Los republicanos y el PSOE superan al Supremo y la no excarcelación de Junqueras
El pacto entre ERC y el PSOE que ha colocado a Pedro Sánchez en Moncloa ya ha recibido dos torpedos que han hecho tambalearse los acuerdos. Tan sólo cuatro días han pasado desde la investidura del presidente del Gobierno y republicanos y socialistas han tenido que hacer frente a las dudas generadas por las decisiones del Tribunal Supremo de mantener al líder de 'esquerra', Oriol Junqueras, en prisión y no permitirle recoger sus credenciales de europarlamentario. Además, ambos partidos se han enredado en un cruce de declaraciones sobre el alcance del documento que desembocó en la abstención de ERC y que ninguno de los dos parece tener muy claro exactamente qué abarca.
Apenas 24 horas después de que Sánchez tomara posesión del cargo, el Gobierno salió a rebajar el acuerdo, mientras los republicanos insistían en que la gobernabilidad de España y la acuciante aprobación de unos presupuestos ni se había mencionado ni era aplicable a lo negociado. ERC se esfuerza ahora en circunscribir su asociación con el nuevo Ejecutivo PSOE-Podemos a una mesa de diálogo que si no avanza será un obstáculo insalvable para que 'esquerra' se siente a negociar el proyecto presupuestario.
Con la formación de Gobierno encabezando la larga lista de tareas pendientes de Sánchez, la elaboración de una ley presupuestaria apremia. En primer lugar, necesita sus propias cuentas para cumplir con su ambicioso programa, con una estructura de inversiones y gasto a años luz del vigente desde 2018, del anterior ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Y, además, se le acumulan los cheques que ha extendido y que debe pagar y que incluyen una larga lista de pactos económicos y fiscales para el País Vasco, Valencia, Galicia y Teruel que PNV, Compromís, BNG y Teruel Existe esperan empezar a recibir y que deben quedar reflejados en los Presupuestos Generales del Estado que se presenten al Congreso.
Los republicanos aprovecharán esta necesidad de los socialistas para seguir exprimiendo al PSOE y estos, a su vez, asumen que tendrán que ceder ante los republicanos en cuestiones tanto políticas como económicas. Pero el objetivo final de ERC, del que nunca se han escondido, es que haya un referéndum sobre la independencia de Cataluña, un tema que quieren abordar en esta mesa de diálogo que han acordado constituir en 15 días desde que se presente el Gobierno. El reloj empezará a contar la próxima semana, pero entretanto, el partido independentista ha empezado a imponer sus condiciones: reclama sin paliativos que en este instrumento de negociación se aborde la autodeterminación catalana -una línea roja para el PSOE- y algunos altos cargos del partido piden la amnistía para los presos del procés.
Y mientras estos asuntos son motivo de roce entre el bando progresista y entrañan el potencial de romper la recién estrenada sintonía, las decisiones judiciales de las dos últimas jornadas que mantienen a Junqueras apartado del Parlamento Europeo y al president de la Generalitat, Quim Torra, al borde de las suspensión, se han descartado inmediatamente como causa de un cisma. De hecho, el líder republicano ha zanjado el asunto rápidamente, exonerando al Gobierno de Sánchez de la decisión del alto tribunal de no excarcelarle para que pudiera asistir al pleno de la elurocámara y hacer efectiva su condición de diputado, alegando que "tener el gobierno no significa tener el poder".
Una advertencia que parece ir dirigida también a los socios de gobierno de los republicanos, que afrontan la inhabilitación como diputado de Torra, decisión de la Junta Electoral Central (JEC) que el Supremo ha ratificado. Con el líder del Govern en un limbo jurídico, ya que el Parlament ha decidido mantenerlo en el cargo, la primera reunión entre Sánchez y el president de la Generalitat de la nueva legislatura se tiene que celebrar esta semana próxima. Será el pistoletazo de salida del diálogo entre Estado y Cataluña, pero se proyectan dudas sobre su viabilidad, dada la situación judicial del líder autonómico. Sin este encuentro, los partidos independentistas descartan constituir la mesa entre Gobiernos "y sin mesa de diálogo no hay Legislatura", amenazan desde ERC.