El líder del PP ha fracasado en su intento por convertirse en el nuevo presidente del Gobierno
Se ha confirmado. Mariano Rajoy ha fracasado en su intento de convertirse en el próximo presidente del Gobierno. De poco le han servido sus acuerdos con Ciudadanos y Coalición Canaria, que han sido insuficientes para lograr la investidura pese a sumar un total de 170 escaños. Los votos en contra han sido más numerosos, por lo que la situación queda igual que estaba y España sigue con un Ejecutivo en funciones ocho meses después. Estas son las consecuencias, políticas y económicas, de ello.
”El fracaso de Rajoy es percibido con cierto agotamiento por parte de la sociedad”
La votación que se celebró en el Congreso de los Diputados este viernes, la segunda de la investidura y en la que sólo se requería mayoría simple, no pudo ser más clara: 170 votos a favor y 180 en contra. ”El fracaso de Rajoy es percibido con cierto agotamiento por parte de la sociedad”, dice el politólogo Eduardo Bayón, que apunta que a partir de ahora empieza “una fase nueva, con el reloj hacia unas nuevas elecciones ya en marcha”. Y es que conviene recordar que a partir de ahora hay un plazo de dos meses, marcado por la Constitución, para formar Gobierno o volveremos a las urnas, en diciembre.
Mientras tanto, las consecuencias del bloqueo son más que evidentes. Bayón explica que lo más destacado es la “inactividad legislativa” a la que estamos asistiendo, porque “hace 10 meses -desde que se disolvieron las Cortes para la convocatoria electoral del 20D- que no se aprueba ninguna ley ni que el Gobierno se somete a control parlamentario”. De esta forma, no sólo el Ejecutivo está en funciones, sino que se ha convertido al Congreso “en un órgano en funciones que ni legisla ni controla al Gobierno, y por lo tanto que no cumple su función”.
Pero no sólo eso, porque entre las consecuencias políticas del bloqueo también se encuentra, dice este politólogo, “el descrédito y la apatía que la situación política está generando en la población, y con razón”. Por su parte, Emilio Serrano, politólogo y consultor de comunicación en Asesores de Comunicación Pública, habla de la incertidumbre que va a durar “al menos un mes más” tras lo ocurrido. Se refiere a que hasta que no pasen las elecciones vascas y gallegas que se celebrarán el próximo 25 de septiembre es muy posible que no se aclare el horizonte político. “Es retrasar un mes más una posible solución, mientras sigue habiendo 350 diputados pagados por los españoles”, añade.
El salario de los parlamentarios viene fijado por el acuerdo que adoptó la Mesa del Congreso de 1 de junio de 2010, según el cual las retribuciones quedaban reducidas un 10%. Están congeladas desde entonces, y pese a que tras la constitución de las Cortes Generales el pasado 19 de julio (casi un mes después de las elecciones del 26J) apenas ha habido actividad parlamentaria, los diputados siguen percibiendo su sueldo mes a mes.
Hasta que no pasen las elecciones vascas y gallegas es muy posible que no se aclare el horizonte político
Por ejemplo, la asignación básica de cada diputado es de 2.813 euros brutos al mes, a lo que hay que añadir una indemnización neta por los gastos que ocasione su actividad parlamentaria (dieta) de 870 euros mensuales para los electos por Madrid y de 1.823 euros para el resto. Así, aquellos diputados que lo sean por la capital cobrarán un mínimo de 3.684 euros mensuales mientras que los electos por otras provincias cobrarán un mínimo de 4.637 euros. Además, quienes ostenten cargos en la Mesa del Congreso y en las Comisiones cobrarán una serie de complementos salariales, a lo que se suma otra serie de prerrogativas como un bono taxi con un límite de 3.000 euros anuales.
LA ECONOMÍA NO SE HA PARADO PERO…
Aunque estas consecuencias políticas no son las únicas que pueden surgir tras la fallida investidura. También el hecho de seguir con un Gobierno en funciones puede traer problemas a escala económica. “La inoperancia legislativa tendrá efectos a medio plazo, y también repercute en el ámbito económico, donde la Unión Europea exige un ajuste al Estado español que este es incapaz de realizar porque no se legisla ni mucho menos se aprueban los Presupuestos”, dice Bayón. “Los datos macroeconómicos no son malos pero, precisamente por el bloqueo legislativo, tampoco es posible realizar estímulos o reformas que los potencien”, agrega.
La misma advertencia que lanzaba esta semana el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, en una entrevista en la Cadena Cope. “Va a ser muy difícil que economía española crezca por debajo del 3% en 2016”, pero “hay que mirar más allá” y ahora mismo los “indicadores adelantados demuestran que se está produciendo una cierta desaceleración”, aseguraba. Y a ello, decía, hay que sumar que “no se pueden aprobar leyes” ni adoptar “iniciativas importantes desde el punto de vista económico” que ayuden a mantener el buen ritmo.
Algunos expertos creen que el fracaso de Rajoy “no tendrá consecuencias” económicas: “la actividad sigue bien, la economía no se ha parado”
No obstante, Serrano no piensa igual. El politólogo cree que el fracaso de Rajoy “no tendrá consecuencias” en este sentido porque “la actividad económica sigue bien” y “la economía no se ha parado, sigue funcionando pese a que llevamos meses con un Gobierno en funciones”. “Los datos están ahí”, señala el experto, que entre otras cosas cita la mejora del 0,8% del PIB en el segundo trimestre, el hecho de que el IPC se acerque cada vez más a una tasa positiva o que el turismo crezca cada vez más. Sin embargo, el paro no se ha comportado tan bien, al menos en agosto, ya que tras cinco meses de caídas ha subido en 14.435 personas, mientras que la Seguridad Social ha perdido 144.977 afiliados, el peor dato registrado en un mes de agosto desde el año 2008.
La propia vicepresidenta del Gobierno se encargó este viernes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, de restar importancia a los datos de desempleo asegurando que agosto “suele ser un mes estacionalmente malo”, aunque habrá que ver cómo se comporta este indicador en los próximos meses y ver si la incertidumbre le afecta. Serrano reconoce que, pese a creer que la economía sigue su curso, es cierto que los datos “podrían haber sido mejores si ya hubiese un nuevo Ejecutivo”.