Sánchez espera seguir negociando con ERC tras la crisis, como si no hubiera pasado nada

Parte de ERC reniega del PSOE mientras Aragonés quiere mantener el diálogo

Noemí Jansana
Bolsamania | 21 may, 2020 08:16 - Actualizado: 09:04
ep el presidente del gobierno pedro sanchez durante la sesion de control al ejecutivo en el congreso
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante la sesión de control al ejecutivo en el Congreso en Madrid este miércoles, en Madrid (España), a 13 de mayo de 2020.Pool

Las costuras del pacto de investidura de Pedro Sánchez han quedado aparentemente desbordadas después de la quinta prórroga del estado de alarma. La brecha que se abrió entre el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos y ERC a causa del pacto con Ciudadanos para la cuarta ampliación de los plenos poderes del Ejecutivo, lejos de salvarse, toma tintes de cisma, tras la renovación de los votos entre Sánchez e Inés Arrimadas para la quinta y última extensión. Pero los socialistas han enviado señales de tener la intención de hacer como si nada hubiera pasado y reanudar las conversaciones con los independentistas justo donde las dejaron antes del coronavirus.

“La mesa de diálogo con el Govern de la Generalitat seguirá después de la pandemia”, señalan fuentes socialistas. De hecho, el mismo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha puesto en valor el canal que han mantenido abierto los mismos equipos que propiciaron la investidura, liderados por la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y por el vicepresident catalán, Pere Aragonès. Este miércoles, en el Congreso, ha señalado que "han estado negociando hasta la madrugada" para recoger algunas de las propuestas de los republicanos. Y ha dejado claro que el acuerdo con Ciudadanos no paraliza la mesa de diálogo. "Hemos mantenido y mantengo los compromisos de la investidura", ha defendido en este sentido. Ha recordado que quedan cuatro años de legislatura y "valora mucho el diálogo" con ERC, que quiere "seguir practicando".

Lo cierto es que en Ferraz no contemplan otro escenario y, pese a que defienden la geometría variable en el hemiciclo y los pactos con terceros, no barajan suspender este espacio en el que se debe resolver el conflicto con Cataluña por todo lo que hay en juego. Los Presupuestos Generales del Estado son sólo una pieza de la maquinaria que republicanos y socialistas pusieron en marcha en enero, con el apoyo al Gobierno de coalición de la formación liderada por Oriol Junqueras. La misma unidad con Unidas-Podemos podría llegar a tambalearse si Sánchez dejara de lado sus socios catalanes por favorecer a Ciudadanos, ya que la formación liberal se ubica en las antípodas del vicepresidente Pablo Iglesias.

Además, la Generalitat catalana puede acabar en manos de un Gobierno de un color similar al de la Moncloa, a tenor de las encuestas que dan a Esquerra Republicana como la fuerza más votada y con capacidad para elegir a sus socios. Iglesias y Junqueras hace tiempo que diseñaron un plan para reeditar el tripartito catalán, sin el PSC en el Gobierno, pero con su beneplácito, que sacara a Junts per Catalunya de los mandos de la política catalana. El mensaje del portavoz en el Congreso de Unidas Podemos, Pablo Echenique, no da lugar a error. Ha asegurado a ERC y EH Bildu que tienen "completamente claro" que son estos dos los grupos con los que tienen que negociar para sacar adelante las medidas del programa del Gobierno de coalición, y no con Ciudadanos.

¿ERC TRAGARÁ?

Pero entre las filas republicanas, no va a ser fácil aliviar el resquemor (el de hace 15 días y el de este miércoles). Para empezar, sigue habiendo la misma pugna interna entre los partidarios de apoyar al Ejecutivo de coalición y un grupo minoritario pero influyente que nunca ha estado por la labor. Entre los primeros, Aragonès figura como un de los más destacados y ha recordado que la mesa de diálogo entre el Gobierno central y el de la Generalitat responde a un compromiso de investidura previo a la crisis por el coronavirus, por lo que defiende retomar los encuentros pese al no de ERC a la prórroga del estado de alarma. "No lo entenderíamos de ninguna otra manera”, ha enfatizado.

Pero no todo el mundo está de acuerdo, a juzgar por las palabras del portavoz de los republicanos en el Congreso, Gabriel Rufián. Pactar con Ciudadanos y salvar "su estado de alarma" puede suponer "llevarse por delante quizá de forma irremediable el espíritu de la investidura”, ha dicho. La acritud de la formación independentista deja traslucir que no van a perdonar al PSOE fácilmente. Sin embargo, fuentes conocedoras aseguran que en la postura republicana hay mucho de gesticulación y tacticismo y los aspavientos se exageran pensando en las elecciones catalanas, que con toda probabilidad se celebrarán este año.

En cualquier caso, la mesa de diálogo con Cataluña va a seguir siendo la moneda de cambio de futuros acuerdos. De manera explícita por parte de los independentistas y de forma implícita desde Ciudadanos, que dejaron un aviso para navegantes en la confusión generada este martes, cuando se vanagloriaron de haber hecho caer la negociación con ERC. El mensaje transmitido es cristalino: si Sánchez quiere seguir usándolos de muleta en el “nuevo normal”, debe abandonar a los indepentistas. Y un sector del PSOE acaricia este ‘plan B’.

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