Cataluña celebra su fiesta nacional con la resaca de la bronca parlamentaria por la aprobación y convocatoria de la votación del 1 de octubre y la ley de ruptura
Fortísima resaca política. Este es el ambiente que hace hervir el caldo del soberanismo en la antesala de la Diada de Cataluña, la fiesta nacional en la que ya es tradición que las entidades independentistas tomen las calles y las conviertan en un gigantesco escenario en el que reivindicar sus aspiraciones secesionistas. Por sexto año consecutivo, la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium cultural y la Asociación de Municipis per la Independència (AMI) han convocado una manifestación que desean que se convierta en la reacción ciudadana a la contundente respuesta del Estado tras la aprobación de las leyes del referéndum del 1 de octubre y de ruptura.
Más de 360.000 inscritos se suman ya a la “Diada del Sí”, una cifra anunciada por el presidente de la ANC, Jordi Sánchez, justo después de la suspensión cautelar del Tribunal Constitucional (TC) de todo el articulado del 1-O que había recibido luz verde en el Parlament. Según estos números, que no constan en ninguna base de datos pública ni se pueden ver en la web específica de la protesta, los registrados han saltado 110.000 personas en tan sólo dos días -los datos del 5 de septiembre eran de 250.000 apuntados- y superan la marca de los 350.000 del año pasado. Los últimos datos son, concretamente de 400.000 inscritos.
El aumento también llega después de las querellas anunciadas por la Fiscalía General del Estado a la mesa del Parlament y al Govern de la Generalitat, tras aceptar a trámite el corpus legal del referéndum, los primeros, y de firmar el decreto de convocatoria de la consulta, los segundos. Pero también después del “bochornoso” espectáculo vivido en el último pleno del Parlament de Catalunya, en palabras de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha supuesto “un duro golpe a las instituciones catalanas”, según el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy.
No obstante, y por más que desde la ANC quiera insinuar que hay una relación causa-efecto, “es muy difícil establecerla”, explica Jordi Pacheco, decano del Col·legi de Politòlegs i Sociòlegs de Catalunya. El politólogo matiza que “la cantidad de la población que sigue una sesión parlamentaria, aun cuando es de tanta trascendencia como la del 6 y 7 de septiembre, tiene un impacto muy limitado en el conjunto de la sociedad”. “El reciente movimiento independentista se ha alimentado durante siete años y a estas alturas ‘está todo el pescado vendido’”, comenta.
Sin embargo, sí opina que la “reacción del Estado es fundamental” y si sigue siendo “meramente represiva y se basa en acciones judiciales o penales”, podría provocar el comportamiento contrario al esperado y alimentar el secesionismo, ya que “desgasta la credibilidad de que haya posibles terceras vías”. Especialmente si se ensaña en el Parlament, un organismo cuya inviolabilidad es incuestionable y en el que se recoge tanto en su reglamento como en el Estatut que no se puede perseguir a sus diputados por “el debate de las ideas”.
Los registrados de 2017 superan ya los del año pasado, han sumado 110.000 tras la respuesta del Estado al 1-O
EL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2017
Las asociaciones independentistas se han encomendado a que el sentimiento de rechazo a la respuesta de los organismos estatales, ante el avance de la hoja de ruta soberanista, ayude a que una “multitud” llene las calles de Barcelona el 11 de septiembre. Su objetivo para este año es menos ambicioso y se contentan con igualar o superar el medio millón de personas que se congregó en la capital catalana para mostrar su rechazo al terrorismo yihadista tras los atentados en Las Ramblas.
Aseguran que nunca dan cifras de participación, pero estos números son inferiores a sus peores marcas históricas, alcanzadas en 2017, cuando se decidió descentralizar la protesta y se organizaron actos en cinco ciudades. Los inscritos totales se desinflaron por debajo de los 350.000 (un 25% menos que en años anteriores) y las cifras de afluencia no están claras, pero sólo en Barcelona se aglutinaron medio millón de manifestantes. En total, se calcula que se sumaron entre 800.000 y un millón de participantes.
Para superar el millón y medio de ciudadanos que se había alcanzado entre 2012 y 2015, según datos de la Guardia Urbana de Barcelona y la Generalitat, este año la concentración vuelve exclusivamente a las calles de Barcelona. Bajo un lema que promueve el ’sí’ a la independencia de Cataluña, se quieren llenar 48 tramos -uno por cada comarca-, divididos en cuatro brazos que se prolongan por el paseo de Gracia y la calle Aragón de la capital, para formar un “inmenso signo de suma”.
Para esta ocasión se han movilizado 1.800 autocares y hay más de 2.500 voluntarios. La hora de la convocatoria es, como viene siendo habitual, las 16.00 horas. Una hora después, a las 17:00 horas, se empezarán a desplegar cuatro pancartas en los extremos de cada uno de los ejes del signo + y en la plaza de Catalunya se enarbolarán diversas pancartas más pequeñas de forma simultánea. A las 17:14 horas, las pancartas llegarán hasta el punto central.
Se han vendido unas 200.000 camisetas de la Diada, lo que supone una recaudación de más de 3 millones de euros
EL ‘NEGOCIO’ DE LA DIADA
En las instrucciones de la ANC figura un punto importante. Piden que en ese mismo momento, al paso de las pancartas, los asistentes se coloquen la camiseta de la ‘Diada del Sí’, la prenda que la entidad vende, a un precio de 15 euros, en el ‘kit de la protesta’ de este año. También se incluye una mochila y un abanico.
“El amarillo fluorescente de la camiseta de 2017 será la estela que acompañará a las pancartas”, indica la entidad soberanista para “provocar un juego de colores”. Según datos de la misma plataforma, se han vendido unas 200.000 camisetas de la Diada, lo que supone una recaudación de más de 3 millones de euros.
Descontando el IVA y los gastos de producción y distribución -este año se fabrica en Cataluña-, la entidad se queda con 6,40 euros de cada ‘pack de la Diada’. 6 euros van directos a la campaña del ‘sí’ por el referéndum, que acumula 1,2 millones de euros. Y 0,40 euros se destinan a otras actividades de la entidad.
Además, este año hay también camisetas para niños con un coste de ocho euros. Los puntos de venta se extienden por toda Cataluña, se pueden comprar en los locales de la ANC, pero también en librerías y otros establecimientos. Esta actividad comercial no acaba aquí, la plataforma vende otros objetos en su tienda virtual con motivos independentistas, cuyos precios van de los 150 euros a los 1,5 euros.
En el ejercicio 2016, cuando también se lanzó un paquete especial de objetos para la manifestación, la entidad obtuvo unos ingresos antes de impuestos y provisiones de 523.000 euros. Su superávit neto fue de 246.000 euros, unos datos que contrastan con las pérdidas que la asociación independentista declaró en 2015, de 132.049 euros.
LAS CELEBRACIONES INSTITUCIONALES
El apartado de ‘cifras de la Diada’ se cierra con el gasto público de los actos institucionales de la fiesta del 11 de septiembre. El Govern catalán ha destinado 100.000 euros a la celebración de este año, en concepto de “un servicio de producción y creación artística de la Diada Nacional de Cataluña del 11 de septiembre de 2017”.
Se trata de un homenaje a los derechos fundamentales, entre los que se encuentra el derecho de autodeterminación de los pueblos. El lema elegido por el Govern para este año es “libertad” y pretende homenajear y ensalzar “la defensa de los derechos fundamentales”, entre los que se encuentra el derecho de autodeterminación de los pueblos, según explicó el portavoz del Govern, Jordi Turull.
"Llibertat" és el missatge clau del cartell de la #Diada2017, centrada en els drets humans individuals i col·lectius pic.twitter.com/3wDgzVoV28
— Govern. Generalitat (@govern) 31 d’agost de 2017
Por segundo año consecutivo, la celebración institucional volverá a la explanada del Centre Cultural del Born y se repartirá en seis bloques. El acto arrancará el día 10 a las 21:30 horas.
Antes, a las 19.00 horas, se celebrará el acto de entrega en el Auditorio del Parlament de la Medalla de Honor de oro del Parlament al Cuerpo de los Mossos D'Esquadra, a los servicios de emergencias, a la Guardia Urbana de Barcelona y a la Policía Local de Cambrils.
El día 11, se llevará a cabo la tradicional ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova de Barcelona, por donde desfilarán políticos, entidades e instituciones, desde las 09:00 horas. Durante la jornada, tanto el Palau de la Generalitat como el Parlament celebran jornadas de puertas abiertas.