Los expertos recomiendan que no se deben desplazar tropas al lugar
El autodenominado Estado Islámico trabaja con gran cantidad de medios de los que dispone y pone a disposición 'el califato' como bombardeos o usos de portaviones. Todo este esfuerzo con el fin de que se se cumpla una profecía de hace 1.300 años en la que Mahoma anunció una gran batalla en Dabiq, ciudad del norte de Siria y en la que señalaba que un ejército musulmán se enfrentará a los infieles en una batalla, el 'malahim', como un Armagedón.
Por tanto, y según ha informado ABC, esta profecía traducida al ámbito moderno supondría que occidente mande tropas a Siria y repita las operaciones que ya llevó a cabo en Irak y Afganistán. Ya en noviembre el califa Ibrahim dijo que los bombardeos aéreos no funcionarías y que los 'cruzados' tendrían que tocar tierra y "enviar sus fuerzas de tierra a su muerte y destrucción, con el permiso de Alá", así lo ha recordado el experto Gwynne Dyer en su libro 'Que no cunda el pánico. Respuestas al terrorismo de Estado Islámico'.
"No enviemos tropas de tierra estadounidenses a combatir en Irak, y ni se nos ocurra pensar en enviarlas a Siria", dice un experto
Además, en sus páginas el autor solicita que no hay que darles lo que quieren: "No enviemos tropas de tierra estadounidenses a combatir en Irak, y ni se nos ocurra pensar en enviarlas a Siria". Sin embargo, en algo más de un año, ISIS ha logrado superar la ferocidad de Al Qaeda como una amenaza para el mundo difundiendo su terror.
El Estado Islámico ha conseguido consolidar sus fronteras y se ha transformado en una amenaza de primer orden tras el derribo del avión ruso, donde murieron todas las personas que se encontraban a bordo, y los graves atentados que acabaron en París con la vida de 130 personas.
Con respecto a sus territorios y sin perder nunca la vida en el 'malahim', han impuesto un gobierno de ley islámica bajo el que viven los millones de ciudadanos que se encuentran en el territorio que controlan. Según arroja ABC, el sistema del 'califato' es parecido al de los talibanes en Afganistán en el año 2001, caracterizado por un wahabismo radical suní y antichií.
"Nuestra ignorancia es comprensible porque es un reino hermético, porque pocos de los que han ido han logrado regresar y el califa solo ha hablado una vez antes las cámaras", advierte Graeme Wood, experto en relaciones internacionales, en su artículo '¿Qué quiere realmente el ISIS?' en The Atlantic. El hombre dice que hay que tener en cuenta que "es un grupo religioso que atiende de forma cuidadosa a sus creencias y entre ellas, la más importante, es que se consideran un actor clave para la llegada del apocalipsis".
Por su parte, el investigador principal de Terrorismo Internacional en el Real Instituto Elcano, Fernando Reinares, dice que "este énfasis en lo apocalíptico tiene consecuencias tanto en la estrategia como en la aplicación de la violencia. Los militantes del denominado EI practican una violencia de signo sacrificial y están convencidos de tomar parte en un iniciativa conjunta de redención, aspectos de su implicación yihadista que no estaban presentes, o al menos con la misma intensidad, en el caso de Al Qaida. A su vez, esa violencia tan a menudo expresiva a la vez que brutal es percibida por otros posibles adeptos como exitosa y empoderadora, lo que estimula la radicalización y el reclutamiento", publica ABC.
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