El electorado de la formación de Pablo Iglesias no apoya pactos con los socialistas
En las últimas semanas el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha montado un gran revuelo tanto dentro como fuera de las filas socialistas. Primero pactó con el PP el pacto antiterrorista, un hecho que no ha terminado de gustar en el electorado y que parte de la militancia considera como un movimiento muy mal organizado -y peor vendido-. Pero la última polémica se produjo cuando la semana pasada el líder socialista destituyó de forma fulminante al candidato del PSOE para la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez.
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REBELIÓN EN LAS FILAS SOCIALISTAS
Esta decisión ha provocado que se rebele parte de la militancia socialista que ve en el gesto de Sánchez una actitud autoritaria. Pero, sin embargo, en las filas socialistas también hay aprobación a esta maniobra política, que podría estar buscando “tranquilidad de cara a mayo”, mes en el que se celebrarán las próximas elecciones autonómicas y municipales, según han señalado a Bolsamanía fuentes del PSOE de Madrid.
Los últimos movimientos del PSOE acarrearán un gran coste político fruto de un electorado cabreado con los grandes partidos
Esta variedad de opiniones se mueve en torno a dos variables. Una, la más positiva, es que la destitución de Tomás Gómez puede venir bien al partido gracias a que evitarían problemas por la presunta implicación del líder de los socialistas de Madrid en las irregularidades del metro de Parla. Además, esta facción sostiene que la decisión de Sánchez busca dotar a la federación de más “tranquilidad y estabilidad”.
Pero por el otro lado aparecen las voces opositoras, que son aquellas que a mediados de semana se presentaron en las puertas de la sede del PSOE de Madrid para exigir a Pedro Sánchez una rectificación y que se repusiera a Tomás Gómez en su puesto. Sin embargo, el secretario general socialista no hizo caso a estas reclamaciones e incluso fue más allá, ya que prohibió la entrada de Gómez en el edificio y ordenó que se cambiaran las cerraduras.
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COSTE POLÍTICO EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES
Estas fuentes han asegurado a Bolsamanía que los últimos movimientos del PSOE acarrearán un gran coste político fruto de un electorado cabreado con los grandes partidos, en los que se incluye el PSOE. De hecho, las últimas encuestas reflejan que este cabreo va suponer una pérdida importante de votos a las formaciones que se han turnado en el Gobierno durante las últimas décadas, lo que va a provocar que tanto PP como PSOE tengan que buscar alianzas con los partidos que avanzan a pasos agigantados hacia la primera línea política.
Y el electorado, que es consciente de esta evolución, se empieza a pronunciar sobre qué pactos de Gobierno considera más acertados. Según la última encuesta realizada por Cadena SER, los votantes del PSOE miran a la izquierda, pues casi un 60% del electorado de la formación considera acertado pactar con Podemos o Izquierda Unida, por el 9,5% que se ha mostrado a favor de aliarse con el PP en lo que se ha denominado la 'gran coalición'.
Pero Podemos no devuelve esta afinidad y su electorado mira a una izquierda que va más allá del PSOE, ya que según este sondeo, un 66% de los votantes de la formación liderada por Pablo Iglesias prefieren un pacto de Gobierno con IU u otras fuerzas de izquierda. Mientras, un 19,4% preferiría aliarse con Ciudadanos o UPyD y tan solo un 8,7% vería con buenos ojos formar Gobierno con los socialistas.
EL ELECTORADO 'CABREADO' DE PODEMOS
Fuentes del PSOE de Madrid han asegurado a este medio que el crecimiento de Podemos nace del “cabreo” que caracteriza a la formación de ruptura. De hecho, es la idea del cabreo la que podría estar detrás de los movimientos de Pedro Sánchez, ya que como ha sabido este medio, el PSOE ha marcado a Podemos como principal enemigo en los próximos procesos electorales de 2015. El plan de Ferraz consiste en la recuperación de la confianza y conseguir que los españoles vuelvan a creer en el proyecto socialista, para lo que es necesario “ver nuevas opciones reales en Madrid”.
Esta afirmación esconde una de las grandes incógnitas de esta última polémica, la de quién se esconde tras este movimiento político
Esta estrategia nace del convencimiento de que cuanto peor le vaya al PSOE, mejor le va a ir a Podemos, pero de que la situación no es igual cuando es Podemos la formación que pierde crédito. El PSOE es consciente de que “el electorado de Podemos es un electorado cabreado” con el partido que en la mayoría de los casos no se plantea volver a buscar refugio en la gestión socialista.
Además, estas fuentes han insistido en que la decisión de la ejecutiva federal podría basarse en este temor a que crezca todavía más la huida de votantes. Pedro Sánchez habría sopesado que la candidatura del líder madrileño no beneficiaba al partido y “tras consultar con otras personas” tomó la decisión de retirarle de la candidatura. De hecho, en esta afirmación se esconde una de las grandes incógnitas de esta última polémica, la de quién se esconde tras este movimiento político.
VIEJOS BARONES SOCIALISTAS
Varias informaciones han apuntado a que los viejos barones del PSOE siguen intercediendo en la dirección del partido. En este sentido, se ha puesto hincapié en una posible participación de Alfredo Pérez Rubalcaba, que ha ocupado importantes cargos en el Gobierno; José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno; o, incluso, hay quien se ha aventurado a vislumbrar la influencia de José Bono, otra de las grandes figuras socialistas de las últimas décadas.
Pero desde dentro del partido no se termina de creer en la posibilidad de que haya miembros de la vieja guardia moviendo los hilos de Pedro Sánchez, aunque, como han asegurado, estas teorías existen y por los pasillos de Ferraz y de las sedes de las distintas federaciones circulan numerosos rumores que apuntan en una u otra dirección.
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