La CUP quiere una presidencia del Govern con cuatro figuras que tuvieran un peso similar
Después de toda la polvareda levantada por las elecciones del 27S y las quejas recurrentes de las clases económicas y políticas, nuevas nubes de tormenta se ciernen sobre el proceso catalán. Hay un gobierno que formar y un presidente que investir y por más de acuerdo que estén ERC y CDC, necesitan el apoyo, al menos, de dos diputados de la CUP. Un precio que el grupo anticapitalista no está dispuesto a pagar.
Los números uno y dos del grupo independentista, Antonio Baños y Anna Gabriel, han dejado claro que no quieren que el actual president en funciones, Artur Mas, se vuelva a poner al frente de la Generalitat. Pero, a la vez, hacen malabarismos para defender que tienen voluntad negociadora y de llegar a un acuerdo, ya que no quieren ser tildados de dinamitadores del proceso. Bastaría con que cedieran dos de sus diputados para que votaran favorablemente la investidura de Mas, que en segunda vuelta sólo requeriría de mayoría simple. Pero no se lo van a poner fácil.
La CUP quiere cuatro figuras al frente de la Generalitat con un peso equivalente
De entrada, su propuesta va más en la línea de que en lugar de que un jefe de Govern, haya cuatro “con un peso equivalente”, según declaraciones recientes de Gabriel. La formación que siempre se define como feminista, también quiere más presencia de mujeres.
En este sentido, la formación defiende la creación de un nuevo Gobierno menos presidencialista y que recoja de manera "transversal" las sensibildiades del independentismo. En cuanto a una presencia de su formación en el Govern, Gabriel ha descartado que vaya a ser así y ha asegurado que no pedirán "nada" para ellos mismos.
La CUP también defiende "acelerar" algunos pasos del proceso soberanista para "blindar un punto de no retorno" hacia la independencia antes de que se celebren las elecciones generales, para evitar así la "subordinación a las lógicas estatales".
Desde Junts pel Sí, la candidatura de Mas, insisten en que la presidencia del ex líder del Ejecutivo catalán estaba pactada de antemano y no parecen dispuestos a ceder. En el seno del nuevo grupo del Parlament de Catalunya, ERC y CDC hacen buenas migas y ya se reparten las Consellerías casi a partes iguales, aunque con mayor peso de los convergentes, según fuentes de la negociación revelan a El País, en proporción de 52% a 48%.
Por lo pronto, los 62 diputados de Junts pel Sí ya se ha estrenado en el Parlament el 1 de octubre y se ha efectuado su primera reunión en la que se espera que se debata la idea de la CUP y otras cuestiones sobre la formación del grupo y del nuevo Ejecutivo.
Queda claro que el inicio de las negociaciones con la CUP, por ahora todo son un fuego cruzado entre ambas fuerzas para dejar claras sus posiciones de partida de cara a las conversaciones que deben progresar en breve.
OTRAS FUERZAS
Como alternativa, Junts pel Sí podría tratar de buscar aliados en los 11 diputados de Catalunya Sí que Es Pot y dejar a la CUP fuera de la ecuación. Por respuesta el cabeza de lista, Lluis Rabell ha dejado ir un contundente “que cada palo aguante su vela”, así que tampoco parecen nada dispuestos a posibles pactos con Mas y el líder de ERC, Oriol Junqueras.
Por otra parte, el coordinador nacional de ICV, Joan Herrera -que acudía en la candidatura de confluencia junto a Podemos- también ha dado portazo a que se dé un posible entendimiento con Junts pel sí. En declaraciones a "Rac1" ha recordado la dura campaña que se hizo contra la candidatura de Rabell y ahora, "sorprendería que pasase de ser el enemigo a combatir a un posible compañero de viaje", ha dicho Herrera.
Por otra parte, a su juicio el foco de la negociación está equivocado que ya que ha señalado que el "problema" no es si Artur Mas estará o no al frente del nuevo Govern, sino las "políticas que se hacen".
Pero el tiempo corre y hay unos plazos por cumplir. Desde las elecciones, el Parlament de Cataluña tiene 20 días hábiles para constituir el pleno y los nuevos diputados electos deben formar la mesa del parlamento, la presidencia y la vicepresidencia del mismo. La convocatoria deberá hacerla el actual presidente en funciones, Artur Mas y la fecha límite es el 27 de octubre.
Después, hay 10 días hábiles más para convocar la investidura del president de la Generalitat, con la fecha límite del 9 de noviembre. En el pleno de investidura, el nuevo líder del Ejecutivo catalán debe ser elegido por mayoría absoluta (68 diputados) en primera vuelta o por mayoría simple (más votos a favor que en contra) en una segunda votación.
Descartados Ciudadanos y el PP, por motivos obvios, y en el caso de que no haya acuerdo con la CUP, sólo queda el PSC, que de entrada no se configura como una fuerza aliada, para apoyar a Junts pel Sí. Pero si la situación se complica excesivamente el partido liderado por Miquel Iceta es el que más tiene que perder si se tuvieran que volver a convocar elecciones.
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