Los 28 confirman el acuerdo para un control más estricto de los precursores de explosivos caseros

La nueva norma fija dos categorías, una de precursores "restringidos" cuyo uso y distribución estará prohibido al público en general a partir de una concentración determinada y otra, para los "regulados", cuyas transacciones sospechosas deberán ser notificadas.

Se trata de una reforma con la que la Unión Europea aspira a mejorar la lucha contra el terrorismo y que, entre otros cambios, prevé incluir el ácido sulfúrico en la lista de sustancias prohibidas, por ser un elemento clave para la elaboración del explosivo TATP, utilizado en los atentados de París de 2015 y de Bruselas en 2016.

También se reforzarán las condiciones para obtener las licencias de compra y uso de los precursores explosivos y se pondrá fin a los distintos sistemas de registros actuales, que son considerados poco estrictos ya que permiten a cualquiera adquirir los productos presentando únicamente un documento de identidad.

Con ello se quiere asegurar que se implantan sistemas "más claros" para la venta de productos químicos peligrosos y se precisa que las nuevas normas cubren también las plataformas de compraventa en Internet, lo que implica que también desde este mercado se deberá informar a las autoridades de las "transacciones sospechosas".

La Unión Europea ha dado este paso tras constatar que a pesar de los controles que ya existen en el mercado comunitario, el 40 por ciento de los atentados que se cometieron en la UE entre 2015 y 2017 se llevaron a cabo con explosivos de fabricación casera.

Las nuevas reglas se aplicarán al público en general, pero no a los profesionales que están obligados a utilizar este tipo de sustancias químicas en su actividad comercial o profesional.