Pedro Sánchez, tras salir victorioso el pasado viernes de la moción de censura en el Congreso contra Mariano Rajoy, ha ofrecido a Josep Borrell ser ministro de Asuntos Exteriores. Un perfil con una larga trayectoria profesional política (exministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente y expresidente del Parlamento Europeo), pero también empresarial.
Borrell se unió a las filas de la compañía de energética Abengoa en el año 2009 como miembro independiente del Consejo de Administración de la compañía. En 2010 llegó a ser presidente de su consejo asesor internacional.
Desde 2009 y hasta su marcha en 2016, el ahora ministro de Asuntos Exteriores cobró más de dos millones de euros de Abengoa. A partir de 2010, cuando comenzó a formar parte de diversas comisiones del consejo, su salario anual ascendía a cerca de 300.000 euros.
Por tanto, Borrell formaba parte del consejo de administración cuando la banca acreedora exigió la marcha de Benjumea para sacar adelante la ampliación de capital de 650 millones de euros. De hecho, Borrell fue el único miembro de la comisión de nombramientos y retribuciones que no fue imputado en el juicio contra la excúpula de la compañía sevillana por las indemnizaciones que recibieron el entonces presidente, Felipe Benjumea, y el consejero delegado, Manuel Sánchez Ortega, tras su marcha en septiembre de 2015: 11,4 y 4,4 millones de euros, respectivamente. Unas indemnizaciones millonarias para una compañía ahogada por las deudas y que, en noviembre de 2015, anunció el preconcurso de acreedores.
En el juicio, Borrell, que declaró como testigo, aseguró que no participó en la reunión de septiembre de 2015 en la que se estudió la salida de Benjumea y que delegó su voto al pensar que la banca acreedora no exigiría finalmente la marcha del presidente.
Años después, Abengoa sigue sin salir a flote. La compañía andaluza ha pedido a los bancos otros 250 millones de euros para seguir viva otros tres años más, pues necesita financiar circulantes, es decir, los gastos habituales de la empresa, según informó Bolsamanía hace apenas unos días.
ESTAFADO POR UN CHIRINGUITO FINANCIERO
Otro de los episodios desagradables en la vida de Borrell fue la estafa en internet que sufrió antes del verano de 2016 y que le costó 150.000 euros.
Según informó El Confidencial en noviembre de dicho año, el futuro ministro de Asuntos Exteriores comenzó a buscar en 2015 una plataforma de inversión. Y a través de la red encontró una oficina de 'trading' en la que hizo una primera inversión de 50.000 euros y que con el tiempo resultó ser falsa.
"No me la recomendó nadie. Encontré una página de esas que dicen: 'Coja usted un manual, nuestro libro, información...'", relató Josep Borrell al diario digital. La plataforma operaba bajo la marca ConsortFX, y “aseguraban que trabajaban con entidades como Northwestern Bank y Commerzbank”, según denunció el político catalán. Por ello, no vió ningún motivo para sospechar y, con el tiempo, transfirió a la plataforma otros 100.000 euros.
Pero desde ConsortFX "de pronto, dejaron de contestar los mensajes, dejaron de contestar los correos, la página web desapareció en la naturaleza y nadie contestaba a los teléfonos", tal y como explicó a El Confidencial el propio Borrell. Unos hechos que decidió denunciar ante la Policía y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Borrell ha sido primer nombre del nuevo Ejecutivo que Sánchez sigue negociando. Una de las grandes incógnitas sigue siendo la cartera de Economía, para la que Manuel Escudero y Jordi Sevilla se posicionan como los grandes favoritos. José Luis Ábalos, secretario de Organización socialista, anunció el pasado viernes que la composición del nuevo Gobierno de Sánchez se conocerá "a lo largo" de la próxima semana, y aclaró que no habrá "precipitación" alguna a la hora de seleccionar a los elegidos que se harán cargo de sus respectivas carteras.