Adelantando los comicios a septiembre, Rajoy podría centrar el debate electoral en el independentismo y se hablaría menos de economía y de corrupción
Que el otoño de 2015 va a ser intenso políticamente no lo duda nadie. La promesa de la convocatoria de elecciones en Cataluña para el 27 de sempiembre, que el president de la Generalitat, Artur Mas, anunció en enero, ha marcado la agenda de los partidos en la comunidad casi tanto como las elecciones de mayo. En los últimos días, además, se ha abierto el debate sobre el posible adelanto electoral en el Estado para, muy posiblemente, las mismas fechas.
El mero hecho de que en Cataluña se quiera escribir un nuevo capítulo del desafío soberanista, al dotar estos comicios de un carácter plebiscitario ya complica el panorama después del verano. La idea de Mas y sus socios separatistas es, si se obtiene una suficiente mayoría parlamentaria, llevar a Cataluña a la independencia en 18 meses. La perspectiva de que el PP quiera llamar a los votantes de toda España a las urnas en las misma fechas no puede tomarse si no como una manera de frenar a CiU y ERC y tratar de contener los planteamientos soberanistas. Fuentes populares recogidas por ABC creen que “la suma de votos de los partidos constitucionalistas sería ganadora segura”.
De celebrarse las elecciones generales el 27-S no puede tomarse si no como una manera de frenar a CiU y ERC y tratar de contener los planteamientos soberanistas
El poder de convocar elecciones a las Cortes Generales corresponde única y exclusivamente al jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, al igual que en Cataluña es un derecho y obligación que sólo compete a Artur Mas. Desde Cataluña, se ha sembrado cierta duda sobre la celebración de los comicios para elegir los representantes de los ciudadanos en el Parlament de Catalunya en la fecha marcada en rojo en el calendario; de hecho el propio Mas dejó el aire la convocatoria definitiva en una maniobra para presionar a su socio parlamentario, Esquerra Republicana. La amenaza velada del líder del Govern entrañaba un reproche al presidente de ERC, Oriol Junqueras: a juicio de Mas no estaban cumpliendo con lo pactado.
El president se ha esforzado en dejar claro, a posteriori, que en lo que dependa de él se celebrarán las elecciones, pero también ha puntualizado, en una reciente entrevista en 8TV, que si Rajoy convoca a los electores de toda España en la misma fecha, hay que ser flexibles e iniciar un diálogo con la sociedad civil y los ciudadanos para valorar un cambio de día en Cataluña. Precisamente la Assembla Nacional de Catalunya (ANC), por boca de su presidenta, Carme Forcadell, ha sido muy clara al afirmar que son partidarios de mover los comicios autonómicos en el calendario ante tal eventualidad.
Y así, una vez más, los destinos políticos de Cataluña y España protagonizan un choque de trenes y demuestran que la comunidad es clave en el compás que marca la política del Estado. No obstante, ante este juego de “si sí, si no” electoral, Rajoy dejó bien claro que su intención es celebrar los comicios generales “a finales de año”, ya que “entre mis innumerables defectos no está el hacer cositas a corto plazo”, expresó el presidente. Pero como buen gallego que es, después pasó a decir todo lo contrario, durante su conferencia en el X aniversario de los desayunos informativos de Europa Press: “No voy a descartar nada por no cerrarme ninguna puerta”, advirtió Rajoy.
ELECCIONES ESTATALES EL 27-S: ARGUMENTOS A FAVOR…
Así las cosas, analistas y expertos de varios medios de comunicación estatales y catalanes han sometido cada movimiento del Ejecutivo a escrutinio para hallar indicios de que las elecciones generales se convocarán en septiembre de 2015.
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La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría ha dado al orden de dejar todos los temas listos antes del verano. También hay que tener en cuenta la decisión del PP de abrir el Congreso durante los meses de julio y agosto para sacar adelante tres docenas de leyes. Además, septiembre es un mes excelente políticamente, después de las vacaciones, con un aumento del gasto de los consumidores y con el repunto de la economía y del mercado laboral propio del descanso estival, que avalaría la tesis de recuperación económica en que Rajoy está fundamentando su campaña electoral.
Además, está el ya citado factor catalán y las esperanzas de influir en el voto de los ciudadanos de la comunidad o en la decisión del propio president de la Generalitat de convocar los comicios. Por otra parte, Rajoy podría centrar el debate electoral en el independentismo y se hablaría menos de economía y de corrupción.
Ciudadanos es la pieza clave a tener en cuenta para valorar si habrá o no elecciones estatales el 27-S
Por si esto fuera poco, la variable Podemos y Ciudadanos también entra en juego en los cálculos del PP. Desde Moncloa se cree que la fuerza liderada por Pablo Iglesias ha tocado techo y es imposible que sigan creciendo en las encuestas; además, la opinión del entorno del presidente es que, a medida que transcurran los meses, el auge de Ciudadanos aún irá más en aumento y, despejado el factor Podemos de la ecuación, la fuerza que preside Albert Rivera se ha convertido en el principal dolor de cabeza del PP.
La pieza pivotal en este complicado engranaje es, de hecho, Rivera. La fuerza naranja podría salir muy reforzada en Cataluña y España si ambas elecciones se celebraran el 27-S, generando tracción de unos comicios a otros, con lo que podría interpretarse que el PP le pone en bandeja a Ciudadanos la comunidad y se anticipa el posible pacto en el Gobierno del país. O bien Rajoy espera que el voto de Rivera se concentre en Cataluña y obtenga menos representación estatal. En ambos casos es un claro “win-win” para el PP.
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…Y ARGUMENTOS EN CONTRA
Pero casi los mismos pros para afirmar que las elecciones se celebrarán en septiembre, se vuelven en contras. Mantener la llamada a las urnas para finales de año dará más tiempo a los populares para trabajar su argumento electoral basado en la recuperación económica, por el contrario, hacerlo en septiembre restaría meses a esta tesis. Y, aún más, cuanto más se dilate la legislatura más meses transcurrirán para que, tal y como espera el partido de Rajoy, los efectos de las reformas del PP se noten cada vez más en la calle y esto incida en el electorado.
Las elecciones municipales de mayo serán determinantes en las decisiones de unos y otros
Por otra parte, señala ABC que “Rajoy ha sido bastante crítico con los adelantos electorales propiciados por otros partidos, lo que se volvería contra él si ahora decidiera adelantar los comicios generales”.
El factor Cataluña también juega como argumento que puede invitar al presidente del Gobierno a esperar. Si Mas acabara por no convocar los comicios en la fecha prometida por desavenencias con ERC, como algunas voces apuntan, se asestaría un duro golpe al soberanismo que ha perdido algo de atracción en los últimos meses, tal y como demuestran las encuestas del Centre d’Estudis D’Opinió (CEO). En sondeos recientes, el "CIS catalán" ha revelado que los partidarios del “no” a la independencia empiezan a superar a los del “sí”. Y de acabar los catalanes votando el 27-S también tendría tiempo Rajoy de reaccionar y observar qué desempeño obtiene la otra incógnita de la ecuación: Ciudadanos.
En cualquier caso, las elecciones municipales de mayo serán determinantes en las decisiones de unos y otros. Para los soberanistas en Cataluña se están tomando como una primera vuelta de las plebiscitarias de septiembre. Para el PP será la dosis de realidad que necesita y que le hará ver si las cosas a pie de calle son como ellos creen. Pase lo que pase, nos esperan un verano y, sobre todo, un otoño muy interesantes.
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