Barclays cree que "no serán fáciles" las conversaciones entre el bloque conservador (CDU/CSU) de Angela Merkel y los socialdemócratas de Martin Schulz
Las conversaciones para formar un gobierno de gran coalición en Alemania "no serán fáciles", según los analistas del banco británico Barclays. Tras el primer intento fallido por parte del bloque conservador (CDU/CSU), de la canciller alemana, Angela Merkel, de construir un Ejecutivo con los liberales del FDP y Los Verdes, es el momento de intentarlo con los socialdemócratas (SPD) de Martin Schulz, después de que este jueves se mostraran dispuestos a hablar. Pero hay un escollo importante, según la entidad: la política de refugiados.
Las bases socialdemócratas aprobaron por amplia mayoría este jueves comenzar las conversaciones con el bloque conservador de Merkel para decidir si, finalmente, apoyarán un nuevo gobierno suyo. Es decir, esa votación "no impone ninguna obligación vinculante para que el SPD se una a la gran coalición a cualquier coste", según recoge Barclays en un informe publicado este viernes. Aunque, con esta decisión, la entidad interpreta que los socialdemócratas han demostrado su intención de "ayudar a restablecer la estabilidad política en Alemania".
Pero esto no será un camino de rosas. Y el "punto más difícil de la agenda será la política de refugiados", ya que, tal y como recuerda el banco británico, "las partes tienen puntos de vista casi opuestos" al respecto, algo que quedó reflejado en sus respectivos programas electorales: mientras que los conservadores quieren imponer un límite de 200.000 refugiados que accedan a Alemania por año, el SPD desea permitir que las familias de los refugiados les sigan al país germano.
Ello coge aún más relevancia si se tiene en cuenta que, según los sondeos recabados por Barclays, la política de refugiados "es el tema más importante para los votantes alemanes", por encima incluso de las pensiones, el desempleo, la educación o la economía.
Sin embargo, ninguno de los partidos cosechó realmente un gran respaldo en las elecciones del pasado 24 de septiembre, en las que la ultraderecha entró por primera vez en el Bundestag. Es más, los socialdemócratas recabaron sus peores resultados desde la posguerra (algo que, en cambio, no ha afectado al actual líder del partido, Martin Schulz, quien fue reelegido como tal este jueves con el apoyo del 82% de las bases).
Por ello, cada partido tiene particular interés en sacar adelante sus propuestas electorales, por lo que existe un "fuerte desacuerdo" sobre la política de refugiados y, en consecuencia, "formar una gran coalición será probablemente más difícil que en el pasado", tal y como concluye el banco británico en su informe.
OTRAS VÍAS DE NEGOCIO
A pesar de ello, Barclays sí prevé en su "escenario base" que ambas partes podrán negociar una coalición centrándose el SPD, por su parte, "en la política social y del mercado laboral, el cambio climático y la integración europea", mientras los conservadores pondrán el foco en una "mayor política de seguridad interna y externa y un fuerte compromiso con la política fiscal".
De hecho, el banco espera que Angela Merkel (CDU), Martin Schulz (SPD) y Horst Seehofer (CSU) se reúnan este próximo miércoles, 13 de diciembre, "para elaborar una hoja de ruta de conversaciones exploratorias oficiales". Y todo parece indicar que comenzarán en enero de 2018.
¿GOBIERNO EN MINORÍA?
Si finalmente las conversaciones entre los conservadores y los socialdemócratas para formar una gran coalición no llegaran a buen puerto, se abriría la posibilidad de que el SPD apoyara igualmente un gobierno en minoría de la actual canciller.
Es más, según declaró este jueves a la cadena CNBC el secretario de Estado de Finanzas alemán, Jens Spahn, Merkel estaría lista para liderar un gobierno de este tipo. Sin embargo, Barclays ve este escenario como "poco probable" debido a la "limitada" capacidad que tendría un gobierno de este tipo para "aprobar nueva legislación".
"Teniendo en cuenta los desafíos que enfrenta Alemania, incluida la política de refugiados, un gobierno minoritario llevaría a nuevas elecciones más temprano que tarde o no podría avanzar en las áreas clave de reforma", concluye el banco británico.