El juez es conocido por ser un intérprete conservador y literal de la Constitución
“Se busca juez para la Corte Suprema de Estados Unidos que esté en contra del aborto, a favor del derecho a la posesión de armas y rechace el matrimonio homosexual”. Esta era la oferta de trabajo con la que Donald Trump y su equipo buscaban a un nuevo magistrado para unirse al organismo que lidera el poder judicial del país. Y, finalmente, Neil Gorsuch se ha hecho con la candidatura.
“El juez Gorsuch tiene excelentes habilidades legales, una mente brillante, una tremenda disciplina y se ha ganado el apoyo bipartidista”, señaló Trump en la nominación oficial de Gorsuch en el Salón Este de la Casa Blanca. “Es un currículum extraordinario, mejor imposible”.Gorsuch, de 49 años, es actualmente miembro de la Corte de Apelaciones del Décimo Circuito de Denver. Ha estado en ese cargo desde 2006, después de que fuera nominado por el presidente George W. Bush.
Hope you like my nomination of Judge Neil Gorsuch for the United States Supreme Court. He is a good and brilliant man, respected by all.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 1 de febrero de 2017
President Donald J. Trump Nominates Judge Neil Gorsuch to the United States Supreme Court#JusticeGorsuch #SCOTUS https://t.co/qk3idJkpiq pic.twitter.com/BFJhDCME2h
— President Trump (@POTUS) 1 de febrero de 2017
En el currículum que destaca el presidente de Estados Unidos aparece una interpretación conservadora y literal de la Constitución y de las leyes. También es conocido por haber rechazado varios casos en los que un condenado a la pena de muerte solicitaba que se le condonase la pena.
El juez Gorsuch escribió un libro en el que se posicionaba, claramente, contra la eutanasia y el suicidio asistido. Donde, paradójicamente con su posición con la pena de muerte, en su publicación declara "que una persona privada termine intencionalmente con una vida humana siempre está mal”. Por otro lado, el juez es partidario de la libertad religiosa y las expresiones religiosas en ámbitos públicos.
Los demócratas no olvidarán en este proceso de aprobación las negativas de la Cámara al candidato que ofreció Obama
Esta vacante en el tribunal de mayor rango de EEUU surgió tras la muerte del magistrado conseravdor Antonin Scalia en febrero de 2016. Desde entonces el máximo tribunal, que cuenta con nueve jueces, ha funcionado con ocho jueces: cuatro nombrados por presidentes republicanos y cuatro designados por demócratas. Obama intentó con su candidato, Merrick Garland, completar la plantilla de la Corte Suprema. No obstante, el Senado, con mayoría republicano, no aprobó este candidato.
UN PROCESO DE APROBACIÓN DE 70 DÍAS
Trump y su ‘elegido’ deberán someterse al mismo proceso de aprobación. Primero deberá someterse al Comité Judicial. Este comité del Senado investigará los antecedentes del nominado y luego le someterá a una audiencia. Por último, recomienda o desaconseja la nominación. El Comité está integrado por 20 miembros, 11 republicanos y 9 demócratas. Este proceso suele durar una media de 57 días.
El examen final y decisivo es el Senado. El nominado necesita el apoyo de 60 senadores para ser aprobado. La Cámara está compuesta, actualmente, por 52 miembros republicanos, 46 demócratas y 2 independientes. Por lo tanto, la negociación se espera tensa porque los republicanos necesitan reclutar ochos votos. La aprobación en el Senado de los actuales miembros de la Corte Suprema tardó 13 días de tiempo medio.
El líder demócrata en el Senado, Charles Schumer, anticipó que “el juez Neil Gorsuch tiene la responsabilidad de probar que su ideología y opinión legal no son extremas. Dado su récord, tengo serias dudas sobre la habilidad del juez Gorsuch para cumplir con este estándar”, anunció que Schumer en un comunicado tras este nombramiento. Los demócratas no olvidarán en este proceso de aprobación las negativas de la Cámara en los candidatos que ofreció Obama para ocupar la vacante que dejó Scalia.
¿ES PELIGROSO SU NOMBRAMIENTO?
La nominación de Gorsuch desnivelaría la balanza a favor de los conservadores en la Corte Suprema. No obstante, si finalmente no es aprobado por parte del Senado, Trump seguirá proponiendo candidatos que favorezcan esta posición en este tribunal que representa la cabeza del Poder Judicial en Estados Unidos.
La relevancia de este nombramiento reside en que es un cargo vitalicio. En un tribunal que emite sus veredictos exento de explicaciones y cuyas decisiones son totalmente inapelables. Los miembros de la Corte Suprema son los máximo interpretadores del texto sagrado de los estadounidenses: la Constitución.
Asuntos con los que Donald Trump ha prometido debatir en su mandato, este tribunal es la máxima instancia en su resolución: el derecho al aborto, derecho de las minorías, matrimonio homosexual, discriminación racial, pena de muerte, posesión de las armas de fuego o incluso sistema electoral.
Uno de sus veredictos más mediáticos fue cuando la Corte Suprema declaró a George W. Bush presidente porque decidió en 2000 que el recuento de votos que se estaba llevando a cabo en Florida era ilegal. El aborto es legal en EEUU porque en 1973 el triubal decidió que es legal. La Corte Suprema declaró legal el matrimonio entre las personas del mismo sexo (en 2015), ha hecho obligatorio que la policía le lea sus derechos a un detenido (en 1966), ha prohibido la pena de muerte a menores de edad (en 2004). Unos avances que desde la posiciones más progresistas se consideran que corren peligro cuando la balanza se decanta hacia el lado conservador.
UN ORGANIGRAMA COMPLEJO
Actualmente, en la Corte Suprema hay cuatro jueces conservadores: el presidente, John Roberts (62 años, nominado por George W. Bush), Samuel Alito (66 años, nominado por George W. Bush), Clarence Thomas (68 años, nominado por George Bush 'padre') y Anthony Kennedy (80 años, nominado por Ronald Reagan). Alito es el que defiende con mayor vehemencia las ideas conservadoras. No obstante, en este grupo de la Corte Suprema jueces como Roberts y, sobre todo Kennedy, se han votado con posiciones más demócratas, por ejemplo, a favor del matrimonio homosexual.
Frente a ellos están Elena Kagan (56 años) y Sonia Sotomayor (62 años), ambas propuestas por Barack Obama. Ruth Bader Ginsburg (84 años) y Stephen Breyer (79 años) ambos fueron nominados por Bill Clinton. Todos los magistrados tienen la opción de jubilarse a partir de los 70 años, pero no es un hecho que haya sucedido con mucha frecuencia. No obstante, la longevidad de alguno de sus miembros puede abrir la posibilidad de un nuevo miembro en los próximos años.