La enfermedad está camino de convertirse en un nuevo riesgo político para el Viejo Continente
El coronavirus ha traspasado las fronteras de China y ha llegado de pleno a Europa. El brote en Italia ha activado las alarmas de los gobiernos, que se han dado cuenta de que la enfermedad no es solo un problema para el país asiático. Los partidos populistas europeos se empiezan a frotar las manos y ya están empezando a sacar provecho del virus para avivar sus políticas antinmigración.
Europa lucha desde hace cierto tiempo contra el auge de los partidos populistas y su retórica. Ahora, con la excusa del coronavirus, estas formaciones pueden tener una nueva baza para fomentar su discurso. Los casos emergentes en el norte de África y el Medio Oriente están empezando a dar pie para que en Europa se hable del cierre de fronteras.
"Sería muy lamentable que se usara políticamente esta situación", ha dicho la UE
Aunque desde Bruselas las instituciones europeas reconocen que esta decisión compete a cada país, piden que antes de establecer controles fronterizos se lleve a cabo un análisis de riesgo "creíble" y "adecuado", además de ser un acto proporcionado y en coordinación con otros países. "Es muy importante enfatizar que, por el momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha aconsejado imponer restricciones de viaje o al comercio", decía esta semana la comisaria de Salud, Stella Kyriakides, a la vez que recordaba que "debemos actuar como una Unión, no individualmente".
Respondía a mensajes que desde ciertas formaciones políticas ya se habían comenzado a lanzar en este sentido. En Italia, el ex ministro del Interior y líder de La Liga, Matteo Salvini, ha intentado politizar el brote de coronavirus en el país, atacando al Gobierno por no defender las fronteras. "Permitir que los migrantes aterricen desde África, donde se ha confirmado la presencia del virus, es irresponsable", ha dicho.
La misma actitud está teniendo en Francia la presidenta de Agrupación Nacional, Marine Le Pen. "Hoy o mañana los controles fronterizos pueden ser necesarios", ha afirmado asegurando que prefiere "que se haga demasiado que demasiado poco" y, "de momento, parece que el Gobierno de Emmanuel Macron no está haciendo lo suficiente". Unas opiniones que han tenido más reacción por parte de la Unión Europea: "Sería muy lamentable que se usara políticamente esta situación. No hay motivos para cerrar fronteras".
Aunque todavía el brote no es una pandemia, los desafíos para los gobiernos están aumentando, como señalan en Bloomberg. "Existe la posibilidad de disturbios a menos que los gobiernos demuestren que están actuando para reducir el contagio". "El miedo puede moverse más rápido que la realidad, especialmente cuando se trata de un virus. Pero los gobiernos que no piensen en el futuro podrían verse presionados en una variedad de aspectos", añaden. Por ahora, la duda es que si las prohibiciones de viaje, las cuarentenas, el estrés en los sistemas de atención médica y el cierre de negocios son solo el comienzo o aún queda más por venir.
#Salvini su #COVID19italia: La sospensione di Schengen per controllare chi entra e chi esce ancora, in testa al presidente del Consiglio, non è entrata...
— Matteo Salvini (@matteosalvinimi) February 24, 2020
Les dirigeants de ces pays doivent être probablement moins intelligents que notre nouveau Ministre de la Santé ? Ou pas... MLP pic.twitter.com/ajt0792bWV
— Marine Le Pen (@MLP_officiel) February 24, 2020