ahora es, por supuesto, qué significa esto para el resto de Europa, incluida Alemania", señalan los analistas de la entidad nipona. MUFG estima que "un mayor corte de de suministro podría hacer que los precios del gas se duplicaran con respecto al cierre de ayer, situándose en torno a los 200 euros MWh".
"Un corte más pronunciado tendría un impacto negativo significativo en el sentimiento y tendría consecuencias negativas para el euro", agregan. El soporte de la línea de tendencia a largo plazo de los mínimos de 2000 y 2001 y de 2020 también se ha superado, y el contexto técnico refuerza el contexto fundamental negativo. Hace unas semanas se hablaba de que el euro/dólar podría alcanzar y posiblemente superar la paridad y "los descensos que se están produciendo ahora por este hecho potencialmente perjudicial significa que ese escenario ya no es tan difícil", concluyen estos expertos.