MAFO ha subrayado que los inspectores del Banco de España no le enviaron los polémicos correos en los que alertaban de los perjuicios de la salida a bolsa de Bankia
Míguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España en la salida a bolsa de Bankia, se ha desligado este jueves en su declaración ante el juez de los polémicos correos de la entidad por los que ha sido imputado en la Audiencia Nacional. "No los recibí e hicieron bien en no enviármelos", ha manifestado.
Según fuentes presentes en el interrogatorio, MAFO ha subrayado que los inspectores del Banco de España no le enviaron los correos en los que alertaban de que la salida a bolsa de Bankia supondría un perjuicio para los accionistas, los preferentistas y las arcas públicas. El máximo responsable del organismo supervisor ha afirmado que “hicieron bien porque no tenían por qué hacerlo”. Sostiene así que un gobernador no tiene que estar al tanto de todo lo que hacen sus subordinados.
MAFO ha subrayado que los inspectores del Banco de España no le enviaron los polémicos correos en los que alertaban de los perjuicios de la salida a bolsa de Bankia
Fernández Ordóñez ha acudido a declarar como investigado y, tanto él como el exsubgobernador, Javier Arízteqgui, han defendido la misma estrategia del regulador en la salida a bolsa de Bankia. Tras su declaración, el juez Fernando Andreu ha comenzado a interrogar en calidad de testigo al inspector Casaus.
La Audiencia Nacional ordenó la imputación del exmandatario después de que se conocieran los cuatro correos de Casaus en los que alertaba de la inviabilidad de las siete cajas de ahorros que dieron lugar a BFA, la matriz de Bankia, y de que la salida a bolsa de la entidad supondría un grave perjuicio para los inversores y las arcas públicas.
La de este jueves es la última jornada de declaraciones en esta nueva ronda del caso Bankia. Durante los primeros días ha ido declarando los exresponsables de la CNMV en la salida a bolsa y otros ex altos ejecutivos del Banco de España, que han coincidido en que analizaron los polémicos correos pero avalaron la salida a bolsa porque eran "precipitados" y "poco pensados".
Además, todos han defendido que las cuentas de la salida a bolsa de la entidad eran correctas, ya que el grupo tenía unas previsiones genéricas de 3.000 millones para cubrir posibles deterioros.