El futuro de los medios pasa por una nueva industria inclusiva y competitiva, como otros sectores españoles de éxito
Pedro J. Ramírez, quien se dispone a lanzar su nuevo periódico “El Español”, se ha quejado amargamente del “sectarismo” de algunos empresarios de comunicación, que se han contagiado de los vicios políticos. Y no le falta razón: más allá de la digitalización, el futuro del sector de medios de comunicación de España pasa por generar un entorno competitivo, sin miedo a las amenazas que suponen los nuevos digitales.
El antiguo director de Diario 16 –sin el que no se entendería la transición española- y después fundador y director de El Mundo –también decisivo para comprender la realidad de las últimas décadas- se encuentra ahora con un profundo silencio en algunos medios en torno a su producto, del que no hacen siquiera mención en contraste con el eco que ha tenido en la prensa internacional, por la posible amenaza que sienten medios de los que, después de todo, será competencia de los ya instalados.
OBLIGACIÓN DE CONTROL POR PARTE DE LOS EMPRESARIOS
Falta generosidad, evidentemente, en un mundo complejo, el de la comunicación, que alardea de cierta superioridad moral pero que en ocasiones se ubica en parajes rastreros y escasamente profesionales, pero Pedro J. no debería extrañarse de ello ya que el egoísmo suele ser fruto del miedo, y hay muchos trabajadores de ese sector que saben que su precaria supervivencia podría depender de que los demás no tengan ocasión de demostrar su brillantez.
Seguramente, es ley de vida. Lo que sí que es cierto es que resulta crucial evitar en el sector de la prensa, como señala acertadísimamente Pedro J., y es el efecto contagio de los peores vicios de la clase política española a los medios de comunicación. Y la obligación de controlar ese indeseado efecto, como señala el flamante director de 'El Español' debe recaer sobre los empresarios que actualmente controlan dichos medios.
Especialmente el periodismo, por su papel crucial en la sociedad, debe ser sumamente exquisito
Indudablemente, la precariedad de nuestra vida política, que nos ha conducido o, como poco, ayudado a agudizar la crisis debe ser contenida a toda cosa para conseguir una regeneración real del sistema. Y es, en esta derivada, donde especialmente el periodismo, por su papel crucial en la sociedad, tiene que ser exquisito en evitar sus lacras: ese sectarismo y mediocridad que arrastra como un virus parte de nuestra clase política tiene que ser erradicado hasta la raíz. Solo así se podrá crear un sector abierto, competitivo, que proteja a sus periódicos, medios y profesionales a la hora de poder ejercer su labores informativas. Y todo esto es urgente debido a encontrarnos en un momento muy crítico ya que –como bien recuerda Pedro J.- las cuentas de resultados de los principales periódicos están ‘tocadas’ y necesitan un rápido reajuste para evitar caer definitivamente en manos de aquellos que quieren evitar que exista una libertad de prensa real en nuestro país.
UN SECTOR MÁS INCLUSIVO Y COMPETITIVO
Sea como sea, hay que felicitar a quien, teniéndolo ya todo como es el caso de Pedro J., sigue en la brecha e impulsa un nuevo medio de comunicación que a buen seguro aportará muchos valores a un sistema ya superpoblado en que lo sublime cohabita frecuentemente con lo ínfimo. Y ello ocurre, en gran medida, por el inconveniente trasvase entre política y periodismo. Quien no lo crea o tenga dudas, que observe el sistema mediático catalán en estos meses en que se desarrolla el proceso independentista; quedará sin duda sobrecogido por la “capacidad de adaptación” de muchos colegas/periodistas ante una crisis en que lo importante es sobrevivir. Es decir, estar, cuando termine la tormenta, en la ubicación correcta.
Pedro J. ha creado un nuevo ‘periódico’ digital y eso es positivo: solo redundará en generar mayores oportunidades
En definitiva, Pedro J. ha creado un nuevo ‘periódico’ -digital- y eso es positivo: solo redundará en generar mayores oportunidades tanto a los lectores a la hora de recibir información veraz y de calidad como a los profesionales a la hora de aspirar a nuevas oportunidades de ejercer su profesión cada día más y mejor.
España tiene que aprender que mayor competencia siempre es igual a mayor calidad y que un mercado competido es un mercado de éxito.
Además, en este contexto, a los grandes medios se les ofrece la oportunidad de revalidarse como referentes en el periodismo de calidad, imprescindible en el mantenimiento de la democracia y permite a los periodistas, en su condición de ‘vigilantes’ ante los abusos y la corrupción, no adormecerse ante los cantos de sirena de aquellos que quieren influir en la información.
Respecto a cómo quede en conjunto el mercado, ya se producirá la conocida selección 'darwninista'. Por ahora, bastantes complicaciones tienen los nuevos medios, que obligatoriamente tienen que generar valor para su audiencia y accionistas en un entorno tan hostil actualmente como es el informativo, como para además ser castigados con el silencio, el sectarismo y el maniqueísmo.
Lo que es indudable es que el sector de la industria pasa por ser un entorno de más actores, mucho más inclusivo, implacable en su condición de 'cuarto poder' con instituciones y actores y, finalmente, capaz de ofrecer calidad tangible y competencial, tal y como ya pasa con otros sectores de la economía española que sí son pujantes, están internacionalizados y han creado 'leyenda' en el resto del mundo: ahí están Santander, BBVA o Inditex, por poner algunos ejemplos.
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