Esta semana, Fátima Báñez anunció que buscará un acuerdo de Estado para reducir la jornada laboral a las 18:00 y estudiará cambiar el huso horario
Esta semana, la ministra de empleo, Fátima Báñez, propuso en el Congreso un pacto nacional para la conciliación y racionalización de los horarios. Y entre otras propuestas, anunció que buscará un acuerdo para reducir la jornada laboral hasta las 18:00 de la tarde y estudiará las posibilidades de cambiar el huso horario para asemejarlo al europeo. ¿Cómo afectan estas medidas al polémico debate sobre la conciliación laboral? ¿Y a la productividad?
El tema de los horarios laborales en España puede dar un giro con esta iniciativa planteada por el Gobierno, siempre que salga adelante. Hasta ahora, a diferencia de países vecinos como Alemania, Francia o Reino Unido, los españoles trabajan más horas, tienen unas pausas para comer más largas y su horario de salida se extiende a lo largo de la tarde, complicando la conciliación laboral y familiar.
Organizaciones como la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios en España (ARHOE) y otras asociaciones llevan tiempo luchando porque esta situación cambie. También, porque el país recupere y se adapte al huso horario que le corresponde por su posición geográfica, el mismo que utilizan Reino Unido y Portugal. Es decir, lo que equivaldría al retraso de una hora en los relojes.
LAS REACCIONES
José Luis Casero, presidente de ARHOE, defiende que con este tipo de medidas se consigue “ser sensatos y disfrutar de unos horarios más productivos”. A su juicio, “debe haber tiempo para trabajar, vivir y descansar”, al igual que lo hacen nuestros referentes europeos, “no solo tiempo para trabajar y mal dormir”, subraya. Y apunta: “Somos la cuarta economía en Europa y los octavos en productividad, tenemos una de las tasas de fracaso escolar más elevadas, dormimos menos que nuestros vecinos… algo estamos haciendo mal”. Por ello, sostiene que con estos cambios se pueden reajustar los modelos organizativos y sociales para lograr una mejora de los parámetros.
“Siempre que el sistema productivo lo permita, las personas dispondrán de más tiempo entre el final de la jornada laboral y la hora de irse a dormir”
Desde Adecco, su responsable de recursos humanos, Alberto Gavilán, destaca que el anuncio de Báñez “es imprescindible para trabajar en medidas que den respuesta a estas necesidades de conciliación”. “Siempre que el sistema productivo lo permita, las personas dispondrán de más tiempo entre el final de la jornada laboral y la hora de irse a dormir y, además, podrán coincidir con el final de la jornada escolar”, anota.
Jesús Labrador, director del Máster de Recursos Humanos de ICADE Business School, defiende, por su parte, que la propuesta no tiene que ver con una reducción de la jornada laboral, sino de “un aprovechamiento de los horarios”. No obstante, a su juicio, estas medidas “llegan tarde”, puesto que ahora la revolución tecnológica y la necesidad de adaptarse a ella, obligan al mundo a trabajar prácticamente las 24 horas del día.
Efectivamente, estas propuestas, ya adelantadas por Mariano Rajoy en la campaña previa a las elecciones del 26 de junio, son complejas y necesitarán “el compromiso de las empresas más grandes y de las asociaciones empresariales y sindicales”. Una cuestión de voluntad política, que requerirá “la implicación de partidos, sindicatos y patronales”, tal y como subrayó la ministra de empleo este mismo lunes.
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) han acogido con reservas la propuesta de la ministra. Fuentes de la CEOE se han mostrado a favor de todo tipo de medidas que promuevan la conciliación, si bien añaden que esta cuestión se debe negociar en el ámbito de la negociación colectiva y de los interlocutores sociales. Considera que es un concepto que va más allá de los horarios de cierre, pues para muchos sectores, empresas y ramas de actividad, un horario uniforme iría en detrimento de las necesidades y afectaría a la competitividad de las empresas.
Por su parte, el presidente de ATA, Lorenzo Amor, también ha mostrado su respaldo a todas aquellas medidas que promuevan la conciliación y ha destacado que los autónomos que trabajen en el sector servicios pueden salir beneficiados "si las oficinas cierran antes". No obstante, ha precisado que aplicar esta iniciativa al sector turístico o al de servicios es "complicado". "En algunas actividades es más difícil llevarlo a cabo", ha reiterado.
UGT, prácticamente en la misma línea, considera que las medidas propuestas son una oferta "positiva y necesaria", pero "insuficiente" para la conciliación de la vida familiar y laboral. Y es que para el sindicato, hablar de un pacto de estas características sin derogar la reforma laboral en primer lugar, resulta "utópico e incoherente".
La jornada laboral sería más continua y no tan extensa, con una pausa para comer mucho más breve, pero con un horario que facilitaría la conciliación laboral y familiar
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL AJUSTE DE LOS HORARIOS
No obstante, pese a los aplausos, críticas o desacuerdos que puedan surgir en torno a las medidas que intenta impulsar el Gobierno del Partido Popular, los expertos destacan una serie de ventajas y desventajas anexas a esta propuesta de ajuste en los horarios.
Entre las principales consecuencias de reducir la jornada laboral y retrasar los relojes una hora, los españoles dejaríamos de ser los últimos europeos en salir del trabajo. De esta forma, la jornada laboral sería más continua y no tan extensa, con una pausa para comer mucho más breve, pero con un horario que facilitaría la conciliación laboral y familiar.
Los ritmos de vida se acercarían a los de nuestros vecinos europeos, “lo que facilitaría en gran medida las relaciones profesionales demasiadas veces afectadas por horarios incompatibles”, apuntan desde Adecco.
Con el retraso de la hora, “el mayor beneficio sería energético”, señala Alberto Gavilán. Asimismo, los ciudadanos se acostarían antes y, por tanto, dormirían más y mejor, los ritmos de vida de los españoles se adecuarían a los biorritmos, los que se rigen por la hora solar y no por la del reloj, lo que se traduciría en mejor calidad de vida, mayor rendimiento y productividad.
El responsable de recursos humanos de Adecco lo aclara: “Es obvio que la mayor satisfacción de los empleados repercute en una mayor productividad, una mayor fidelización del empleado, retención del talento y ayuda a tener una mejor imagen en el mercado de cara a captar a los mejores al disponer de una oferta más competitiva”.
Sin embargo, este cambio en el huso horario llevaría implícito un cambio en las costumbres españolas que no todos los ciudadanos estarían dispuestos a aceptar, como el adelanto de la hora de la cena y los programas televisivos ‘prime time’, si bien José Luis Casero de ARHOE apunta a que estas no son sino “malas costumbres que se han ido incorporando en las últimas décadas y que no siempre han sido así”.
Estas medidas no podrían aplicarse en términos generales a todos los sectores, como al de la hostelería y el comercio
Además, lógicamente, estas medidas no podrían aplicarse en términos generales a todos los sectores, puesto que “la intención de ello no es que el país se pare a las 18:00 horas”, anota Casero, y su cumplimiento dependerá de la capacidad de las empresas de adaptar su producción a esos horarios. “Es evidente que hay una gran parte del tejido empresarial en España que no podrá cumplirlo, bien por estar en sectores que tienen horarios muy amplios, como servicios u hostelería, o bien por su tamaño de PYME o microPYME, que no le permitirá hacer cambios productivos en este sentido”, reconoce Alberto Gavilán.
Queda por ver si las medidas planteadas son un tema que se podrá llevar adelante o quedarán en el tintero como una promesa sin fundamento. José Luis Casero, de ARHOE, afirma que se trata de una medida deseada y que plantearla es el primer paso. No obstante, reconoce que, como en todo proceso de negociación, encontrarán piedras en el camino, aunque sintetiza: “El derecho a la conciliación y a la igualdad no es negociable”.
Jesús Labrador, de ICADE Business School, no ve más allá la propuesta, precisamente porque cree que este tipo de medidas llegan tarde, en un contexto donde la tecnología, la inmediatez o la conectividad obligan al mundo a estar conectado durante todo el día.
Finalmente, Alberto Gavilán, de Adecco, concluye que si finalmente se implantaran, la conciliación mejoraría enormemente y la satisfacción sería plena para todos los afectados. “Sobre todo si esa salida a las 18:00 viene acompañada de otras medidas de flexibilidad”, concluye.